Kilian Jornet, tras escalar los 82 cuatromiles en 19 d¨ªas: ¡°El terreno estaba p¨¦simo y peligroso. Debo pensar si hice lo correcto¡±
El alpinista catal¨¢n charla con EL PA?S acerca de su traves¨ªa y de la asunci¨®n de riesgos en momentos puntuales de un viaje fant¨¢stico que culmin¨® en un tiempo r¨¦cord
Un alpinista puede olvidar muchos detalles de una ascensi¨®n, pero siempre retiene en alg¨²n rinc¨®n de su mente aquellos momentos en los que apost¨® de verdad y lo que estaba en juego no era otra cosa que su vida. El verdadero freno de un alpinista no es su motor, ni siquiera su t¨¦cnica, sino su capacidad de responder con criterio a una pregunta de aspecto tan inocente como de enorme calado: ?voy o no voy? Si la respuesta es negativa, solo cabe la retirada. Si la respuesta es positiva, toca abrazar y lidiar con un compromiso que, mal gestionado, acabar¨¢ en desgracia. Kilian Jornet (Sabadell, 36 a?os) describe con voz serena y al tel¨¦fono su llegada a la cima del Weisshorn, uno de los 82 cuatromiles que acaba de escalar en apenas 19 d¨ªas: puede recordar sin esfuerzo la alegr¨ªa del momento, su belleza, con el sol escap¨¢ndose en el horizonte y la soledad como compa?¨ªa perfecta. Pero, como si tratase de exorcizar algo que lleva dentro y le reconcome, el catal¨¢n salta de golpe a la traves¨ªa entre la cima de la Aiguille Verte y la de las Droites, dos de las m¨¢s ic¨®nicas del macizo del Mont Blanc. All¨ª, siguiendo un filo de roca podrida y sin cohesi¨®n, ni hielo ni nieve para formar un todo estable, el alpinista catal¨¢n entendi¨® que estaba exponi¨¦ndose mucho: ¡°Es algo a lo que le estoy dando muchas vueltas estos d¨ªas, de regreso a mi casa de Noruega. Las condiciones del terreno eran tan p¨¦simas que hac¨ªan que el lugar resultase muy expuesto y peligroso. Decid¨ª ir, pero ahora debo pensar si hice o no lo correcto¡±, reflexiona.
Su asombrosa cabalgada alpina ha dejado boquiabierta a buena parte de la ¨¦lite del alpinismo europeo que felicita y admira con sinceridad la gesta de Jornet. Parad¨®jicamente, se han elevado voces que pretenden negar la categor¨ªa de alpinista del catal¨¢n, obviando tanto el escenario en el que se ha movido como el estilo empleado. Puede que muchos no sean capaces de disociar la imagen del corredor de ultrafondo de su versi¨®n como alpinista. ¡°Correr, lo que se dice correr, he corrido muy poco, la verdad. A cambio, he caminado mucho y tambi¨¦n escalado, pero tengo claro que este proyecto no ten¨ªa nada que ver con las carreras en las que he podido participar estos ¨²ltimos a?os. Para llevar a cabo la traves¨ªa de los Alpes he tenido que poner sobre la mesa todo lo que s¨¦ de monta?a, todo lo que he aprendido como esquiador, en las expediciones, en las salidas a escalar e incluso en mis carreras de trail. Pero negar que esto es alpinismo no tiene sentido¡±, defiende Jornet.
Kilian no es un alpinista volcado en la dificultad, lo que puede despistar a una parte de su p¨²blico: ¡°Suelo ir a escalar porque me permite moverme con mayor seguridad y destreza en las zonas t¨¦cnicas, pero la escalada requiere mucho, mucho tiempo de dedicaci¨®n para progresar y a m¨ª lo que realmente me gusta es moverme r¨¢pido por estos terrenos. Podr¨ªa invertir y plantearme hacer otro tipo de alpinismo, pero no me motiva repetir tal o cual v¨ªa, sino dibujar mi propio camino¡±. Jornet no quiere ser Ueli Steck, cuya marca de 62 d¨ªas para completar en 2015 los 82 cuatromiles alpinos ha arrasado: ¡°Yo creo que la mayor diferencia con Ueli es log¨ªstica, porque ¨¦l era muy, muy fuerte. Ueli empez¨® con un compa?ero el proyecto, pero este se lesion¨® y sigui¨® solo. Tambi¨¦n contaba con un peque?o equipo de apoyo y lo que hizo fue montar dos campos base, uno en el Valais y otro en el macizo del Mont Blanc, y desde ah¨ª sub¨ªa y bajaba. Yo, en cambio, he escogido quedarme arriba y apurar lo m¨¢ximo las conexiones entre aristas para ahorrarme muchos viajes. Creo que ah¨ª ha estado la clave¡±.
