Hummels socorre a Francia
Un gol en propia meta del veterano central de Alemania da la victoria al vigente campe¨®n mundial sin que la presencia de Benzema sirva para iluminar m¨¢s a Mbapp¨¦
Gan¨® Francia sin jugar bien. Gan¨® el equipo con los mejores futbolistas del planeta sin que sus figuras brillaran. Se impuso sin provocar una gran parada de Neuer. Le bast¨® con un gol en contra de Hummels para grabar el 0-1 ante una Alemania que lleva cinco a?os en crisis y, sin embargo, domin¨® el bal¨®n y el campo a base de coraje, orden y af¨¢n de supervivencia, animada por su gente en M¨²nich.
Francia conquist¨® el Mundial de 2018 practicando un juego pesado pero eficaz. Aquella rueda de molino del Neol¨ªtico que machacaba lentamente a sus adversarios ha sido reemplazada por otra cosa. No se sabe, de momento, de qu¨¦ se trata. Frente a un rival de entreguerras, rearmado apresuradamente tras el 6-0 de La Cartuja, la novedad se sustanci¨® en un equipo de juego irreconocible, sin patr¨®n, inconexo. Algo permaneci¨® inalterable respecto a la aventura mundialista. En las malas y en las buenas, Francia se sostuvo gracias a la intervenci¨®n constante de sus tres centrocampistas. No hay nada comparable al tr¨ªo que forman Kant¨¦, Pogba y Rabiot, trabajadores en la sombra que sostuvieron a Francia cuando parec¨ªa acorralada.
La maquinaria propagand¨ªstica anunci¨® el triunfo de una l¨®gica f¨¦rrea seg¨²n la cual, al contacto con Benzema, la mejor generaci¨®n de futbolistas franceses de la historia producir¨ªan un juego exquisito, obras maestras del balompi¨¦ de sal¨®n destiladas a borbotones de las botas de los espl¨¦ndidos miembros del tr¨ªo dorado que debutaba en partido oficial. En la noche de Griezmann, Benzema y Mbapp¨¦, la distancia que separ¨® el estruendo medi¨¢tico de la realidad de la competici¨®n se resumi¨® en el car¨¢cter del gol que abri¨® el marcador en el minuto 20.
Francia sac¨® de banda en campo rival y Pogba cambi¨® de orientaci¨®n para la llegada de Luchas Hern¨¢ndez. Este magn¨ªfico central reconvertido en esforzado lateral aprovech¨® el despiste de Kimmich para meter un centro mordido, chusco, al ¨¢rea chica. La primera noticia de la acci¨®n fue que ninguno de los tres magn¨ªficos delanteros franceses consiguiera ganarle la posici¨®n a Hummels. La segunda que Hummels, cuya lentitud hace mucho que le retir¨® del cat¨¢logo de los mejores centrales, reaccion¨® tarde y en lugar de despejar se meti¨® un gol.
El gol, accidental, no respondi¨® a la actividad de los delanteros. La contribuci¨®n de Benzema al partido se concentr¨® en dejar balones de cara en apoyos inteligentes que agilizaron fugazmente la circulaci¨®n. Apostado en la zona del nueve, el madridista se liber¨® ¡ªo lo liberaron¡ª de la carga de los deberes defensivos. Como cuando Francia perd¨ªa la pelota ¨¦l no bajaba, su actitud tuvo un efecto contagioso. No tard¨® en descolgarse Mbapp¨¦. La consecuencia no tard¨® en revelar un hecho ins¨®lito en el anta?o solidario cuadro de Deschamps: el equipo se parti¨®.
Dominio alem¨¢n
Replegada sobre su ¨¢rea con los tres centrocampistas y los cuatro zagueros, Francia se vio dominada por un adversario que estuvo muy lejos de la perfecci¨®n. Havertz, el h¨¦roe de la ¨²ltima final de Champions, fue presa de una de esas tardes tan habituales en ¨¦l, en las que se convierte, por momentos, en un espectador m¨¢s. Por la derecha Kimmich hizo poco por aprovechar la autopista que le liberaba Mbapp¨¦. Dio igual. Alemania se bast¨® con el eje que formaron Hummels, Toni Kroos y G¨¹ndogan para ir enhebrando pases hasta vencer a los futbolistas m¨¢s expertos en presionar que existen. Pep Guardiola da fe. No es normal ver a Kant¨¦ desbordado por las combinaciones de sus contrincantes. Esto sucedi¨® en M¨²nich. Y ocurri¨® sin que el bal¨®n rodara demasiado r¨¢pido tampoco. Ocurri¨® porque al armaz¨®n franc¨¦s le falt¨® la capa de blindaje que le convirti¨® en impenetrable en sus d¨ªas m¨¢s rutilantes.
Durante una hora larga, Alemania merode¨® el ¨¢rea de Lloris sin concretar el ¨²ltimo toque, seguramente porque le falt¨® calidad arriba. Llovieron los centros sobre Varane y Kimpembe y, a falta de f¨²tbol articulado para salir del atolladero, llam¨® la atenci¨®n la ausencia de ambici¨®n de Mbapp¨¦ para explotar el parque vac¨ªo que se le abri¨® por delante. Como si desde?ase los contragolpes como algo vulgar, Mbapp¨¦ hizo pausas donde no eran necesarias. En esa extra?a b¨²squeda espiritual en la que va embarcado, el goleador del PSG no se siente realizado solo con correr y meter goles.
Mbapp¨¦ hab¨ªa marcado un gol precioso, anulado por fuera de juego, cuando se desencaden¨® la jugada m¨¢s bizarra de la noche. Pogba rompi¨® la primera presi¨®n y jug¨® desde su campo para Benzema, que, con un toque brillant¨ªsimo, dej¨® solo a Mbapp¨¦ frente a Hummels. De pronto, ante la multitud de b¨¢varos ansiosos y franceses anhelantes, el destino situ¨® al futbolista m¨¢s r¨¢pido contra el m¨¢s lento. Como el f¨²tbol trasciende la l¨®gica de los simples, gan¨® el perdedor. La pelota se qued¨® con Hummels.
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