Jim Walmsley completa su sue?o americano al ganar el Ultra Trail del Mont Blanc
El primer estadounidense en vencer en los 171 kil¨®metros del UTMB pone fin a a?os de intentos fallidos, mientras su compatriota Courtney Dauwalter domina la carrera femenina
Son las dos y media de la madrugada en el avituallamiento de Courmayeur, con 80 kil¨®metros en las piernas, casi la mitad de los 171 del Ultra Trail del Mont Blanc. Es el momento demoledor, corriendo entre el silencio y la niebla, todav¨ªa con el amanecer muy lejos. Aquellas mesas son un lugar sagrado, nadie se acerca. Llega Jim Walmsley para que su esposa, Jess Brazeau, la corredora con la que dej¨® su zona de confort al otro lado del Atl¨¢ntico para convertirse en el primer corredor estadounidense en ganar el santo grial de la ultradistancia, renueve su mochila, le d¨¦ una camiseta limpia y le recuerde qu¨¦ comer, aunque no tenga hambre. Tarda tres minutos y medio, dos menos que en 2022. Porque la met¨®dica pareja entrena las paradas en boxes. ¡°Ya sabes c¨®mo es¡±, resume ella. Su vida de monje termin¨® en gloria este s¨¢bado en Chamonix tras 19h37m47s. El Poulidor del trail asumi¨® al fin el papel de Anquetil.
No fue hasta las 16 horas, pasado el kil¨®metro 140, cuando Walmsley dio el golpe de efecto. Porque su compatriota Zach Miller, un tipo que entrenaba ultras subiendo escaleras en el crucero en el que trabajaba, le sali¨® respond¨®n. Su apuesta la lanz¨® en Courmayeur, con una parada breve de minuto y medio que le permiti¨® superarle y acelerar hacia el Grand Col Ferret (2.525 metros). Al amanecer, el cuento de hadas era suyo, con ventajas superiores a los diez minutos y un ritmo de metr¨®nomo.
La conversi¨®n de Walmsley, forjado en carreras como Western States ¨Cmenos desnivel, t¨¦cnica e incertidumbre meteorol¨®gica¨C, ha sido un ejercicio mental. Controlar su agresividad ¨Cel a?o pasado explot¨® en el tramo final ante Kilian Jornet¨C con un plan medido. As¨ª super¨® su momento m¨¢s aciago cuando Germain Grangier le arrebat¨® el segundo puesto. Entonces se rebel¨®, adelant¨® al franc¨¦s y aceler¨® en la bajada hacia Trient para arrebatarle el trono a Miller, m¨¢s destartalado, metiendo la mano en la fuente para refrescarse sin parar de correr. Cuando lleg¨® al avituallamiento, su compatriota ya ten¨ªa la nueva mochila puesta. Se recompuso para ser segundo y entrar esprintando en meta para bajar de 20 horas (19h58m58s). Grangier fue tercero.
As¨ª termin¨® la selecci¨®n natural que comenz¨® con la puesta de sol, despu¨¦s del paso por Saint-Gervais, una localidad de 5.000 habitantes que estos d¨ªas aloja a 25.000 personas. Por eso su director de Turismo sirve el vino en la plaza. Tras un inicio suave, la carrera se desvela en Notre Dame de la Gorge, el inicio de una subida a la que llega desbocado Tom Evans ¨Cel soldado brit¨¢nico que fue tercero en 2022¨C con los dos yankees a rueda, usando los bastones para adentrarse en un mar de aficionados con frontal ¨Calgunos llevaban hasta antorchas¨C, toda una sociedad entregada, desde un beb¨¦ acurrucado a veteranos con muletas.
All¨ª, Pau Capell ya hab¨ªa perdido contacto ¨Cd¨¦cimo a dos minutos¨C, uno de tantos cad¨¢veres que dej¨® la noche. Evans desapareci¨® antes de Courmayeur ¨Cle preguntaron a Petter Engdahl, su compa?ero de club, si le hab¨ªa visto porque iba delante de ¨¦l¨C y acab¨® en el hospital. El sueco, ganador de los 100 kil¨®metros de la CCC el a?o pasado, se fundi¨® antes de tiempo. Mathieu Blanchard, la sombra de Kilian el a?o pasado, estuvo siempre en el segundo grupo y fue cuarto. Y Miguel Heras vio truncada una remontada que le llev¨® al octavo puesto por unas molestias en el tal¨®n. Tanto ¨¦l como Capell ¨Cel ganador de 2019 confes¨® no tener piernas¨C se bajaron antes del Grand Col Ferret.
Courtney Dauwalter, una de las cinco ganadoras estadounidenses en el UTMB, fue avanzando puestos en la clasificaci¨®n general, su incentivo tras sentenciar a las chicas en apenas cinco horas rumbo a su tercer t¨ªtulo. Su infinita sonrisa ¨Ctiene tiempo para cepillarse los dientes en las paradas¨C eleva esta fondista a la categor¨ªa de mito. Nadie recibe m¨¢s v¨ªtores, una devoci¨®n que soporta con paciencia. A sus 38 a?os, ha ganado en apenas dos meses la Western States, la Hardrock 100 y el UTMB, una triple corona in¨¦dita. Sirva como ejemplo que Evans gan¨® la Western States para claudicar en Chamonix. Y que Walmsley, de 33 a?os, apart¨® cualquier distracci¨®n en pos de su obsesi¨®n alpina. La americana pag¨® el peaje, sufriendo de lo lindo la ¨²ltima hora y media con calambres, andando hasta en algunas bajadas. Pero su ventaja, que super¨® la hora, no peligr¨®. Cruz¨® la meta en 23h29m14s con Katharina Harmuth, Fuzhao Xiang, Blandine L¡¯Hirondel y Maite Maoira, que firm¨® la mejor actuaci¨®n espa?ola, a su estela.
Frente a los sepulcrales avituallamientos de los l¨ªderes, Elena Aguilera carga en Les Contamines todo lo imaginable para asistir a su marido Iv¨¢n Mart¨ªn: camiseta t¨¦rmica, unos guantes que no utiliza porque la temperatura es buena, decenas de geles o una bolsa de palmeras. ¡°?l lo prepara todo, yo me lo cargo a las espaldas, que pesa un huevo¡±. D¨ªa y medio llevando el bulto en autob¨²s al siguiente encuentro, esperando que no se retrase demasiado para no preocuparse. Como el asistente de Jadine, que intentaba explicar a la corredora lo que ven¨ªa en el siguiente segmento cuando ella, agotada, solo quer¨ªa un beso. Son los mineros del trail, los que pasar¨¢n una segunda noche a la intemperie para llegar antes del cierre (46 horas y 30 minutos) a Chamonix, ya te?ida de barras y estrellas.
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