Haile Gebrselassie: ¡°Si en 2008 hubiera tenido las zapatillas de ahora, habr¨ªa bajado de dos horas¡±
El legendario atleta et¨ªope y la maratoniana portuguesa Rosa Mota, campeona ol¨ªmpica hace 40 a?os, corren este domingo en Madrid
Rosa Mota y Haile Gebrselassie suben al escenario. La historia del marat¨®n en dos cuerpos menudos, vividos, inquietos. Los dos, corredores legendarios, correr¨¢n este domingo en Madrid. El et¨ªope ser¨¢ uno de los 21.000 participantes en los 21.097,5 metros de la Media Marat¨®n que patrocina Telef¨®nica en su centenario; la portuguesa, tocada en un isquio, solo se atrever¨¢ con la carrera ProFuturo, 5.800 metros. Los dos tienen historias que contar. Uno habla, la otra no.
Como su coet¨¢nea Carmen Valero en Espa?a, Mota, de Oporto, de 65 a?os, simboliza la pelea de la mujer para ser reconocida como capaz de correr una marat¨®n, algo discutido por el hombre que domina federaciones y comit¨¦s hasta hace nada. Mota fue ya campeona de Europa en 1982, en la primera competici¨®n oficial en la que se admit¨ªa a mujeres en la distancia de los 42,195 kil¨®metros, y en la primera marat¨®n ol¨ªmpica, la de Los ?ngeles 84, fue medallista de bronce. Despu¨¦s fue campeona mundial en Roma 87 y campeona ol¨ªmpica, por fin, en Se¨²l 88. Sigue corriendo y dice que para ella correr es como Facebook, el lugar en el que encuentra amigos por todas partes, pero se niega a hablar de sus comienzos, a contar por qu¨¦ le dio por correr, como si su humildad le prohibiera sentirse protagonista de una epopeya. ¡°Hablar¨¦ de lo que sea, menos de m¨ª¡±, advierte una mujer que en su vida competitiva, hasta los 43 a?os, ha corrido 21 maratones, el m¨¢s r¨¢pido en 2h 23m 29s, a¨²n r¨¦cord de Portugal (y habr¨ªa sido r¨¦cord de Espa?a hasta hace cuatro meses) y ha ganado en Londres, Boston y Chicago. ¡°Nunca he querido hablar de m¨ª y no voy a cambiar ahora¡±.
De su infancia corriendo a los ocho a?os 20 kil¨®metros diarios para ir a la escuela, 10 de ida, 10 de vuelta, por caminos con piedras que le obligaban casi a correr de puntillas para no herir sus pies, habla siempre gustoso Gebrselassie, uno de los m¨¢s grandes fondistas conocidos, que simboliza la transformaci¨®n casi revolucionaria que ha sufrido el marat¨®n.
En 2005, cuando a¨²n solo hab¨ªa corrido un marat¨®n, Haile Gebrselassie, 50 a?os ya, descubri¨® en Almer¨ªa el sabor de los primeros tomates raf, los aut¨¦nticos, los que se cultivaban en estercoleros, y casi 20 a?os despu¨¦s a¨²n recuerda su sabor, tanto como recuerda, casi con suspiro nost¨¢lgico, su primera marat¨®n, la de Londres 2002, que termin¨® tercero (2h 6m 35s, r¨¦cord de Etiop¨ªa y en la que todo lo que bebi¨® fue agua. La prehistoria. Ex plusmarquista mundial y tercero a¨²n en la lista de todos los tiempos tanto de 10.000m (26m 22,75s) como 5.000m (12m 39,36s) con marcas de 1998, es solamente el 33? en la lista del marat¨®n con la marca de 2h 3m 59s con la que bati¨® el r¨¦cord del mundo en Berl¨ªn en 2008. ¡°Claro, mi especialidad eran los 5.000m y los 10.000m, distancia en la que gan¨¦ en dos Juegos Ol¨ªmpicos. Al marat¨®n solo me pas¨¦ al final, a los 29 a?os¡±, dice Gebrselassie, pr¨®spero empresario en Addis Abeba y due?o de varios hoteles. No ha vuelto a correr un marat¨®n desde que se retir¨® y tambi¨¦n ha olvidado sus aspiraciones de ser presidente de Etiop¨ªa. ¡°Durante tres a?os fui el ¨²nico que baj¨® de 2h 4m. Pero ahora el marat¨®n es una locura. Cada vez se corre m¨¢s r¨¢pido, m¨¢s r¨¢pido, m¨¢s r¨¢pido, gracias a unas cuantas cosas, pero especialmente una, las zapatillas. Son alucinantes ahora. Salgo ahora, hago unos 20 kil¨®metros al d¨ªa, con los nuevos modelos, y con ellos no corro, vuelo¡±. Y apoya sus palabras, expresadas con sequedad, cortantes, y un ¡°believe me¡± por si acaso, con el gesto de su mano imitando al despegue de un avi¨®n.
