Fernando Valenzuela: ¡°Cuando yo empec¨¦ hab¨ªa un 8% de latinos en el estadio, hoy tenemos un 50%¡±
El legendario p¨ªcher de Los ?ngeles Dodgers habla de su trayectoria, el tard¨ªo retiro de su n¨²mero y su legado en Estados Unidos
¡°?C¨®mo explicar¨ªa a alguien que no sabe de b¨¦isbol qu¨¦ fue la Fernandoman¨ªa?¡±. La pregunta que Fernando Valenzuela mire hacia arriba. La mirada hace recordar el famoso gesto que hac¨ªa para tomar impulso en los a?os 80 sobre el mont¨ªculo del estadio de los Dodgers de Los ?ngeles. Esta tarde Valenzuela (Sonora, M¨¦xico, 1960) no est¨¢ sobre la lomita, sino en las butacas de uno de los templos m¨¢s antiguos del b¨¦isbol en Estados Unidos. ¡°Dir¨ªa que es el comienzo de mi carrera, vino a ra¨ªz de toda esa gente que estuvo siguiendo mis juegos¡±, dice Valenzuela con modestia. Vin Scully, el hist¨®rico locutor del equipo angelino, fue m¨¢s expresivo. Lo describi¨® en su d¨ªa como ¡°una experiencia religiosa¡±.
Este verano ha tra¨ªdo de vuelta aquellos d¨ªas de euforia. Los Dodgers retiraron hace un mes el n¨²mero 34 que Valenzuela hizo famoso gracias a su brazo izquierdo. Casi toda la afici¨®n admiti¨® que el gesto del reconocimiento tard¨® mucho en llegar. Para ser exactos, tom¨® 32 a?os desde que dej¨® de vestir el uniforme. La demora fue en parte, por el purismo del deporte, que considera que este honor solo lo merecen los jugadores que est¨¢n en el Sal¨®n de la Fama de Cooperstown. Valenzuela no lo es a pesar de haber sido el primer novato de la historia que gan¨® el trofeo Cy Young, ser All-Star seis a?os consecutivos y dejar el club convertido en el octavo lanzador con m¨¢s victorias.
¡°Se ve¨ªa venir¡±, dice Valenzuela, un hombre conocido por sus pocas palabras y por ser en extremo celoso de su privacidad. ¡°Nadie desde esa ¨¦poca hab¨ªa usado el 34, para m¨ª lo importante es que lleg¨® el momento. Estoy muy contento¡±, a?ade. La noticia al fin le provoca alegr¨ªa, porque el d¨ªa del evento era un manojo de nervios. ¡°Prefiero estar con bases llenas y sin outs¡±, dijo a los periodistas, provocando risas.
Valenzuela ha evitado durante d¨¦cadas los reflectores. En julio de 2021, cuando el equipo celebr¨® los 40 a?os del t¨ªtulo de 1981, fue el ¨²ltimo en aquel legendario equipo en llegar al estadio. Dedic¨® su ma?ana a otra de sus grandes pasiones, el golf. Jug¨® 18 hoyos y se dirigi¨® a Chavez Ravine una vez que los termin¨®. Fernando es hoy comentarista en espa?ol de la transmisi¨®n de los partidos de los Dodgers en espa?ol. Solo hace apuntes entre la primera y s¨¦ptima entrada, lo que le permite abandonar el estadio sin tener que detenerse cada 15 metros a tomarse una fotograf¨ªa o dar un aut¨®grafo a los aficionados.
El menor de 12 hijos de una modesta familia de Navojoa, Sonora, Valenzuela obtuvo en 2003, en su primer a?o elegible, solo un 6% de votos del 75% necesario para entrar al Sal¨®n de la Fama. Un a?o m¨¢s tarde solo obtuvo 19 apoyos, lo que evapor¨® la posibilidad de que se convirtiera en el primer mexicano en entrar al selecto grupo. Si Fernando debe estar all¨ª o no es material de interminables debates para los aficionados. Pero el p¨ªcher est¨¢ en paz con su ausencia de Cooperstown. ¡°Lo m¨¢s importante para m¨ª es el cari?o de la gente, el apoyo de toda la gente hispana, no solamente aqu¨ª en el ¨¢rea de Los ?ngeles, fuera tambi¨¦n¡±, se?ala.
En su libro Daybreak at Chavez Ravine, Erik Sherman, historiador del b¨¦isbol, afirma que el legado de Valenzuela trasciende el deporte. ¡°... fue un sanador en un tiempo, muy similar al de ahora, donde muchos estadounidenses perciben a los mexicanos como ciudadanos de segunda clase. Para los latinos significa lo que Jackie Robinson fue para los negros¡±, escribe el autor. El car¨¢cter humilde del lanzador no reclama tal papel en la historia, pero al hablar del templo de los Dodgers, un edificio solo dos a?os m¨¢s joven que Valenzuela, habla de c¨®mo se ha transformado su audiencia. ¡°Cuando yo empec¨¦ hab¨ªa entre un 6 y 8% de hispanos entre los asistentes. Ahorita ya tenemos un 50%. Adonde voltees oyes hablar espa?ol¡±, afirma.
