El Madrid vuela ante el Maccabi: 10 de 10 en la Euroliga

Euroliga jornada 6

Maccabi

70 99

Finalizado

Real Madrid

Diez de diez. El Real Madrid es un rodillo en la Euroliga. El ¨²ltimo triunfo ha ca¨ªdo este martes en Belgrado, sede en la que el Maccabi disputa sus encuentros como local en la competici¨®n europea debido a la guerra. En un pabell¨®n sin p¨²blico, entre el ruido de las zapatillas en el parqu¨¦ y los gritos de los jugadores, el equipo blanco explot¨® la dinamita de Campazzo (11 puntos y nueve asistencias), Hezonja (16 puntos y cinco rebotes) y Tavares (19 puntos y ocho rebotes) para recuperar el duelo aplazado que deb¨ªa celebrarse en Tel Aviv y comenzar con victoria (70-99) un marat¨®n que le lleva a jugar cinco encuentros en 10 d¨ªas. En el horizonte, tres desplazamientos seguidos complicad¨ªsimos en Europa, ante el Fenerbah?e el jueves y la pr¨®xima semana contra Olympiacos y Panathinaikos.

Las conexiones con Tavares son la mejor receta del Madrid para abrir cualquier defensa. As¨ª cocin¨® el conjunto blanco sus tres primeras canastas, seis puntos del gigante de Cabo Verde situ¨¢ndose como faro en la pintura y elev¨¢ndose por encima del aro (2-6). No por conocida los rivales son capaces de esquivar esta f¨®rmula del conjunto de Chus Mateo. Con un beneficio a?adido para los madridistas. Al atraer sobre s¨ª tanta atenci¨®n con esos movimientos, la retaguardia del rival se atrinchera y acaba dejando espacios libres en el patio exterior, un chollo cuando por esa zona merodea Campazzo con libertad para mover los hilos y esprintar. El Maccabi resisti¨® con fe en el rebote ofensivo y la buena direcci¨®n de Lorenzo Brown, el base campe¨®n europeo con la selecci¨®n espa?ola. Pero Campazzo era demasiado r¨¢pido y Tavares demasiado alto para los emigrados de Tel Aviv: 21-36 al final del primer cuarto con ocho puntos y seis asistencias del base argentino y 15 puntos del p¨ªvot. La exhibici¨®n de las dos estrellas blancas fue de a¨²pa, imparable. El Madrid se paseaba en Belgrado. Solo fall¨® cuatro tiros en ese tramo y ni siquiera dio la sensaci¨®n de forzar la m¨¢quina al m¨¢ximo.

Al Maccabi le costaba un mundo masticar cada canasta. A los blancos se le ca¨ªan los puntos de los bolsillos, muy c¨®modos en la circulaci¨®n del bal¨®n y en encontrar posiciones f¨¢ciles para el tiro. Hasta que Chus Mateo refresc¨® el mecano con piezas nuevas y el relevo encontr¨® una mayor resistencia en una defensa local en zona. El encuentro perdi¨® esa loca velocidad del arranque sin Campazzo y con varios parones del videoarbitraje. La renta blanca se manten¨ªa (31-45) pese a los continuos fallos en los triples y algunos ataques apresurados. Sin espectadores que le alienten, lejos de su pa¨ªs, el Maccabi encontraba en Nebo un poco de energ¨ªa para rebelarse. Campazzo y Tavares regresaron a la pista en los blancos, m¨¢s espesos pero a¨²n un par de cabezas por delante en el descanso: 41-52.

Tavares retom¨® su cuenta anotadora en un inicio de tercer cuarto con muchos fallos en los dos equipos, sobre todo desde el per¨ªmetro. El triple era una asignatura que se le atragantaba a todos los tiradores. Aunque no dejaba de intentarlo una y otra vez el Maccabi, que uno de esos arreones cant¨® tres bingos a distancia y redonde¨® un r¨¢pido parcial de 11-0 para regresar a la lucha (54-60), m¨¢s por coraz¨®n que por juego. El Madrid deb¨ªa recobrar la seriedad y respondi¨® con la inspiraci¨®n de Hezonja para apuntarse un 2-14 y alcanzar con cierta calma la pausa: 56-74. Cuando no aparece Campazzo o emerge Tavares, brilla Hezonja. El Madrid dispone de una artiller¨ªa ¨²nica.

El Madrid super¨® ese intervalo de sudores fr¨ªos y encar¨® el ¨²ltimo cuarto con los deberes hechos y la m¨ªnima obligaci¨®n de no dar pie a una nueva reacci¨®n del Maccabi. Los blancos ofrecieron el ¨²ltimo apret¨®n en defensa una vez que en ataque todo hab¨ªa sido mucho m¨¢s sencillo. Rudy, Musa, Ndiaye y Poirier se unieron al festival ofensivo. La ruleta de los cambios permit¨ªa mantener el acelerador a fondo y hasta hubo tiempo para dar pista a Hugo Gonz¨¢lez. A la espera de monta?as m¨¢s altas, en la silenciosa Belgrado el campe¨®n no tuvo problemas en ahogar al Maccabi.

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