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Mourinho se hace valer ante Xabi Alonso
La Roma cobra una valiosa ventaja m¨ªnima ante el Bayer Leverkusen en un partido en el que teji¨® una telara?a

Una vez m¨¢s el escaparate europeo muestra a Jose Mourinho, que hace un a?o llev¨® a la Roma al triunfo en la novedosa Conference League y ahora la tiene a un paso de la final en el escal¨®n superior, el de la Europa League. Las se?as de identidad son invariables, las de un equipo armado que si atisba el desorden tiene capacidad para detener los partidos, competitivo al m¨¢ximo en una escena que exige pericia en la administraci¨®n de esfuerzos y talentos. La Roma es un dolor de cabeza, canchera porque adem¨¢s optimiza al m¨¢ximo sus recursos. En la ida de la semifinal dej¨® atr¨¢s al Bayer Leverkusen, un equipo grato de ver, muy mejorado desde que Xabi Alonso lleg¨® el pasado mes de octubre cuando ocupaba puesto de descenso en la Bundesliga. En la primera jugada del partido sus chicos trenzaron una sucesi¨®n de paredes, taconazos y ca?os para llegar hasta la frontal y exigir al meta de la Roma, Rui Patricio. A los cinco minutos el sobresaliente Wirtz busc¨® una pared en la frontal y estuvo a punto de marcar. A partir de ah¨ª se acab¨®: la Roma se convirti¨® en m¨¢rmol y por m¨¢s que cincel¨® el Bayer no le hizo ni cosquillas.
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Todo sucedi¨® para una Roma que ten¨ªa entre algodones a Dybala y Wijnaldum. Mourinho los guard¨® en el banquillo y recurri¨® a la pareja en el cuarto de hora final de partido, cuando ya ten¨ªa que gestionar un buen gol del joven centrocampista Edoardo Bove. La Roma marc¨® apenas sobrepasada la hora de juego, pero hasta entonces tampoco parec¨ªa muy inc¨®moda con el empate sin goles. Ya hace mucho tiempo que Mourinho resolvi¨® que ese es un marcador favorable para un equipo local en una semifinal. As¨ª que su equipo se acomod¨® en un partido que, tras la exuberancia inicial del rival, se embarull¨® entre parones, lesiones y alguna que otra gresca.
El Bayer perdi¨® el hilo del inicio. Wirtz se opac¨®, los laterales altos, especialmente el casi siempre hiperactivo Frimpong, se desconectaron de sus compa?eros. El delantero Hlozek apenas aport¨® brega mientras el partido transitaba hacia la nada, que para la Roma lo era todo. Una acci¨®n a bal¨®n parado advirti¨® de que estaba al acecho. El central Iba?ez cabece¨® con destino a la red, pero el brazo del meta Hradecky evit¨® el golpe. El Bayer recibi¨® el aviso, pero no logr¨® variar el rumbo del partido. Y el gol le dio un ba?o de realidad porque la ventaja pareci¨® una monta?a incluso con dos horas de juego por delante en la eliminatoria.
La Roma se repleg¨® sin pudor. El Bayer se atasc¨® y apenas encontr¨® una opci¨®n en los instantes finales del partido con un centro al ¨¢rea en el que Rui Patricio e Iba?ez chocaron al ir a por la pelota. El rechace le cay¨® a los pies de Frimpong, que remat¨® sin el colmillo que requer¨ªa la situaci¨®n. Cristante detuvo, bajo palos, la pelota con el pecho. El episodio pareci¨® accidental, un error de la Roma m¨¢s que un acierto del equipo alem¨¢n, que deber¨¢ de buscar otros caminos hacia el gol en el partido de vuelta de la pr¨®xima semana.
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