Iturralde Gonz¨¢lez: ¡°Un ¨¢rbitro es una persona que quiere dar sentido a la duda. Eso te atormenta¡±

Eduardo Iturralde Gonz¨¢lez (Bilbao, 57 a?os) es un r¨¦cord con piernas, silbato y ahora micr¨®fono. Entre 1995 y 2012 que anduvo activo ha sido el ¨¢rbitro que m¨¢s partidos ha pitado en Primera Divisi¨®n. Con esa ventaja, tambi¨¦n el que m¨¢s tarjetas ha sacado y el que m¨¢s penaltis ha se?alado. Hoy, retirado de los campos, no se ha desenganchado de la pol¨¦mica y sigue ahora agitando los campos con sus opiniones como comentarista en la Cadena Ser y otros medios. Su popularidad como colegiado tuvo sus d¨ªas de tormento, hoy, desde los micr¨®fonos, con su manera tan personal de ver el f¨²tbol y la vida, cae muy bien.

Pregunta. Hijo y nieto de ¨¢rbitros. Nadie puede decir que no entr¨® a su oficio avisado¡­

Respuesta. Ya, pero es que en esto te metes por la familia o por dinero¡­

P. ?C¨®mo dice¡­?

R. Me explico¡­ Con 15 a?os que empiezan muchos, pitas dos partidos el fin de semana e igual te sacas 70 u 80 euros para salir a tomar algo y eres el jefe de la cuadrilla. ?Qu¨¦ familia le da a un chaval ese dinero a la semana?

P. Ah¡­, vale.

R. La clave est¨¢ entonces en diferenciar entre quien verdaderamente siente el arbitraje o quien lo hace pues eso, por dinero.

P. ?Y usted lo sent¨ªa como vocaci¨®n?

R. S¨ª, s¨ª. Cuando est¨¢s en el campo, disfrutas como una manera m¨¢s de meterte en el f¨²tbol porque, al final, es un deporte, eh.

P. ?Qu¨¦ amaba m¨¢s de ni?o? ?El rigor o la justicia?

R. Lo m¨ªo es curioso¡­ A m¨ª es que lo que siempre me ha gustado es el anarquismo.

P. Lo suyo es de hac¨¦rselo mirar, entonces.

R. Pues s¨ª, porque en esa contradicci¨®n ando. Como ideolog¨ªa me gusta el anarquismo, no como caos, sino como una manera de concebir la responsabilidad individual. Sin embargo, me he ganado la vida haciendo que se respeten normas.

P. F¨¦rreamente, adem¨¢s. Usted ha sido el que m¨¢s tarjetas rojas y amarillas ha sacado.

R. ?Y el que m¨¢s penaltis ha pitado! Pero a m¨ª me gustaba hablar mucho con los jugadores. Es cuesti¨®n de car¨¢cter, no todos tenemos el mismo. Cada jugador deber¨ªa estudiar el ¨¢rbitro que le toca y as¨ª no se sorprenden luego.

P. ?A usted le conoc¨ªan bien?

R. ?Claro! Pero me respetaban m¨¢s que temerme. Yo hablaba con ellos, pero sab¨ªan que tampoco me iba a guardar las tarjetas.

P. ?Hay algo de masoquismo en el arbitraje? Saber que uno va a salir a un campo a que le insulten, no s¨¦ si a todo el mundo le gustar¨ªa.

R. El arbitraje deber¨ªa ser una rama de la psicolog¨ªa. La toma de decisiones nos llega muy pronto y eso va forjando una coraza. Cuando lo dejas, esa coraza desaparece y piensas: ?Ostras! Y yo, ?c¨®mo lo he hecho? No eres consciente de todo lo que menea el futbol.

P. ?Qu¨¦ menea el f¨²tbol?

R. Un poco de todo. Sentimientos, que es lo peor. ?Por qu¨¦ pitar o no un penalti genera esos sentimientos? Entra lo irracional. Y ah¨ª no podemos hacer nada.

P. ?Ha meditado sobre lo que se necesita para ser consciente de que vas a ser insultado permanentemente por una masa y, aun as¨ª, seguir?

