La apnea din¨¢mica, entre el ¨¦xtasis y la muerte

Los sue?os de la infancia mueren en la adolescencia, aunque no siempre. Algunos, tercos, sobreviven y acaban por convertirse en obsesiones descontroladas. Alessia Zecchini no sabr¨ªa decir en qu¨¦ momento su pasi¨®n por la apnea deportiva cobr¨® vida propia y empez¨® a decidir en su lugar. Su ambici¨®n, su necesidad de batir los r¨¦cords de la m¨¢s grande, la rusa Natalia Molchanova (40 r¨¦cords del mundo y 22 t¨ªtulos mundiales), la enfrentaron no solo a los desaf¨ªos fisiol¨®gicos y deportivos m¨¢s severos sino a la misma posibilidad de morir en cada inmersi¨®n extrema. En 2017, algo cambi¨® para siempre. La inspiraci¨®n m¨¢s profunda, un precioso documental reci¨¦n estrenado en Netflix y firmado por la directora irlandesa Laura McGann, recorre la trayectoria vital de la brillante apne¨ªsta italiana hasta esa fecha, una semblanza trazada en paralelo con la del irland¨¦s Stephen Keenan, dos caminos que circulan en ¨®rbitas dispares hasta que los adoquines de la vida les permiten conectar. El contraste entre ambas vidas hace a¨²n m¨¢s inusual su acercamiento final, y solo queda explicada por el testimonio de sus respectivos padres, perpetradores involuntarios del destino de sus v¨¢stagos. Resulta que los protagonistas del documental descubrieron las profundidades marinas animados por sus padres: en el caso de ella, el flechazo absoluto marc¨® y dirigi¨® su existencia, primero en una piscina de Roma, despu¨¦s en los escenarios naturales m¨¢s cotizados. En el caso de ¨¦l, solo fue un rito inici¨¢tico al que regresar¨ªa mientras tocaba fondo en el peor periodo vital de su existencia.

Keenan es un hombre que no quiere una vida al uso, que sue?a con el ejemplo del bi¨®logo brit¨¢nico David Attenborough, que busca y no encuentra. O que encuentra para darse cuenta de que despu¨¦s de recorrer el planeta, solo necesitaba crear ra¨ªces propias, un asidero, una estabilidad y una raz¨®n de estar en el mundo. Redescubre la apnea, se empe?a en batir alg¨²n r¨¦cord, crea una escuela de buceo en Egipto y se entrega a fondo en la complicada tarea de velar en el agua por la seguridad de los deportistas que compiten en la modalidad de apnea din¨¢mica, donde el prop¨®sito es descender guiados por una cuerda lo m¨¢s lejos posible¡­ y regresar con vida. Estos, que descienden a m¨¢s de 100 metros de profundidad con una ¨²nica bocanada de aire, sufren un martirio en su regreso a la superficie. Es el ¨¦xtasis y la muerte al mismo tiempo. Muchos pierden el conocimiento y se exponen a morir ahogados: ah¨ª entra en juego el equipo de seguridad, ¨¢ngeles de la guarda que acompa?an, miman y salvan a los que m¨¢s se exponen. Lo hacen tirando tambi¨¦n de pulm¨®n, puesto que los buceadores que emplean bombonas tienen que respetar un tiempo de descompresi¨®n antes de salir a la superficie y no ser¨ªan de ayuda para un apne¨ªsta en apuros. Pocos atletas se exponen tanto y tan a menudo como la italiana Alessia Zecchini, en perpetua lucha entre el deseo y el miedo a la oscuridad de los abismos marinos.

Apenas un d¨ªa despu¨¦s de que se estrenase el trabajo en la plataforma de streaming, el pasado 20 de julio, el franc¨¦s Arnaud Jerald cosech¨® su octavo r¨¦cord del mundo de profundidad en apnea al descender hasta los 122 metros de profundidad propulsado por una monoaleta ultraligera de carbono, durante una de las m¨¢s prestigiosas citas del calendario de la modalidad, la Vertical Blue, en el espectacular Dean?s Blue Hole de Long Island (Bahamas). Varias escenas del documental discurren en este escenario de ensue?o, un agujero natural a pie de playa, combinando la agitaci¨®n de la superficie con el silencio espectral y absoluto de las profundidades, alternando entre el frenes¨ª de la superficie y la vida en suspensi¨®n camino de la oscuridad abisal.

El trabajo, que muchos comparan ya con el Oscarizado documental de escalada titulado Free Solo (Alex Honnold enfrent¨¢ndose sin cuerda a la pared de El Capit¨¢n, 1.000 metros verticales de granito en el Valle de Yosemite, en EE UU), est¨¢ magistralmente construido a partir de entrevistas y v¨ªdeos antiguos y arranca con un di¨¢logo en el interior de un coche que viaja al encuentro del oc¨¦ano, conducido por Alessia Zecchini. Mientras la italiana explica su relaci¨®n con la muerte, sus ojos claros destacan en el espejo retrovisor. En el siguiente plano, esos ojos emergen muertos de las profundidades, giran locos en sus ¨®rbitas, buscan el mismo ox¨ªgeno que los pulmones maltratados de la protagonista. Al parecer, entre los apne¨ªstas de ¨¦lite, estos s¨ªncopes son moneda frecuente y se explican por la falta de ox¨ªgeno en el cerebro. Para ahondar en el car¨¢cter extremo de la disciplina, el documental revela tambi¨¦n la posibilidad de sufrir da?os pulmonares irreversibles por la acumulaci¨®n de estos viajes extremos.

Natalia Molchanova, la reina indiscutible de las inmersiones a pulm¨®n, desapareci¨® en aguas de Formentera en 2015, mientras disfrutaba de una jornada de buceo recreativo. Contaba 53 a?os y nunca se lleg¨® a recuperar su cuerpo. Su hijo, tambi¨¦n un gran campe¨®n de la especialidad, pudo haber muerto antes de no ser por la presencia de Stephen Keenan, quien tambi¨¦n estuvo cerca de morir para salvarle. El gesto le concedi¨® una enorme reputaci¨®n y la presencia como responsable de seguridad activo en los mejores cert¨¢menes mundiales. As¨ª conoci¨® a Alessia, reanim¨¢ndola. Despu¨¦s, la ayud¨® a crecer como una plusmarquista mundial. Un reto llev¨® a otro, a superar incluso a Molchanova, pero a¨²n fallecida la rusa hab¨ªa dejado atr¨¢s un ¨²ltimo desaf¨ªo para la italiana: cruzar el arco de roca sumergido del agujero azul, en Dahab, Egipto. Un lugar donde se acumulan tantos dramas que algunos lo consideran m¨¢s peligroso que el Everest.

El cineasta Luc Besson, director de la pel¨ªcula de culto El gran azul (1987), ficci¨®n inspirada en la rivalidad de los apne¨ªstas Enzo Molinari y Jacques Mayol, seguramente intuy¨® que la realidad podr¨ªa viajar mucho m¨¢s lejos que la propia imaginaci¨®n. Nada m¨¢s y nada menos que hasta lograr La inspiraci¨®n m¨¢s profunda, t¨ªtulo del soberbio trabajo de Laura McGann.

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