El Tour de Francia de Remco Evenepoel bajo el embrujo del landismo
A los 34 a?os Mikel Landa estrena su trabajo de escudero con ¡®l¡¯enfant terrible¡¯ del ciclismo, que afirma: ¡°Este tipo es oro molido¡±
Este Tour se diferencia de todos porque ha debutado a los 24 a?os l¡¯enfant terrible Remco Evenepoel, y ha llegado para hacer ruido, perturbar el ¨¢nimo de los rivales habituales que hab¨ªan privatizado el combate, Pogacar y Vingegaard, y provocar a los biempensantes con su elogio de las ¡°pelotas¡± frente a la inteligencia. Es la nueva declinaci¨®n del landismo, quiz¨¢s, el embrujo filos¨®fico ciclista con que le ha impregnado al belga soberbio su escudero elegido, el alav¨¦s, Mikel Landa.
Llegados a la mitad del Tour, que coincide justamente con el paso por Bru¨¨re Allichamps, el pueblo que se considera el centro geom¨¦trico del hex¨¢gono, tres espa?oles figuran entre los 10 primeros de la general: dos jovencitos (el debutante Juan Ayuso, de 21 a?os, y Carlos Rodr¨ªguez, de 23, en su segunda participaci¨®n) y un veterano, Landa, de 34, quien en su s¨¦ptimo a?o de Tour estrena puesto de trabajo, un empleo especial que quiz¨¢s ha inventado ¨¦l, que quiz¨¢s solo ¨¦l pueda desempe?ar. Ya no es l¨ªder, lo que ha sido toda su vida ciclista. Tampoco es gregario o capit¨¢n de ruta, roles tradicionales en un equipo. Su labor en el Soudal, al lado del debutante fant¨¢stico Remco Evenepoel, bien podr¨ªa definirse como de lugarteniente-ni?era. Consejero ¨¢ulico y hombre de acci¨®n. Todo en uno. ¡°S¨ª, s¨ª. Estoy a gusto. Es diferente a Movistar. Aqu¨ª yo tengo claro que Remco es el l¨ªder, y si tengo que renunciar a mis posibilidades lo voy a hacer por ayudarle¡±, explica Landa. ¡°En cambio, pues, cuando estuve en Movistar no estaban las cosas claras. No pasa por mi cabeza volverme loco con la general de este Tour. Pensaba m¨¢s en una etapa o lo que sea, pero bueno, me est¨¢n pidiendo eso y lo hago contento.¡±.
Le aconseja, le calma, le arropa, le da cari?o y comida y, cuando la carretera se empina o la carrera se pone dif¨ªcil, est¨¢ all¨ª, a su lado, en la primera l¨ªnea de la pelea. ¡°Remco me escucha. Es una persona que escucha mucho, sobre todo a gente con experiencia, sobre todo en momentos de estr¨¦s o as¨ª¡±, dice el alav¨¦s. ¡°Le dices, oye, tranquilo, estate aqu¨ª, y se queda. Tambi¨¦n le veo que se est¨¢ creciendo con el paso de los d¨ªas, se encuentra bien, tiene confianza y empieza a tomar iniciativa ¨¦l en algunas cosas, y eso es bueno¡±. All¨ª estuvo en el Galibier, donde solo un corte provocado por Almeida en el descenso le impidi¨® acompa?ar a su Remco hasta el final, y all¨ª estuvo en los caminos blancos de San Ferm¨ªn, tragando el mismo polvo y los mismos patinazos de ruedas en la gravilla en los caminos blancos de Champagne.
