Jorginho, el medio que aprendi¨® a jugar con su madre
El italobrasile?o, que recibi¨® las ense?anzas de su progenitora, simboliza el nuevo aire de la ¡®Nazionale¡¯ impulsado por su gran final de a?o en el Chelsea
Jorginho se ha presentado en la Eurocopa tan subido a la ola del gran ¨¦xito del Chelsea en la Champions que, una vez puesta la camiseta de Italia, sigue pensando en modo blue londinense. ¡°Esta selecci¨®n se parece al Chelsea, con ganas de demostrar su valor¡±, asegur¨® hace dos d¨ªas. ¡°Barella se parece a Kant¨¦¡±, a?adi¨® comparando al futbolista del Inter con su compa?ero franc¨¦s en el centro del campo de Stamford Bridge, con el que ha levantado la orejona estrujando rivales y entrenadores de todo pelaje, lo mismo Simeone, Zidane que Guardiola.
Ahora son los azzurri los que se quieren subir a la ola de este italobrasile?o de 29 a?os que viene de dominar Europa con ese Chelsea resucitado por Thomas Tuchel. Su primera pisada en esta Eurocopa dej¨® huella (3-0 a Turqu¨ªa), puro aire para una Italia que llevaba mucho tiempo oliendo a habitaci¨®n cerrada. El estreno del pasado viernes en Roma volvi¨® a colocar al conjunto de Roberto Mancini en el centro del escenario, al menos como una opci¨®n a considerar. De momento, suma 28 partidos invicto y nueve victorias seguidas, todas ellas sin encajar un tanto. Este mi¨¦rcoles tratar¨¢ de continuar la racha contra Suiza (21.00, Telecinco).
Con la excepci¨®n de los dos viejos caciques de la zaga (Bonucci y Chiellini), Italia desprende un nuevo aroma. No son todos unos pipiolos, pero s¨ª ofrecen algo renovado. En este intento de resurgimiento es protagonista principal Jorginho, que se nacionaliz¨® por la ascendencia italiana de su tatarabuelo paterno, debut¨® con Antonio Conte en 2016 y no ha sido hasta cerca de la treintena cuando ha adquirido un peso notable en la selecci¨®n. Al calor del fulgor londinense, m¨¢s todav¨ªa.
Su padre fue portero, pero ¨¦l es hijo futbol¨ªstico de su madre, jugadora amateur en Brasil. ¡°Ella era la talentosa¡±, ha confesado. Juntos practicaban de peque?o en el jard¨ªn, en la playa y en una habitaci¨®n sin cuadros ni televisi¨®n para que nada se pudiera romper. No era simple diversi¨®n, sino aprendizaje y correcci¨®n. ¡°Yo golpeaba el bal¨®n y mi madre me dec¨ªa: ¡®No, contr¨®lalo as¨ª¡¯. Era dura cuando comet¨ªa errores¡±, recuerda.
20 euros a la semana
Eso ocurr¨ªa en su localidad, Imbutiba, un lugar surfero al sur del pa¨ªs, hasta que a los 13 a?os vol¨® definitivamente del nido y se march¨® a una academia a 200 kil¨®metros. Sin embargo, las cosas no le resultaron muy f¨¢ciles. ¡°Com¨ªamos lo mismo tres veces al d¨ªa y nos duch¨¢bamos con agua fr¨ªa en invierno. Eso me oblig¨® a aprender mucho sobre la vida¡±, relat¨® en unas declaraciones recogidas por el programa oficial del Chelsea. Dos a?os despu¨¦s le ofrecieron irse a Italia, a la escuela del Verona, y la experiencia tampoco le result¨® todo lo agradable que imagin¨®.
A los 17 a?os, llam¨® a sus padres desde la academia del Verona para decirles que abandonaba y regresaba a Brasil
¡°?ramos seis en la habitaci¨®n, aunque los chicos iban cambiando, y nos pagaban 20 euros semanales para nuestros gastos. Nunca olvidar¨¦ lo que hac¨ªa con ese dinero. Pon¨ªa cinco en el m¨®vil para enviar mensajes. Otros seis, para una tarjeta en la que rascaba una contrase?a y te daba una hora de llamadas a Brasil. Dos o tres para peque?as cosas, como champ¨² o desodorante. Y trataba de ahorrar cuatro o cinco para chatear el fin de semana con mis amigos¡±.
Hasta que, con 17 a?os, la soledad y la distancia del refugio familiar se le atragant¨® y llam¨® a sus padres para decirles que abandonaba, que se volv¨ªa con ellos. ¡°No lo hagas, est¨¢s muy cerca de realizar tu sue?o¡±, cont¨® que le respondieron. Un momento donde toc¨® fondo y sirvi¨® de palanca. Poco despu¨¦s ascendi¨® al Hellas Verona, en 2013 lo fich¨® el N¨¢poles, all¨ª progres¨® con Rafa Ben¨ªtez y Mauricio Sarri, que luego se lo llev¨® en 2018 al Chelsea por 57 millones.
Esta temporada, a las puertas del invierno, las cosas se le hab¨ªan vuelto a torcer con Frank Lampard, al que no dud¨® en soltarle una andanada cuando fue destituido. ¡°Como era una leyenda del club, se salt¨® algunos pasos para entrenar a un grande. No estaba preparado para un trabajo de ese nivel¡±, solt¨®. Por suerte para ¨¦l, en enero lleg¨® Tuchel y su vida cambi¨®. En alianza con Kant¨¦, arm¨® un medio campo que se desenvolvi¨® como una tuneladora: someti¨® al Atl¨¦tico en octavos de la Champions, se comi¨® luego la medular del Madrid y en la final despach¨® al City.
Ahora, en Italia y hu¨¦rfano de su colega franc¨¦s, ha pensado en el joven interista Nicolo Barella, de 24 a?os, para replicar ese t¨¢ndem. ¡°Ambos tienen fuerza y corren para todos. Me ayudan mucho recuperando balones. Creo que son dos mediocampistas muy parecidos¡±, afirm¨® el pasado domingo. Y todav¨ªa falta por volver en esa parcela de una lesi¨®n Marco Verratti. No le faltan argumentos a esta Nazionale que arriba amenaza con Immobile e Insigne. La ola de Jorginho no pinta mal.
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