Djokovic, incontestable, rinde otra vez a Sinner
El serbio elimina de nuevo al joven italiano (6-3, 6-4 y 7-6(4) y supera el r¨¦cord de grandes finales alcanzadas por Evert. Se reencontrar¨¢ el domingo con Alcaraz
Siguiendo el curso l¨®gico llevado hasta ahora, este Wimbledon intenso pero sin grandes campanadas anuncia como finalista a Novak Djokovic. El serbio, incontestable sobre la alfombra de Londres, tampoco admite discusi¨®n contra el joven Jannik Sinner, al que redujo hace un a?o y que vuelve a rendirse (6-3, 6-4 y 7-6(4), en 2h 47m) ante los encantos del poderoso tenis que plantea Nole cada vez que pisa la central del All England Club. Suma y sigue sobre un tapete que domina a la perfecci¨®n, sin dejar resquicio; enlaza 45 triunfos en el templo de los templos de la raqueta y disfruta ahora de un nuevo r¨¦cord, puesto que con 35 grandes finales en la cartilla, supera ya las 34 disputadas por la estadounidense Chris Evert. Aguarda ahora al reencuentro con Carlos Alcaraz (triple 6-3 a Daniil Medvedev).
Pasan los a?os, empujan los j¨®venes y ¨¦l sigue ah¨ª, inexorable, al frente y tirando del carro. Se consolida ya un nuevo escenario en el circuito de la ATP, pero la longevidad del balc¨¢nico (36 a?os) resiste a todo por ahora. Poco importa que la brecha entre ¨¦l y Sinner sea la m¨¢s pronunciada en una semifinal masculina de Wimbledon, casi 15 a?os, o que sea ya el tercer finalista m¨¢s veterano del torneo, despu¨¦s de Ken Rosewall (39) y Roger Federer (37). Concienzudamente preparado, no acusa la arruga, sino m¨¢s bien lo contrario. En esta veteran¨ªa tan bien llevada, sigue recolectando y acerc¨¢ndose a esas versiones tan aplastantes que ofreci¨® en sus mejores tiempos, all¨¢ por 2011, despu¨¦s en 2015 y tambi¨¦n hace dos a?os.
¡°Trato de no mirar la edad como un obst¨¢culo o un factor que decida lo que pase en la pista. Al contrario. Siento que los 36 son los nuevos 26, y eso est¨¢ bien. Tengo mucha motivaci¨®n e inspiraci¨®n para jugar a este deporte, que verdaderamente amo; me ha dado mucho a m¨ª a mi familia y quiero devolverle el favor jugando todo lo que pueda¡±, remarca.
Frente al intimidatorio auge de Alcaraz, contestatario en todas las superficies, el serbio contrapone una entereza formidable. Triunf¨® sin devaneos en Australia, aprovechando la ausencia del espa?ol, y le rindi¨® luego en Roland Garros mediante una exhibici¨®n de poder¨ªo, con aires reivindicativos. Pasa su deporte de p¨¢gina, pero Djokovic no se inclina ni da su brazo a torcer. Reflexiona en una entrevista concedida al canal Up Front (Youtube) la bielorrusa Victoria Azarenka: ¡°No se lleva todo el m¨¦rito que merece. Roger es la elegancia, el m¨¢s talentoso; Rafa el luchador, puro coraz¨®n; y Novak es la mente. Es muy disciplinado, a m¨ª me impresiona. Siempre va a contracorriente; cuando era joven quer¨ªa gustar a todo el mundo, pero tengo la sensaci¨®n de que ha dejado de importarle¡±.
¡°?Barbilla arriba, cabeza alta!¡±
A lo suyo, Nole no se despista y aguarda ya en la final. Lo hace tras otro ejercicio impecable, conteniendo la arremetida del joven Sinner, cada vez m¨¢s asentado pero al que todav¨ªa le falta el ¨²ltimo estir¨®n. Rema y aprieta el italiano (21 a?os) con las tobilleras embarradas, pero una y otra vez choca contra el granito. Seis (de seis) opciones de break le niega el de Belgrado, que como siempre llega a todas partes. Dos veces cierra la puerta en el primer juego y, a partir de ah¨ª, control, control y m¨¢s control. No hay forma de que el pelirrojo le encuentre las cosquillas. Si el a?o pasado recibi¨® un buen palo en los cuartos, cuando el n¨²mero dos le remont¨® dos parciales, esta vez el desarrollo es lineal y favorable desde el principio a su rival. Intercambios hermosos, mucho ritmo. Pero bajo presi¨®n, el estiloso Sinner palidece.
Hasta este cruce, el transalpino hab¨ªa eliminado a un ramillete de adversarios sin excesivo rango, cuatro de ellos fuera del top-50. Sin embargo, esta es otra historia. Un par de roturas ¨Cprimera y segunda manga¨C, la tradicional exhibici¨®n al resto ¨C75%¨C y el reducido registro de errores no forzados (21) gu¨ªan a Djokovic hacia otra gran final. ¡°?Barbilla arriba, cabeza alta!¡±, gestualizan desde su banquillo, mientras la historia se?ala que ha aterrizado por novena vez en el episodio definitivo de Wimbledon (12 alcanz¨® Federer) y que ya divisa a Evert por el retrovisor, como a Serena Williams (33), Martina Navratilova (32), el suizo y Steffi Graf (31), y tambi¨¦n Nadal (30).
As¨ª es la vida del serbio, un cazador de r¨¦cords que no desiste. S¨®lido y contenido, sin inflamarse pese a que el juez haya detenido un punto al entender que su grito hab¨ªa sido desmedido o a que un espectador haya intentado descentrarle en un saque, Djokovic no se detiene. ¡°Cuando me han pitado eso [haindrance, por el sonido emitido al pegar el rev¨¦s] estaba un poco nervioso con el ¨¢rbitro, as¨ª que he tenido que relajarme. No me hab¨ªa sucedido esto en toda mi carrera¡±, afirma en la entrevista pos-partido; ¡°imagino que ha sido por el eco que se ha escuchado por el techo... Muchos de mis rivales han gritado mucho m¨¢s y jam¨¢s les han pitado nada as¨ª, pero lo acepto y lo respeto¡±.
Antes de que bromee y cierre, le molesta la lentilla en el desempate, se resbala y cae. Comienza a remolque. ?Se estira la tarde? No hay sobresalto, lo levanta. C¨®mo no. Y son ya 15 consecutivos los que se ha adjudicado en los grandes. En los instantes delicados, Sinner se desmiga como un polvor¨®n; ¨¦l, en cambio, no tiembla ni aunque lo lancen a un tanque de tiburones. Rara vez no da con la escapatoria. En Wimbledon, ¨¦l conoce todas las trampillas.
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