Sito Alonso: ¡°La humildad no est¨¢ re?ida con la ambici¨®n¡±

Sito Alonso naci¨® en Madrid hace 48 a?os y a los cuatro su familia se mud¨® a Zaragoza. All¨ª comenzar¨ªa su carrera en los banquillos con solo 11 a?os y de la mano de su padre, entrenador profesional. Todo fue r¨¢pido: de la primera oportunidad en Monz¨®n a aprender del maestro A¨ªto Garc¨ªa-Reneses y a dirigir al Joventut, el Baskonia y el Barcelona antes de aterrizar en Murcia en 2019. En el UCAM ha hecho historia al eliminar al Valencia en cuartos y al Unicaja M¨¢laga en semifinales de la ACB ganando los cinco partidos como visitante. Hoy (20.30, Movistar), Sito empieza a jugar su primera final liguera, ante el Real Madrid en el WiZink en el primer encuentro de una serie al mejor de cinco. El conjunto murciano, que debut¨® en la ¨¦lite en 1990, tiene 4,3 millones de presupuesto y 4.100 abonados, y con nueve altas y cinco bajas el pasado verano, ha tocado el cielo. Y quiere m¨¢s.

Pregunta. ?Cu¨¢l es el secreto?

Respuesta. La cohesi¨®n del grupo. Son unos jugadores que en su carrera no hab¨ªan tenido las oportunidades que esperaban, o no hab¨ªan encontrado a las personas que confiaran en ellos. Eso ha hecho que nuestro grupo sea muy especial, que tengan una uni¨®n dif¨ªcil de encontrar en un equipo. Son ilusi¨®n y ambici¨®n, pero todos juntos.

P. ?Descubri¨® ese car¨¢cter especial cuando en agosto muri¨® su madre?

R. S¨ª, porque trabajaron de una forma que hizo que fuera m¨¢s f¨¢cil convivir con un momento de la vida muy complicado para m¨ª. El entrenador ha de intervenir en problemas, cada tres d¨ªas tienes un examen. Y este grupo nunca ha tenido un problema. Siempre han puesto por delante al equipo. Yo hab¨ªa perdido a la persona m¨¢s importante de mi vida junto a mi pareja y mi hija y me lo hicieron mucho m¨¢s f¨¢cil.

P. ?C¨®mo era su madre?

R. Mucha gente piensa en mi padre, porque fue entrenador profesional de baloncesto. La ¨¦tica de trabajo, de c¨®mo hacerse persona y entrenador, la hered¨¦ de ¨¦l. Pero mi madre ha tenido siempre un car¨¢cter especial, una resiliencia fuera de lo normal, unas ganas de vivir y de comunicarse, de tener ilusi¨®n por la gente, de ser muy querida. Y esa parte es fundamental en una profesi¨®n en la que tienes que levantarte de momentos de soledad, de preguntarte qui¨¦n eres. Antes del quinto partido en M¨¢laga a los jugadores les habl¨¦ de c¨®mo me hab¨ªan ayudado desde que muri¨® mi madre. Con ella hablaba de c¨®mo ve¨ªa al equipo, le dec¨ªa que luchaban de una manera especial casi sin conocerse, que cuidado con ellos.

P. ?C¨®mo empez¨® a entrenar a los 11 a?os?

R. Jugu¨¦ hasta la antigua Liga EBA, la siguiente categor¨ªa a la ACB, pero mi padre me dio una formaci¨®n personal y me invit¨® a entrenar desde muy joven para que tuviera un cargo de responsabilidad y supiera ser un ejemplo para los chicos. Me form¨¦ como persona desde el puesto de entrenador, eso cambi¨® mi vida.

P. ?Qu¨¦ aprendi¨® de A¨ªto?

R. He tenido varios padres adem¨¢s del m¨ªo. Guillermo Huguet me acogi¨® en Monz¨®n, me dio un equipo de Liga EBA con 23 a?os y me dej¨® hacer cosas que es dif¨ªcil con esa edad. Y luego me form¨¦ con el mejor entrenador espa?ol de todos los tiempos, A¨ªto Garc¨ªa-Reneses, el mejor formador de personas y de jugadores. Estar con ¨¦l fue fundamental para entender que deb¨ªa formarme de manera global, darle a mi cultura otra dimensi¨®n.

P. A los 30 a?os entrenaba en el Joventut a jugadores mayores que usted¡­

R. Siempre me ha pasado, desde muy joven. A los 23 ya entrenaba a jugadores de 30, iba a ruedas de prensa, dirig¨ªa ante miles de personas¡­ eso me ayud¨® a manejar la presi¨®n.

P. ?Y el a?o en el Barcelona?

R. El recuerdo deportivamente no es muy bueno. La situaci¨®n en Catalu?a entonces era muy convulsa para tener la familia all¨ª. Muy agradecido al Bar?a de que apostara por m¨ª. Los resultados no pueden ensuciar la experiencia de entrenar a un gran club.

P. ?Este UCAM Murcia defiende atacando?

R. S¨ª, es nuestra caracter¨ªstica. Muchas veces cuando un equipo coge una renta, y me ha pasado por ejemplo con el Baskonia ante el Madrid en una semifinal de Copa, la defiende en vez de atacarla otra vez. Este equipo sigue atacando en lugar de defenderse. Para defender su renta, es mejor atacar. No sabe defenderla. Es mejor que busquemos ganar de m¨¢s, y si no lo conseguimos, caeremos con nuestro estilo.

P. ?No se gana siempre desde la defensa?

R. No, eso no es verdad, lo que pasa es que la defensa forma parte de algo innegociable. Cuando en ataque no est¨¢s acertado, o tienes un porcentaje defensivo m¨¢s alto de lo normal o no puedes competir por algo que no sea mediocre. El ataque marca el estilo, y el UCAM Murcia lo tiene, aunque si solo dependes de tu ataque, tienes un problema. La defensa nos ha dado mucho.

P. ?Es tambi¨¦n un equipo que comparte mucho el bal¨®n en lugar de buscar el brillo personal?

R. Eso lo hemos aprendido. Cuando compartimos el bal¨®n, somos mejor equipo. Eso cuesta, porque hay jugadores que ten¨ªan un papel de especialistas ofensivos que se han tenido que adaptar y ser m¨¢s defensivos, saber que la atracci¨®n sobre ellos puede beneficiar al resto.

P. El Unicaja les triplica el presupuesto¡­

R. Ahora hay quien piensa que tenemos m¨¢s presupuesto que antes, y no es as¨ª. Somos un equipo humilde, pero la humildad no va re?ida con la ambici¨®n ni con la ilusi¨®n ni con la seriedad. Hemos dado un golpe en la mesa que espero que sirva para que todos se vuelquen con nosotros y no solo sea la UCAM quien nos apoye.

P. ?C¨®mo ve la final?

R. El Madrid tiene una cosa que nosotros no tenemos, la experiencia vital de ganar. Ellos saben ganar, saben manejar la presi¨®n mejor que nadie. Tienen campeones del mundo, de la Euroliga, jugadores que han pasado por la NBA¡­ La experiencia no la vamos a encontrar en este partido y la debemos compensar con much¨ªsima m¨¢s intensidad. Y sobre todo, creer en nosotros mismos.

P. ?Qu¨¦ har¨ªa si no fuera entrenador?

R. Algo relacionado con la psicolog¨ªa. Me gusta ense?ar, ayudar a gente a nivel mental. Hubiera sido entrenador de baloncesto igual. En Monz¨®n ten¨ªa las llaves del pabell¨®n y era muy feliz.

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