De los 32 que le preceden a Gebrselassie en una lista encabezada por el r¨¦cord mundial de 2h 35s que el recientemente fallecido Kelvin Kiptum estableci¨® en 2023 ¨C¡±Su muerte tan temprana me hizo sentir mucha tristeza¡±, dice. ¡°Joven. Accidente. ?Qu¨¦ se puede decir? Muy mal. Muy mal. Me da tanta pena¡ Es incre¨ªble¡±¨C, solo cuatro consiguieron sus marcas antes de agosto de 2016, los Juegos Ol¨ªmpicos de R¨ªo en los que Nike, en los pies de Eliud Kipchoge, introdujo las Vaporfly, las zapatillas de placas de carbono y espumas ligeras en gruesas suelas que transformaron el atletismo. Entre 2019 y 2023 cuatro maratonianos bajaron de 2h 2m, seis m¨¢s de 2h 3m, y 23 de 2h 4m. ¡°Aunque Kiptum est¨¦ muerto, estoy seguro de que la barrera de las dos horas caer¨¢ pronto¡±, dice.
¨CViendo estos datos, supongo que quiz¨¢s usted hubiera preferido haber nacido 20 a?os m¨¢s tarde, tener ahora 30 y convertirse en el primer atleta por debajo de las dos horas, una gesta que har¨¢ inmortal a su protagonista.
¨CCr¨¦ame, si en 2008, cuando yo corr¨ª en 2h 3m 59s, hubiera corrido con las zapatillas de ahora y no con las que us¨¦ entonces yo habr¨ªa sido el primero que lo hac¨ªa en menos de dos horas, jajajaja.
¨C?Cuatro minutos menos por las zapatillas solo? Y sus Adidas de 2008 se consideraban revolucionarias¡
¨C¡±?Y el entrenamiento! Yo s¨¦ muy bien c¨®mo entrenan ahora, cr¨¦ame, y mi entrenamiento, comparado con el suyo, era muy duro, muy duro¡±.
Como una vieja gloria que siente que fue y que se niega a dejar de serlo, Gebrselassie, y todo el mundo, recuerda los ¨²ltimos 200m, su sprint furioso contra Paul Tergat, en la final ol¨ªmpica de los 10.000m en Sidney 2000, habla de las ventajas que se tienen ahora. ¡°Todo es diferente. Por ejemplo, en mi debut en el marat¨®n de Londres, cuando fui tercero, de principio a fin solo beb¨ª agua. Nada m¨¢s. Solo agua. Y en Berl¨ªn estren¨¦ una especie de bebida energ¨¦tica muy sencilla, apenas poco m¨¢s que agua¡±, dice, en referencia a la revoluci¨®n de la nutrici¨®n en carrera, con la creaci¨®n de bebidas con 100 y 120 gramos de carbohidratos f¨¢cilmente digeribles en carrera que permiten al corredor no vaciarse nunca de energ¨ªa. ¡°Pero, ah, las zapatillas son lo m¨¢s¡±.
Si Gebrselassie acepta las bondades de algunos de los factores que han revolucionado el marat¨®n, con otros se muestra intransigente. No cree que sea bueno que los atletas j¨®venes, como Kiptum, que entre los 22 y los 23 a?os corri¨® tres maratones en menos de 2h 2m, se dediquen al marat¨®n sin haber fortalecido su organismo previamente en la pista, y tampoco, por supuesto, cree que el dopaje sea una buena cosa. ¡°S¨ª, ahora hay un mont¨®n de dopaje¡±, dice, aceptando que tanto en Kenia como en Etiop¨ªa se detectan docenas de positivos cada a?o. ¡°Los atletas parece que nunca pueden sentirse satisfechos. Nunca. Son muy ego¨ªstas. No les entiendo. Tienen las zapatillas, que les dan mucho m¨¢s que lo que les puede dar el doping, pero necesitan m¨¢s, quieren tener m¨¢s. No es bueno. Es malo para el deporte. Malo para el atletismo. La federaci¨®n internacional deber¨ªa investigar m¨¢s, y la AMA hacer m¨¢s controles a¨²n. Si no, no s¨¦ d¨®nde vamos a acabar¡±.
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