Tadej Pogacar, el mejor de los tres fant¨¢sticos, se impone en el Tour de Flandes
El corredor esloveno, ganador de dos Tour de Francia tambi¨¦n, logra a los 24 a?os el cuarto monumento de su carrera tras deshacerse en el Viejo Quaremont de sus eternos rivales, Van Aert y Van der Poel
Son la Sant¨ªsima Trinidad del ciclismo, dicen exaltados, y contagiados por la festividad, los comentaristas en la tele, tres personas distintas, un esloveno que llega de ninguna parte, un neerland¨¦s nieto de un h¨¦roe franc¨¦s y un flamenco h¨¦roe del pueblo, y un solo Dios verdadero, el esloveno de las dos caras, Tadej Pogacar, que en el Viejo Quaremont, un camino estrecho y empinado de dos kil¨®metros de adoquines desiguales, viejos, desgastados, tiene su para¨ªso.
¡°Es el muro que mejor me va. Llegamos ya sin aliento, a toda velocidad sobre el pav¨¦s, y desde ah¨ª hasta el final es asunto de potencia pura, y como es tan largo es donde m¨¢s juego puedo sacar a mis cualidades¡±, dice Pogacar, que pasa tres veces por all¨ª, y las tres acelera, a 137 kil¨®metros de la meta, a 55 y a 17, y cada vez menos le pueden seguir su pedalada tan ligera y tan potente, su sonrisa de ni?o es la sonrisa del asesino, su calma aparente es su furia competitiva, y a la tercera ya sale solo, y los dos compa?eros del tri¨¢ngulo que enloquece a los aficionados, y algunos lloran emocionados vi¨¦ndoles transformar todas las carreras en una exhibici¨®n hermosa de fuerza y deseo, se quedan detr¨¢s. ¡°Solo pod¨ªa ganar si llegaba solo¡±, dice el esloveno. ¡°Y para llegar solo ten¨ªa que atacar el Quaremont. No ten¨ªa elecci¨®n. Es un d¨ªa que nunca olvidar¨¦¡±.
Llega solo a la interminable recta final hasta la meta de Audenarde, horroroso pueblo, y una torre esbelta de iglesia se?al¨¢ndolo, y a los belgas se les encoge el coraz¨®n y dicen que es la meta m¨¢s bonita del mundo. Lo es para Pogacar, que un a?o despu¨¦s de ser cuarto en el sprint m¨¢s tonto de su vida ¨Clleg¨® a los ¨²ltimos metros solo acompa?ado de Mathieu van der Poel, el neerland¨¦s nieto de Poulidor y logr¨® el milagro de multiplicar su derrota: llegaron dos, termin¨® cuarto¨C, se reconcilia con la recta, el viento de cara, y levanta los brazos. Gana su primer Flandes, su cuarto monumento tras una Lieja y dos Lombard¨ªas.
Solo en la historia otros dos ciclistas antes que ¨¦l hab¨ªan logrado ganar el Tour de Francia, y ¨¦l lleva ya dos, y el Tour de Flandes, Louison Bobet (tres Tours y un Flandes a comienzos de los a?os 50) y Eddy Merckx, el Can¨ªbal, cinco Tours y dos Flandes. Ese es el valor de la victoria del domingo de Ramos para el Dios del ciclismo del siglo XXI, un ciclista m¨¢s renacentista, bueno en todo y todo lo construye con arte y alegr¨ªa, que can¨ªbal devorador. ¡°Como suele decirse, podr¨ªa retirarme hoy y estar satisfecho de todo lo logrado en mi carrera¡±, dice el esloveno, de 24 a?os, 56 victorias en cinco temporadas entre los mejores, y 10 triunfos en 16 d¨ªas de carrera en 2023. ¡°Estoy superfeliz y muy orgulloso. Aunque no gane el Tour este a?o, ya puedo decir que esta temporada es un ¨¦xito¡±.
