Argentina marca y se va a dormir
Una Albiceleste sin gracia justifica la victoria frente a Paraguay (1-0) en una jugada aislada que finaliza con el gol del Papu G¨®mez
Del desencanto en el estreno ante Chile a la ilusi¨®n en la victoria frente a Uruguay, Argentina fue cara y cruz contra Paraguay. No le sobr¨® nada, le falt¨® mucho; pero gan¨®. Un resultado solo justificado en tres jugadores: inici¨® Messi, asisti¨® Di Mar¨ªa y defini¨® Alejandro Papu G¨®mez. Solo hab¨ªan pasado 10 minutos y la Argentina que despertaba se fue a dormir. No lo aprovech¨® Paraguay, atolondrada con el bal¨®n, sin m¨¢s recursos que el bal¨®n parado, siempre controlado por el portero Emiliano Mart¨ªnez. Argentina suma triunfos y Messi r¨¦cords. Otro m¨¢s para el rosarino, ahora con la Albiceleste. Ya consolidado como el m¨¢ximo artillero, ante Paraguay igual¨® a Mascherano como el jugador con m¨¢s partidos (147).
Fue, precisamente, ante Paraguay cuando comenz¨® la historia de la Pulga en la selecci¨®n argentina. Ya instalado en la Masia, Hugo Tocalli, entonces mano derecha de Jos¨¦ P¨¦kerman, prepar¨® un v¨ªdeo con las jugadas del rosarino para Julio Grondona, presidente de la AFA desde 1979 hasta 2014: ¡°Hay que hacer algo, lo van a llamar en Espa?a¡±. El 29 de junio de 2004, Grondona organiz¨® un amistoso ante la selecci¨®n guaran¨ª para fichar a Messi. La Albiceleste gan¨® por 8-0, el azulgrana cerr¨® su planilla con un gol y dos asistencias. 17 a?os despu¨¦s, la Pulga no estaba solo en su celebraci¨®n. Salt¨® al campo con sus dos hist¨®ricos socios, Di Mar¨ªa (106 partidos) y Ag¨¹ero (99).
Primera titularidad para Di Mar¨ªa y Ag¨¹ero en la Copa Am¨¦rica. No fueron, en cualquier caso, las ¨²nicas modificaciones de Lionel Scaloni, que cambia y cambia, de nombres y sistema, independientemente de resultado y del juego. Del equipo que salt¨® al campo en la victoria ante Uruguay (1-0), el t¨¦cnico de la Albiceleste conserv¨® en el once a Emiliano Mart¨ªnez, Nahuel Molina, Cristian Romero, Guido Rodr¨ªguez y, como no pod¨ªa ser de otra manera, Leo Messi. De entrada, movedizo; solo junto a Ag¨¹ero en el ataque del 4-4-2 que dibuj¨® Scaloni, Messi se arrim¨® a la medular para encontrarse con el bal¨®n, esencialmente para imprimirle velocidad al juego de Argentina. Aceler¨® el 10 y abri¨® el campo para Di Mar¨ªa, instalado en el ala derecha como en el PSG. De la velocidad de Messi a la de Di Mar¨ªa, el extremo del cuadro parisino filtr¨® un pase genial para que el Papu G¨®mez, con sutileza, firmara el 1-0. R¨¢pida en la circulaci¨®n del bal¨®n, intensa en la presi¨®n, la Albiceleste amagaba con arrollar a Paraguay. Solo amag¨®. Fueron 10 minutos.
Argentina se apag¨®, Paraguay nunca se encendi¨®. La Albiceleste le entreg¨® el cuero a los muchachos de Eduardo Berizzo (57% de posesi¨®n), que nunca supieron como romper a la zaga de Scaloni. Pr¨¢cticamente ni lo intent¨®: dos remates a puerta, ninguno inc¨®modo para Emiliano Mart¨ªnez. ?Y Argentina? Ni eso. Desconectado Messi, pesado Ag¨¹ero, la Albiceleste solo depend¨ªa de la velocidad de Di Mar¨ªa y de alg¨²n arrebato del Papu G¨®mez. Entonces, se dedic¨® a defender. El problema es no sabe c¨®mo hacerlo sin la pelota. No es su fuerte, tampoco su tradici¨®n. Cuid¨®, eso s¨ª, el resultado. Nada m¨¢s. No hubo ni rastro del equipo que hab¨ªa insinuado un f¨²tbol m¨¢s alegre frente a Uruguay. Pero gan¨® y ya descansa en lo m¨¢s alto de la tabla en el grupo A.
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