Itzulia 2024: Vingegaard y Roglic, por primera vez rivales en la carretera

Hace cien a?os, un periodista conspicuo, que a?os despu¨¦s mostrar¨ªa su piel camale¨®nica, y un arist¨®crata de abolengo, viajaron a Par¨ªs a tratar de convencer a otra persona notable de que su idea pod¨ªa salir adelante con un poco de ayuda. Uno era Jacinto Miquelarena, a quien inmortalizar¨ªa Pedro Mourlane, con aquella frase de ¡°qu¨¦ pa¨ªs Miquelarena¡±, despu¨¦s de escuchar a un mando militar dar una orden absurda a un soldado. El otro, Jos¨¦ Mar¨ªa Vilallonga y Medina, segundo conde de Vilallonga, nacido en Sevilla y que hab¨ªa sido presidente del Athletic, fich¨® al mejor entrenador de su historia, mister Pentland, en el exclusivo hotel Savoy de Londres, y era nieto de la beata Rafaela de Ybarra, con calle en Bilbao.

Ambos representaban al peri¨®dico Excelsior, el primer diario deportivo fundado en Espa?a, que se imprim¨ªa en la rotativa que le hab¨ªa regalado al PNV, a trav¨¦s de Sir Ram¨®n de la Sota, el magnate estadounidense William Randolph Hearst por su contribuci¨®n al esfuerzo b¨¦lico de su pa¨ªs en la I Guerra Mundial. Se trasladaron a Par¨ªs para entrevistarse con Henri Desgrange, el mandatario absoluto del Tour de Francia. Quer¨ªan organizar la Vuelta al Pa¨ªs Vasco a imagen y semejanza de la carrera francesa, aunque a peque?a escala, y el patr¨®n del Tour se interes¨® por la idea, la impuls¨® y ayud¨® con la convocatoria a algunos de los mejores ciclistas de su pa¨ªs, entre ellos, los hermanos Pelissier, Francis, ganador de la primera edici¨®n, y Henri, que acab¨® segundo, en una fraterna exhibici¨®n de tres etapas con comienzo y final en Bilbao, 623 kil¨®metros bajo la lluvia torrencial, aunque era agosto.

Cien a?os m¨¢s tarde, con el Tour otra vez de por medio ¡ªse encarga de los tr¨¢mites de las acreditaciones¡ª, parecen impensables las diferencias como la que consigui¨® Henri Pelissier, de 15 minutos sobre su hermano, pero la emoci¨®n en la Itzulia sigue intacta, porque cada a?o hay alg¨²n aliciente, en el recorrido o la participaci¨®n. En la salida de Ir¨²n, para la contrarreloj inicial de diez kil¨®metros, con dos dificultades puntuables para la monta?a y un final al 10% de subida, se alinear¨¢n tres de los ciclistas m¨¢s nombrados en el universo del ciclismo. Uno de ellos es Remco Evenepoel, que llega escoltado por Mikel Landa. Los otros dos, Jonas Vingegaard, del Visma, el ganador de las dos ¨²ltimas ediciones del Tour, y Primoz Roglic, ahora en el Bora, que han corrido juntos, como hermanos durante a?os y que por primera vez desde 2018 se enfrentan en la carretera. En 2021, Roglic gan¨® la carrera vasca; a su lado, en el podio, se situ¨® Vingegaard. Era la primera vez que estaba entre los tres elegidos de una carrera World Tour; en la ¨²ltima edici¨®n, la del a?o pasado, el ganador fue el ciclista dan¨¦s. ¡°Siempre es divertido y desafiante competir contra Remco y Tadej. Siempre es bueno saber cu¨¢l es tu posici¨®n frente a ellos¡±, apunta Vingegaard, al menos por su estatus, el gran favorito. ¡°Me gusta ganar. Nunca es malo para la confianza ganar carreras al principio de la temporada¡±, dice.

Como el conde de Vilallonga, que se exili¨® durante la Guerra Civil y muri¨® a?os despu¨¦s en Biarritz, y Jacinto Miquelarena, que se hizo falangista y tambi¨¦n falleci¨® en Francia tras tirarse a las v¨ªas del metro de Par¨ªs en la estaci¨®n de Michel-Ange Molitor, cuando le diagnosticaron un c¨¢ncer, las vidas de Roglic y Vingegaard tambi¨¦n se han separado en la competici¨®n, y tal vez sea la mejor noticia para los aficionados que de lunes a s¨¢bado abarrotar¨¢n las cunetas entre Ir¨²n, lugar de salida, y Eibar, con paradas intermedias en Camb¨® (Francia), Alsasua, Legutio y Amorebieta. Con atenci¨®n especial, claro, a Evenepoel, especialista en las carreteras vascas. ¡°He disfrutado compitiendo, tanto en la Vuelta al Pa¨ªs Vasco como en la Cl¨¢sica de San Sebasti¨¢n, y como siempre ser¨¢ un recorrido muy exigente contra un grupo muy fuerte. Estoy especialmente ansioso por correr con Mikel en su regi¨®n natal, sabiendo que los aficionados locales son tan conocedores y apasionados del ciclismo¡±. Cien a?os despu¨¦s, se repite la historia.

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