Una de las revelaciones m¨¢s alucinantes escuchadas tras dar carpetazo a su proyecto lleg¨® de la boca del franc¨¦s Benjamin V¨¦drines, su acompa?ante en la recta final de su periplo en los ?crins, que cont¨® que Jornet podr¨ªa haber seguido escalando monta?as unos d¨ªas m¨¢s: ¡°S¨ª, me pregunt¨® si hubiera podido seguir y le dije que s¨ª, que podr¨ªa partir de nuevo al d¨ªa siguiente y seguir as¨ª un tiempo, subiendo y bajando. F¨ªsicamente, me encuentro muy bien. Empec¨¦ con 54 kilos de peso y he acabado con 54 y una costilla fracturada, Por lo dem¨¢s, estoy muy bien¡±, reconoce, casi extra?ado. En los deportes de resistencia, como el ciclismo, acabar un gran reto sin perder peso se considera un ¨¦xito metab¨®lico, y cabe recordar que hace apenas un a?o, Jornet perdi¨® siete kilos en ocho d¨ªas tras pisar las cimas de 177 tresmiles pirenaicos. Ahora, su equipo m¨¦dico necesita dar sentido a todas las pruebas que han realizado estos d¨ªas.
Otro de los detalles que han causado admiraci¨®n e incomprensi¨®n tiene que ver con el calzado empleado: Jornet solo us¨® zapatillas. ¡°Pens¨¦ en llevarme unas botas y cambiar de calzado, pero era a?adir peso y me lo quit¨¦ de la cabeza. Llevo muchos a?os funcionando en estos terrenos con zapatillas, y lo que s¨ª cuid¨¦ mucho fue la elecci¨®n de los crampones correctos para que se ajustasen a la perfecci¨®n a la suela de mis zapatillas. Despu¨¦s, es cierto que esta elecci¨®n me obliga a tener una t¨¦cnica de cramponaje muy buena, a dominar en el hielo la t¨¦cnica francesa de todas las puntas [inventada por el gu¨ªa Armand Charlet en los a?os 40 del siglo XX, uno que hizo virtud de su problema de hiperlaxitud articular en los tobillos] y perder toda la rigidez en la suela cuando toca escalar en roca vertical. A cambio, voy ligero, y tengo buenas sensaciones en roca tumbada¡±, explica. Por supuesto, esta elecci¨®n de calzado no puede permit¨ªrsela casi nadie so pena de accidente.
Una parte de la prensa francesa quiso hacer un drama de una simple coincidencia: justo cuando el UTMB llegaba a Chamonix, Jornet recorr¨ªa el ¨¢rea del Mont Blanc, supuestamente para restar audiencia e inter¨¦s a la reina de las carreras de ultrafondo con la que mantiene un rifirrafe. ¡°Me sonr¨ªo, porque no s¨¦ qu¨¦ otra cosa hacer. Fue una coincidencia porque cuando dise?¨¦ el reto meses atr¨¢s no ten¨ªa ni idea de en qu¨¦ fechas estar¨ªa cerca de Chamonix. Pensar as¨ª es muy retorcido¡±, lamenta. ¡°Lo cierto¡±, prosigue, ¡°es que me cost¨® decidir cu¨¢ndo afrontar el reto porque, si bien en el mes de julio las condiciones del terreno y los peligros objetivos son menores, agosto ten¨ªa sus ventajas: lo que m¨¢s miedo me daba eran las grietas, y como muchos glaciares los iba a recorrer en solitario, sin nadie a quien atarme para ir seguro, prefer¨ª que la nieve se hubiese ido y que solo quedase el hielo descarnado de los glaciares para poder ver bien las grietas y no pasar mucho miedo. A cambio, hab¨ªa m¨¢s ca¨ªdas de rocas y las rimayas [separaci¨®n entre el glaciar y una pared] eran m¨¢s grandes, pero eran dos asuntos con los que m¨¢s o menos pod¨ªa lidiar¡±.
Jornet nunca dijo que iba a escalar los 82 cuatromiles, y su estrategia de comunicaci¨®n fue, cuando menos, confusa: ¡°S¨ª, es cierto. Realmente, no sab¨ªa si iba a poder escalar todos los cuatromiles. Tem¨ªa que el terreno estuviese en muy malas condiciones y no deseaba que el hecho de haber anunciado un tipo de reto se volviese en mi contra y me forzase a asumir unos riesgos intolerables. Realmente, lo que buscaba era la experiencia de atravesar los Alpes aprendiendo mucho en el proceso. Ahora necesito calma y distancia para poder compartir mis conclusiones¡±.
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