Klaas Willems, el escalador que deb¨ªa haber fallecido al cumplir los 25
El alpinista belga, enfermo de fibrosis qu¨ªstica, visit¨® Catalu?a recientemente para presentar un documental que ilustra una vida de depresi¨®n, esperanza y mucha lucha
La banda sonora de la vida de Klaas Willems es una tos persistente. A veces, tiene la impresi¨®n de que se ahogar¨¢: sus pulmones se negar¨¢n a seguir luchando, se atascar¨¢n, y todo se vendr¨¢ abajo definitivamente. Pese a todo, sigue vivo. A sus 35 a?os. El d¨ªa que cumpli¨® 25 a?os fue el m¨¢s desconcertante de su vida: ah¨ª estaba, respirando, movi¨¦ndose, celebrando. Vivi¨® la siguiente semana sumido en una suerte de depresi¨®n. Sencillamente, no sab¨ªa c¨®mo actuar ni qu¨¦ hacer con su vida, mejor dicho con lo que le restase de vida, fuese el tiempo que fuese. Los m¨¦dicos, de ni?o, le explicaron que sufr¨ªa fibrosis qu¨ªstica y que morir¨ªa a los 25 y tras cargar durante a?os con aquella espada de Damocles sobre su cabeza y seguir entre los vivos, no sab¨ªa c¨®mo comportarse. Y no se atrev¨ªa a creer que tendr¨ªa, quiz¨¢, un futuro. Afortunadamente, hab¨ªa encontrado algo por lo que vivir: escalar en roca. El belga Willems siempre ha vivido a expensas de una enfermedad hereditaria, la fibrosis qu¨ªstica, un condicionante que le ha llevado a tratar de exprimir una vida condenada a ser breve. Willems visit¨® recientemente el Siurana Climbing Festival, en Catalu?a, y tambi¨¦n Barcelona, donde present¨® un documental que puede verse en su canal de Youtube y con el que financia su vida.
Su enfermedad causa un sinf¨ªn de problemas pulmonares y tambi¨¦n en el tracto gastrointestinal: ¡°Todo esto deriva en flemas que bloquean las v¨ªas respiratorias, lo que causa muchas dificultades para respirar y, por supuesto, te impide realizar deporte, am¨¦n del da?o que padecen dichas v¨ªas a causa de las repetidas infecciones que sufren¡±, explica Lieven Dupont, el neum¨®logo que ha tratado a Willems estos ¨²ltimos a?os. La ausencia de horizontes sumi¨® al escalador belga en cierta forma de abandono. Adem¨¢s, su hermana, apenas dos a?os mayor que ¨¦l, naci¨® afectada por la misma enfermedad y pod¨ªa ver en ella su futuro inmediato, su cuesta abajo. Descubrir la escalada a los 18 a?os le cambi¨® la vida, le regal¨® una alegr¨ªa desconocida, un placer inmediato cuyo consumo no requer¨ªa espera¡ y no tener que aguardar es un regalo cuando careces de tiempo. Sus ganas de escalar le permitieron retomar con determinaci¨®n la terapia m¨¦dica: ejercicios de respiraci¨®n, ejercicios para aliviar la formaci¨®n de flemas, medicaci¨®n a todas horas¡ su terapia se convirti¨® en su trabajo. De forma urgente. La escalada, en su raz¨®n de vida.
Cuando uno contrae la fibrosis qu¨ªstica, no puede enfriarse, no puede viajar, no practica deporte¡ ¡°El sistema sanitario belga es eficaz, pero aqu¨ª me sent¨ªa preso en una jaula dorada. Necesitaba probar hasta donde pod¨ªa llegar con mi enfermedad porque intu¨ªa que pod¨ªa hacer muchas cosas beneficiosas para mi salud¡±, explica Willems. Esto lo llev¨® a escalar fr¨ªas monta?as de los Alpes, El Capit¨¢n en Yosemite o a buscar roca caliente en el Mediterr¨¢neo. As¨ª descubri¨® Cerde?a, donde le esperaba un para¨ªso de buen tiempo, aire puro para sus maltrechos pulmones y roca por descubrir. Enseguida se empe?¨® en equipar paredes v¨ªrgenes, en regalar nuevas rutas para la comunidad y as¨ª se fabric¨® una v¨ªa lo suficientemente dif¨ªcil como para convertirse en su proyecto, una nueva motivaci¨®n para seguir peleando. Al mismo tiempo, decidi¨® fijar all¨ª su residencia permanente, lejos de las ciudades belgas, donde conoci¨® a otros ni?os con su misma enfermedad que ya han fallecido.
A los 15 a?os de edad super¨®, tambi¨¦n, un c¨¢ncer. Pero sufri¨® otro nada m¨¢s estrenar la treintena: un tumor del tama?o de su coraz¨®n ubicado junto a ¨¦ste. Le cost¨® meses superar la intervenci¨®n, y cuando regres¨®, le esperaba la v¨ªa, bautizada como A¨²n vivo y con una dificultad de 8c. La inmensa mayor¨ªa de los escaladores jam¨¢s se acercan a esta dificultad. Los m¨¦dicos le aseguraron que jam¨¢s regresar¨ªa a su nivel anterior a la intervenci¨®n, pero a Willems le pareci¨® ¡°gracioso¡± tratar de contradecir sus pron¨®sticos, as¨ª que con la ayuda de fisioterapeutas y entrenadores empez¨® un largo proceso de recuperaci¨®n. En aquel momento, su capacidad pulmonar estaba al 25%: ¡°Es como vivir con una almohada atravesada en la boca¡±, ironiza. Con enorme trabajo, logr¨® alcanzar un 52%: ¡°Es como vivir con media almohada en la boca¡±, puntualiza. Al mismo tiempo, intent¨® dejar de proyectarse en el futuro para tratar de disfrutar el presente y solo el presente. Mientras probaba la v¨ªa, un proceso que le llev¨® meses, su hermana falleci¨®, a los 32 a?os de edad. ¡°Ahora vivo mi vida por los dos y estoy empe?ado en demostrar que se puede combatir esta enfermedad¡ y si puedo motivar a otros que sufran mi mal, el esfuerzo habr¨¢ merecido la pena¡±, explica.
La suya es una pelea a ciegas. A veces, en plena escalada, se cuelga y escupe sangre. Ve cerca su final. Luego, logra recuperarse. Vive montado en una monta?a rusa de emociones contradictorias. La medicina ha dado con ciertas teclas que permiten aumentar la esperanza de vida de los pacientes de fibrosis qu¨ªstica hasta los 50, pero Willems no quiere limitarse a pasar por la vida, sin m¨¢s gloria que realizar a conciencia su terapia: desea vivir una vida plena. Desea que su ejemplo cunda entre los ni?os y ni?as acomplejados por una dolencia que complica los gestos m¨¢s cotidianos, que a¨ªsla. El hecho de residir en la localidad de Ulassai (Cerde?a), tan poco poblada como rica en aire puro, le permiti¨® escapar de la amenaza de la covid-19, infecci¨®n que lo hubiese matado casi con total seguridad. All¨ª, en soledad, se entreg¨® a un trabajo no remunerado y equip¨® m¨¢s de 100 v¨ªas de escalada deportiva: ¡°Quer¨ªa devolver al mundo de la escalada todo lo que me ha regalado¡±, explica con sencillez. Tras meses de intentos, logr¨® encadenar su 8c¡ y como todos los escaladores se puso a so?ar: ¡°Quiz¨¢ pueda probar un 9a¡±.
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