Los Dodgers celebrar¨¢n el 20 de septiembre la herencia guatemalteca. Hace unas semanas el himno de El Salvador se escuch¨® antes del partido contra Arizona y las banderas decoraban el parque. En agosto se celebra a los mexicanos. Todo esto ser¨ªa imposible si un Valenzuela de 18 a?os no hubiera llamado la atenci¨®n del legendario recluta Mike Brito. El fichaje se concret¨® en 1979 y fue necesario que el brazo de Valenzuela, que proven¨ªa de Yucat¨¢n, se curtiera en las menores. El momento hizo ebullici¨®n en 1981. Los latinos acudieron en masa a ver a alguien como ellos triunfar en el centro del diamante. Fue el fin del encono entre los mexico americanos y el equipo de Los ?ngeles, quien vio c¨®mo la ciudad desahuci¨® en 1959 a decenas de familias mexicanas del terreno donde hoy se levanta el estadio. Esto hizo que durante d¨¦cadas, los latinos dieran la espalda al equipo. Hasta que lleg¨® la Fernandoman¨ªa.
¡°Cuando est¨¢s adentro del terreno es dif¨ªcil captar todo lo que est¨¢ sucediendo a tu alrededor. Hay gente que me cuenta de algunos juegos que realmente yo no recuerdo, lo que me indica que la gente s¨ª estuvo metida¡±, dice Valenzuela. Entre las fechas que recuerda con nitidez est¨¢ el 23 de octubre de 1981. Entonces sali¨® como p¨ªcher abridor en la Serie Mundial donde su equipo se enfrentaba a los Yankees de Nueva York. Los del este hab¨ªan ganado en casa los primeros dos juegos de la serie. Valenzuela lanzaba en su primera final, apenas unos meses de su debut. Con ayuda de otro rookie, Dave Righetti, y del bateo de Pedro Guerrero, los Dodgers ganaron 5-4 en un partido con una asistencia de 56.000 personas. Cinco d¨ªas m¨¢s tarde, el equipo conquist¨® su primer t¨ªtulo en 16 a?os y despu¨¦s de haber perdido cuatro Series Mundiales entre 1966 y 1978.
¡°?Te imaginas?¡±, pregunta Valenzuela alzando las cejas y mostrando su gran dentadura blanca. ¡°Siendo mi primer a?o y estar en Serie Mundial, ?contra los Yankees!, participar y ganarla. No hay otra, es la mejor¡±, asegura. Otra gran noche de la d¨¦cada que visti¨® de azul y blanco fue el 29 de junio de 1990. Lanz¨® el ¨²nico juego sin hit ni carrera en toda su trayectoria en Estados Unidos. Le tom¨® 119 lanzamientos, pero pudo dejar en ceros a los Cardenales de San Luis. En Toronto, ese mismo d¨ªa, el p¨ªcher de los Atl¨¦ticos de Oakland, Dave Stewart, hizo lo mismo contra los Blue Jays. Fue la primera vez desde 1898 que hubo dos juegos as¨ª en una noche.
Los Dodgers se deshicieron de Fernando en 1991 en un gesto casi deshonroso. ¡°Todas las carreras deben llegar a su fin¡±, dijo Peter O¡¯Malley, el due?o del equipo entonces. Valenzuela fue fichado por los ?ngeles de California, el equipo de la ciudad de Anaheim, que buscaba llevar m¨¢s gente al estadio. Para probar el nivel del zurdo, le pidieron que jugara con la filial de ligas menores, en Palm Springs. Cuando Valenzuela se present¨® hab¨ªa cerca de 5.000 personas esper¨¢ndolo. Algo inaudito para los Angels. ¡°Llegar all¨ª y despu¨¦s fue un problema, pero es lo que sucedi¨®. Para mi estilo de juego necesitaba estar m¨¢s activo y en ese entonces me toco ir a las menores a prepararse¡±, dice.
Vincent Nava fue el primer hispano en las grandes ligas. Lleg¨® al b¨¦isbol en 1882, aunque el jugador se identificaba m¨¢s como espa?ol. Durante la d¨¦cada de los 40 hab¨ªa decenas de latinos jugando a la pelota. Fernando Valenzuela est¨¢ lejos de ser el primer mexicano en el deporte, pero su legado s¨ª est¨¢ entre los m¨¢s influyentes.
Hoy son los jugadores de Rep¨²blica Dominicana quienes dominan la presencia en grandes ligas con 90 jugadores. Les sigue Venezuela con 53 y despu¨¦s Cuba con 20. M¨¦xico aporta solo ocho jugadores en un lejano quinto sitio de su antecesor, puerto Rico, con 19 jugadores. ?Por qu¨¦ tan pocos han seguido los pasos de Valenzuela? ¡°Tienes que pertenecer a un equipo, entonces muchos no van como free agent. Eso dificulta un poco al jugador mexicano. No es como los otros pa¨ªses, que los equipos van directo al jugador a ofrecerle dinero. Pero de diez sobresalen dos. En M¨¦xico hay talento, y ¨²ltimamente el jugador mexicano est¨¢ al nivel de las grandes ligas¡±, se?ala Valenzuela.
Uno de esos grandes talentos mexicanos en las mayores se encuentra ahora en sus horas m¨¢s bajas. El p¨ªcher Julio Ur¨ªas, originario de Sinaloa, estaba llamado a seguir la estela de Valenzuela en el equipo de Los ?ngeles, pero un episodio de violencia dom¨¦stica tiene su carrera al borde del abismo. Esta semana su n¨²mero 7 era imposible de encontrar en las tiendas del estadio. Su imagen ha sido borrada en el mes de la herencia hispana, que comenz¨® este viernes. ¡°?l no sigue m¨¢s con el equipo este a?o¡±, se?ala Valenzuela, quien no tuvo ning¨²n esc¨¢ndalo en su tiempo como figura p¨²blica y est¨¢ casado con la misma mujer desde hace 40 a?os. ¡°Yo creo que se tiene que tomar en cuenta el resultado de su audiencia¡±, agrega. Ur¨ªas ir¨¢ a la corte el 27 de septiembre. De momento, la estatura de Valenzuela es inalcanzable.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.