El francotirador Adri¨¢n Ben, cuarto del mundo en los 800m de Budapest
En una carrera demasiado lenta para sus posibilidades y ganada por el canadiense Marco Arop, el atleta gallego se queda a ocho cent¨¦simas de la medalla de bronce
Son los 800m. Dos vueltas a la pista en la noche m¨¢s h¨²meda y c¨¢lida de la semana. Ocho atletas en la final. Ocho sabios. Cada uno tiene una bala, un solo disparo. Son los 800m. No hay espacio ni tiempo para el falso movimiento. Adri¨¢n Ben es uno de ellos. Es un francotirador. Un atleta con estilo. La elegancia del movimiento. Sobrio. Un atleta sustantivo. Los adjetivos, las florituras, le sobran, tan feas. Conoce, como los mejores tiradores, la virtud de la paciencia, la capacidad de esperar una mil¨¦sima de segundo m¨¢s que los dem¨¢s para tomar la decisi¨®n correcta. En el 800m, el atleta no controla el tiempo, solo lo utiliza. La carrera sale lenta. Wanyonyi, el keniano que toma el mando, no tiene inter¨¦s en la velocidad. Pasan los 200m en 25 segundos, los 400m en casi 53s. Demasiado lenta para Ben, gallego de Viveiro (Lugo), de 25 a?os, un campe¨®n de Europa en pista cubierta, que disputa su tercera final con los mejores del mundo de la distancia m¨¢s igualada, m¨¢s abierta. Once campeones diferentes en los ¨²ltimos 12 mundiales. Ning¨²n espa?ol como ¨¦l en la historia. Ni siquiera Mariano Garc¨ªa, el murciano de Cuevas de Reyllo, campe¨®n de Europa al aire libre de la distancia, campe¨®n del mundo en pista cubierta, que, lesionado, no lleg¨® a Budapest.
Sexto en el Mundial de 2019, quinto en los Juegos de 2021. Est¨¢ mejor que nunca. Por primera vez ha trabajado en altitud. Tres concentraciones. En Sud¨¢frica, dos veces; en los Pirineos, en Font Romeu, un monasterio casi, una vez. Fisiol¨®gicamente ha alcanzado una madurez extraordinaria, el esplendor. Mejor que en toda su vida. Mejor que en todo el a?o, como demostr¨® en las series y en la semifinal. T¨¢cticamente es un genio. Su entrenador, Arturo Mart¨ªn, de Moratalaz, casi bebe de sus palabras, de sus explicaciones.
Lo tiene todo para ganar, pero acaba cuarto. Entra demasiado retrasado en la ¨²ltima recta, le cuesta recuperar. Se encuentra la calle ocupada por el brit¨¢nico Pattison. Se desespera aunque quiere estar contento. Sufre la crueldad del atletismo, la delgadez de la l¨ªnea tan fina que separa ¨¦xito de fracaso, sin posici¨®n intermedia, una mil¨¦sima.
¡°Cada carrera es un mundo¡±, dice. ¡°He intentado ser un poco m¨¢s plastilina, m¨¢s pl¨¢stico, vamos a ver qu¨¦ somos capaces de hacer. He decidido ser paciente, esperar al final, y simplemente, el tener que dar un paso al lado para abrirme, un paso de m¨¢s, me ha costado la medalla¡±.
Un paso de m¨¢s. Unas cent¨¦simas.
Y explica su paradoja. ¡°Lo pagu¨¦. Pagu¨¦ mi retraso. Estoy contento de estar descontento¡±, dice, expresi¨®n de su rebeld¨ªa y su deseo competitivo. De su rabia por ser el mejor espa?ol de siempre en un Mundial al aire libre pero no poder volver a su Viveiro, a su playa, al pueblo sin pista de atletismo del que sali¨®, sin llevar en el cuello el peso desmesurado de una medalla. ¡°Y lo que me habr¨ªa gustado que todos la tocarais y vierais lo que es¡±, dice ante el arrobado auditorio de plumillas tan happy de poder escucharle, adoradores.
Y explica por qu¨¦ no ha ganado, por qu¨¦ en vez de avanzar, como le gusta, por la calle uno, pegado a la cuerda, se ha abierto a la tres, por qu¨¦ su 1m 44,91s le ha dejado a ocho cent¨¦simas del tercero, el brit¨¢nico Ben Pattison (1m 44,83s), a 38 del segundo, Wanyonyi joven y plet¨®rico, tan espiritual que antes de empezar se arrodilla en el tart¨¢n y se santigua mirando el cielo, tan grande pero no tanto como el ganador, enorme de cuerpo, el canadiense Marco Arop (1m 44,24s).
¡°Carrera lenta. Barullo. Ir atr¨¢s a veces te evita problemas. Me he tenido que abrir y lo he pagado¡±, dice. ¡°He intentado pasar como siempre por dentro pero me he encontrado un muro, Wanyonyi, Pattison, Sedjati¡ Y he dicho, hostia, aqu¨ª me freno y no me puedo frenar. Entonces he intentado abrirme, he pasado a Sedjati¡ Si uno de los tres hubiese ido un pel¨ªn. Yo creo que solo hay una variante de que se me pongan tres t¨ªos en l¨ªnea en la recta. Y es lo que ha pasado. Y hab¨ªa un momento en el 30 ya, que no ha sido como en las semifinales, que segu¨ªa como si nada, y ah¨ª ya s¨ª que he colapsado. He intentado llegar y llegar, llegar, llegar y he dicho, por favor, por lo menos mejora el quinto puesto de los Juegos. Seguiremos trabajando. Esto me sirve de gasolina¡±.
Minutos antes que Ben sufrieron una desilusi¨®n mucho mayor los relevistas espa?oles de 4 x 400 --I?aki Ca?al, Samuel Garc¨ªa, Bernat Erta y ?scar Husillos--, cuya lanzada carrera hacia la final qued¨® frenada bruscamente cuando, en el pase de testigo entre Garc¨ªa y Erta, de la segunda a la tercera posta, el atleta indio Amoj Jacob se movi¨® hacia el centro de la pista, por donde comenzaba a acelerar Erta en vez de echarse a un lado despu¨¦s de haber entregado su testigo. Erta choc¨® con ¨¦l y perdi¨® unos metros preciosos que ni ¨¦l ni Husillos lograron colmar. La reclamaci¨®n espa?ola no fue atendida. En la ¨²ltima jornada, el domingo, la esperanza es Mo Katir, uno de los favoritos del 5.000m en el que Jacob Ingebrigtsen buscar¨¢ el oro que no encontr¨® en el 1.500m.
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