Que Pogacar ganara en Flandes, la carrera bastarda y salvaje que dec¨ªa Frank Vandenbroucke, aquella en la que las circunstancias son m¨¢s fuertes que la voluntad ¨Cy bien lo pueden jurar Tim Wellens y Julian Alaphilippe y medio pelot¨®n a quien, como bolos sin equilibrio, un ciclista polaco llamado Filip Maciejuk, derriba, full strike, barriendo la primera fila del pelot¨®n de izquierda a derecha cuando se le descontrola la bici adelantando por un cuadrado de hierba empapada: y tambi¨¦n se cae Van Aert, reflejos magn¨ªficos para levantarse como quien bota, tan grandes como los reflejos del conductor del Mercedes que clava los neum¨¢ticos a cent¨ªmetros de su cuerpo¨C, no estaba tan escrito como lo estaban otras victorias suyas.
En realidad, es la primera vez de su vida en la que derrota en una cl¨¢sica a los dos que conforman con ¨¦l la trinidad. Contra ambos ha chocado tres veces en la San Remo y una vez en Flandes. Ni Van Aert ni Van der Poel son gente a las que les guste la Lieja o Lombard¨ªa, y en el quinto monumento, la Roubaix, que a¨²n no han ganado ni el belga ni el neerland¨¦s, todav¨ªa no ha puesto sus ruedas Pogacar. ¡°La San Remo [una Victoria cada uno, Van Aert y Van der Poel] es la m¨¢s dif¨ªcil de ganar. Este a?o estaba en una forma magn¨ªfica, pero nada; no me rindo, ?eh?¡±, dice. ¡°Y para ir a Roubaix con posibilidades creo que tengo que engordar unos kilos y fortalecer mis manos para soportar bien los botes de los adoquines. S¨ª, s¨ª, en el futuro lo har¨¦¡±. Y Pogacar levanta de la silla su cuerpecito de escalador que en el Quaremont, en el Koppenberg, en el Paterberg, es dinamita, y se lanza hacia su prometida, Urska, que le tienta con una bandeja de patatas fritas con k¨¦tchup. Dieta de engorde.
En el segundo Quaremont, a 56 kil¨®metros de la meta, cuando la primera arrancada feroz de Pogacar, y la filosof¨ªa de la armon¨ªa del surfista hawaiano Gerry L¨®pez para robar la ola y mantenerse en la cresta, tras la ferocidad, relajado como un yogui, Van Aert ha comenzado a ceder, y cede completamente en el Kruisberg, el 16? de los 18 montes, donde Van der Poel suelta su gran ataque. Quedan 28 kil¨®metros para la meta y un tercer Quaremont y un segundo Paterberg, el monte del padre, una recta corta que se encabrita a mitad de la pendiente y alcanza el 20% y a la que hay que entrar solo, curva a la derecha cerrada tras un tramo de descenso. En el asfalto ancho, viento de cara, viento de lado, que precede a los muros, el nieto de Poulidor que gan¨® la San Remo 60 a?os despu¨¦s de su abuelo y Pogacar se relevan para distanciar a Van Aert y para alcanzar a Mads Pedersen, el campe¨®n del mundo de 2019 que se niega a no pelear contra los tres fant¨¢sticos. A Pedersen le alcanzan de uno en uno. Primero, Pogacar, que en su tercera aceleraci¨®n en su Quaremont, a 18 de meta, ha podido, por fin, con la resistencia tit¨¢nica de Van der Poel; luego, el neerland¨¦s, que llega segundo a la meta, a 16s del ganador.
Casi un minuto m¨¢s tarde, en el peque?o grupo de los derrotados, en el sprint por el tercer puesto, Pedersen derrota a Van Aert. El ¨²ltimo bofet¨®n al flamenco que m¨¢s desea ganar el Tour de Flandes, el campeonato del mundo de todos los belgas, y siendo un grande como es, y hace 10 d¨ªas derrot¨® a los otros dos en el GP E3, por los mismos Quaremont y Taaiemberg, no le llamar¨¢n grande los suyos mientras no triunfe en carrera. Sufre ¨¦l y sufren los amantes del gran ciclismo, que le admiran todos.
El mejor del Movistar fue el gigante norteamericano de Boise (Idaho) Matteo Jorgenson (noveno, en el grupo de Pedersen); Iv¨¢n Garc¨ªa Cortina, el mejor espa?ol, fue 21?, un eslab¨®n m¨¢s en una progresi¨®n ¨²nica. Fue 24? en 20220; 23? en 2021, y 22? el a?o pasado.
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