La afici¨®n analiza y entiende, y aplaude, y se repiten unos a otros, oye, este Landa, est¨¢ haciendo el mejor Tour de su vida, se le ve tranquilo de esp¨ªritu, hombre con una misi¨®n, pleno. Y Remco, que le llam¨® personalmente el verano pasado cuando empez¨® a construir su equipo para ganar el Tour, no se ahorra elogios. ¡°Mikel es oro molido, un ciclista muy importante para nuestro equipo¡±, dice Evenepoel, que tanto piensa en s¨ª mismo. ¡°Me entiendo muy bien con ¨¦l. Comparte toda su experiencia conmigo y con el equipo. Es un gran tipo, muy relajado, siempre sin estr¨¦s. Estoy feliz de tenerle a mi lado¡±.
¡°Todav¨ªa no me ha tocado currar mucho, pero siempre tengo un ojo puesto en Remco y me olvido un poco m¨¢s de m¨ª¡±, reconoce Landa, un ciclista con una gran capacidad de lectura de la carrera, de analizar los movimientos de los rivales, de anticipar sus intenciones, de calibrar sus posibilidades. ¡°Tengo muy buena condici¨®n y me resulta f¨¢cil estar ah¨ª. Puedo disfrutarlo, y ya se sabe que el poder disfrutar te ayuda mucho¡±.
Llevando la contraria a las ¨²ltimas tendencias de la fisiolog¨ªa (resumidas en un provocador dejad de pasar hambre y de adelgazar, abrazad la calor¨ªa y el carbohidrato: sin energ¨ªa no se va a ninguna parte), Remco se vanagloria de haber perdido un kilo de culo para pasar mejor la monta?a sin perder potencia en el llano, como demostr¨® ganando la contrarreloj que le situ¨® segundo en la general, y con sus ataques en la gravilla. Tiene marcada la etapa del mi¨¦rcoles, la de la gran traves¨ªa del macizo central por los volcanes del Cantal y el final en El Lioran, donde solo han ganado belgas. En 1975, en el Tour que no gan¨® Eddy Merckx, se impuso en El Lioran, el demonizado Michel Pollentier, quien tres a?os despu¨¦s, y era maillot amarillo en el Alpe d¡¯Huez, fue expulsado al ser pillado infraganti con una pera de caucho llena de orina limpia en el sobaco mientras pasaba el control antidopaje, y en 2016, Greg van Avermaet, que tambi¨¦n se visti¨® de amarillo, unas semanas antes de ser campe¨®n ol¨ªmpico en R¨ªo.
Landa contribuir¨¢, y por la noche hablar¨¢ y celebrar¨¢ con su Remco y quiz¨¢s le cuente que se llevan tan bien, casi se han enamorado, porque no puede haber dos personas m¨¢s diferentes. La ambici¨®n insaciable frente a la calma, el esp¨ªritu ya saciado. ¡°Estoy m¨¢s tranquilo que nunca¡±, reconoce Landa. ¡°Ser¨¢ por la edad, por la experiencia. Ya he hecho pr¨¢cticamente mi carrera. Que pueda hacer aqu¨ª quinto o d¨¦cimo no va a cambiar para m¨ª nada. El landismo no lo va a cambiar. Ya lo he creado. Quiz¨¢s podr¨ªa haber ganado m¨¢s carreras, haber tenido m¨¢s ¨¦xito, pero no lo cambiar¨ªa, no lo cambiar¨ªa. Cuando lees historias de ciclismo, del pasado, de gente a la que admiras, se habla de sus victorias, s¨ª, pero realmente se habla m¨¢s de las an¨¦cdotas, de lo que han creado y las victorias al final son solo un n¨²mero a veces. Lo importante es el car¨¢cter, la personalidad, no ser todos soldaditos cuadriculados, distinguirse. Al final, se trata de intentar ser uno mismo y disfrutarlo, venga como venga¡±.
Y quiz¨¢s dentro de 10 o 15 a?os, ya retirado, el terrible belga, cargado de t¨ªtulos, o no, se tome apacible un gintonic o una pinta con Landa y hablando del pasado le diga, qu¨¦ raz¨®n ten¨ªas, amigo. Y de fondo suena un acorde¨®n.
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