La Titan Desert, un ¡®rally¡¯ de 600 kil¨®metros en bici por el desierto, que busca mujeres

Este domingo arranca la Skoda Titan Desert, la carrera para bicicletas de monta?a sin¨®nimo de aventura que calc¨® su esencia del Par¨ªs-Dakar. Su ide¨®logo y precursor fue Juan Porcar, el primer espa?ol que compiti¨® en moto en la c¨¦lebre prueba inventada por el franc¨¦s Thierry Sabine. La Titan original se corre desde 2006 en el desierto de Marruecos, y aunque ahora existen r¨¦plicas hom¨®nimas en Almer¨ªa o en Arabia Saud¨ª, sigue siendo una referencia tanto por su dureza como por la est¨¦tica de sus recorridos.

Es una competici¨®n, s¨ª, con su reglamento propio de ciclismo, pero la cita sigue fiel a la idea de crear el escenario propicio para que los participantes vivan algo m¨¢s que una carrera al uso. Te puedes perder, quedarte tirado si falla la bici o tener que pedir socorro y una evacuaci¨®n si las fuerzas no aguantan en alguno de los seis d¨ªas de carrera programados. La cita exige capacidad para gestionar de forma aut¨®noma tanto el recorrido como las incidencias de carrera. Aqu¨ª no sirve de nada levantar el dedo y esperar un coche de asistencia para cambiar de bici, pedir agua o comida.

Manuel Tajada es Director de carrera desde la primera edici¨®n de la prueba. Es un hombre de monta?a nacido y criado en Benasque, en el coraz¨®n de los Pirineos, un tipo tambi¨¦n seducido por el desierto, un espacio con poco margen para las bromas. ¡°Esto es una competici¨®n, es el Dakar del mountain bike¡±, enfatiza. ¡°Los primeros corren mucho y como el recorrido no es muy t¨¦cnico, vuelan con medias de 28 o 30 kil¨®metros por hora, lo cual es una burrada teniendo en cuenta que van en bici de monta?a por pistas y dunas. Los ¨²ltimos, en cambio, hacen 12 horas sobre la bici. La prueba es tan aspiracional que viene gente que solo desea terminar y no competir¡­ lo mismo que ocurre con ciertos maratones de asfalto. Suele ser un vag¨®n de cola de 20 o 30 ciclistas que a menudo tienen incluso que bajarse de la bici en tramos donde nadie lo hace¡­ pero todos son bienvenidos. Luego hay unos 20 ciclistas que andan como tiros y que se orientan muy bien (entre ellos Miguel Indurain y su hermano Prudencio, Oscar Pereiro, Luis Le¨®n S¨¢nchez o Sylvain Chavanel), otros 20 que aguantan con los primeros hasta media etapa y luego 300 que est¨¢n muy en forma y caminan mucho y se lo han preparado muy bien¡±.

La primera edici¨®n convoc¨® a 180 participantes, que no sab¨ªan bien d¨®nde se met¨ªan. La ¨¦pica hizo el resto y en 2019, justo antes del cierre por la pandemia, hab¨ªa 800 inscritos en la prueba. En 2024 ser¨¢n casi 500 de 26 nacionalidades distintas, integrados en un circo ambulante donde se descansa en jaimas y se monta y desmonta casi cada d¨ªa el campamento que arropa a los participantes: comedores, duchas, tiendas, talleres mec¨¢nicos, masajistas, transportistas¡­

En la actualidad, existen muchas citas internacionales similares a la Titan y proliferan nuevas carreras bonitas y bien organizadas. ¡°No hemos sabido internacionalizarla del todo y la situaci¨®n social y econ¨®mica que vive el planeta tampoco ayuda. Incluso nosotros ofrecemos destinos como Almer¨ªa o Arabia, quiz¨¢ M¨¦xico el a?o que viene, y nos quitamos clientes a nosotros mismos. Es un mal generalizado¡±, explica Tajada. Tambi¨¦n es un signo del enorme crecimiento del ciclismo como opci¨®n no solo deportiva, sino tur¨ªstica, la excusa perfecta para salir de casa buscando alternativas a lo conocido. Con todo, no se puede calificar exactamente como turistas a los que se apuntan a la Titan, si bien su perfil es evidente: ¡°La media de edad de los inscritos es elevada y la mayor¨ªa supera con creces los 40¡å, asegura Tajada, y lo explica: ¡°es una carrera que cuesta dinero y no todos pueden permit¨ªrselo. En ese sentido es como el Dakar¡±. La inscripci¨®n ronda los 2.000 euros.

Por otro lado, el porcentaje de mujeres en la prueba alcanza apenas el 10% del total. ¡°Hay muy pocas mujeres. Hemos hecho muchas acciones para atraerlas, pero no lo hemos logrado en la medida que dese¨¢bamos. Es dif¨ªcil saber por qu¨¦. Es cierto que es una prueba inc¨®moda. Quiz¨¢ es que no hemos logrado hacer una pi?a grande de mujeres que se animen entre ellas. Incluso las corredoras de ¨¦lite alegan que el desgaste es tan grande que les perjudica a la hora de enfrentar otras pruebas del calendario. Es una asignatura pendiente¡±, reconoce el Director de la prueba.

Las dos primeras etapas, de monta?a, son en el sur del Atlas, en su parte menos abrupta. Despu¨¦s hay dos etapas intermedias para entrar al desierto y las dos ¨²ltimas son en el desierto de Merzouga, que alberga una cordillera de dunas tan famosa como Erg Chebbi. Aunque la prueba se ha movido hist¨®ricamente por este territorio, la Titan nunca repite etapas; busca nuevos escenarios. Este a?o el recorrido supera los 600 kil¨®metros y acumula un desnivel positivo de unos 7.000 metros con enormes contrastes entre la altitud, los ca?ones del Atlas y las dunas del desierto.

¡°El terreno des¨¦rtico es muy inh¨®spito, y puede ser psicol¨®gicamente duro porque a veces se hace mon¨®tono. Te sientes muy peque?o. Es como estar en la mar. Las tormentas de arena, el calor, son problemas recurrentes que incomodan mucho al ciclista¡­ pero el encanto es incuestionable¡­ a veces es como hacer esqu¨ª de monta?a¡±, ilustra Tajada. Con todo, los abandonos no los provoca el calor, el aburrimiento o el cansancio y la deshidrataci¨®n. Tampoco la incomodidad de la etapa marat¨®n en la que los ciclistas han de cargar con saco de dormir y esterilla y todo lo necesario para pasar una noche de vivac en un campo que solo ofrece agua, cena y un trozo de lona para resguardarse. ¡°El principal motivo de abandono son las llagas en el trasero¡±, reconoce el Director de la cita. ¡°Despu¨¦s, los problemas gastrointestinales, pese a que toda el agua est¨¢ embotellada: los participantes enferman por descuidar un poco la higiene personal. Ducharse es lo primero, y una vez limpio, comer. Hay que ser muy estricto y meticuloso¡±.

Thierry Sabine ide¨® el Dakar perdido con su moto durante tres d¨ªas en el desierto libio. Cuando el helic¨®ptero lo sac¨® de su infierno, dispon¨ªa de una idea que vender: ¡°El que viene a la Titan busca m¨¢s la aventura que la pura competici¨®n¡±, explica Tajada. ¡°Tambi¨¦n hay mucha necesidad de pertenecer a un grupo. Muchos se tat¨²an la T de tit¨¢n, se muestran orgullosos, le conceden valor a la empresa y se respira mucha sensaci¨®n de comunidad, de pertenecer a algo. Hemos conseguido que sea un reto muy aspiracional. Y bello¡±.

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