R. Te tiene que gustar mucho tu trabajo, tratar de no dudar. Saber que el camino es el que es y lo dem¨¢s, ruido. Si empiezas a hacer caso al ruido, est¨¢s perdido. Pero tienes que aceptar lo que el aficionado no tolera: que te vas a equivocar. Lo m¨¢s dif¨ªcil es, por ejemplo, lograr que el jugador acepte que falles.

P. ?Qu¨¦ es m¨¢s complicado de aguantar en la cabeza? ?La espera antes de un gran partido o el partido en s¨ª?

R. La espera¡­ Cuando rueda el bal¨®n, te tranquilizas, ese nudo en el est¨®mago se te quita. Andas en tu medio, en la selva que t¨² dominas.

P. ?Qu¨¦ consejos le dieron su abuelo y su padre?

R. Que fuese yo mismo, eso que habl¨¢bamos del ruido y el camino. Tambi¨¦n que hablara con la gente que conoce tu idioma. Preguntar y pedir consejo a quienes han estado en tu piel.

P. Ahora se lo puede preguntar tambi¨¦n al VAR.

R. Es que el VAR ha sido ese gran regalo que esper¨¢bamos en reyes y nos decepciona. Pens¨¢bamos que nos iba a llevar a lograr el error cero. Pero cuando las reglas se pueden interpretar, eso no se da al cien por cien. M¨¢s cuando no queremos es justicia, sino beneficios.

P. En un campo eso salta a la vista. ?Tambi¨¦n qu¨¦ jugadores son honestos y cu¨¢les no?

R. S¨ª, bueno, en nuestra manera de ser cabe el enga?ar.

P. ?No se basa el f¨²tbol en el enga?o? ?Qu¨¦ es sino un regate m¨¢s que hacer creer al contrario que el bal¨®n va ir por un sitio y llevarlo por otro?

R. S¨ª, pero bajo una regla. Una cosa es el enga?o mediante un regate y otra es la trampa. Tirarse, simular.

P. ?No se simulaba m¨¢s antes, sin c¨¢maras?

R. No, ahora se da m¨¢s, porque buscan el contacto para tirarse. Lo hacen tan bien que es puro teatro. El problema es que el perjudicado por esa actuaci¨®n no es el ¨¢rbitro, sino, otro compa?ero.

P. ?C¨®mo entrena un ¨¢rbitro?

R. Como un atleta, muchos sprints y mucha carrera de fondo. Llegar a la situaci¨®n con d¨¦ficit f¨ªsico provoca que falles. Pero lo que tienes que preparar m¨¢s es la cabeza, no el f¨ªsico. Y eso¡­

P. ?Qu¨¦ duele m¨¢s? ?La mente o el cuerpo?

R. Las dudas. Un ¨¢rbitro es una persona que quiere darle sentido a la duda. Eso te atormenta. Buscar el porqu¨¦ de esa duda. El por qu¨¦ no la he visto. Cuando ves tu error y piensas¡­ He estado ah¨ª y no lo he visto. Son preguntas que no tienen respuesta.

P. ?No dan a veces esa respuesta los aficionados?

R. En el campo notas si has fallado o no a medida que los murmullos aumentan o se callan. Y es as¨ª como debes saber resistir, cuando por esa intensidad de los murmullos descubres que te has podido equivocar. Ah¨ª es donde ves un buen ¨¢rbitro, en esa resistencia a la presi¨®n.

P. ?En qu¨¦ medida el abuso de autoridad destroza un partido?

R. Much¨ªsimo. Eso lo debes trabajar. Ver¨¢s qui¨¦n es mejor, a la hora de saber administrar el poder del ¨¢rbitro en un campo, que es total. En este pa¨ªs, de todas formas, a cualquiera que le ponen una gorra se le sube a la cabeza. Debes saber que el poder no te pertenece. El reglamento no es de los ¨¢rbitros, es del f¨²tbol. Nosotros lo interpretamos, no debes apoderarte de ¨¦l.

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