Robin Gosens, un lateral singular

Cuando Alemania alz¨® la Copa del Mundo de 2014, en el lateral izquierdo figuraba H?wedes, central reconvertido. En 2008, cuando la Mannschaft lleg¨® a la final de la Euro ante Espa?a, jugaba Lahm, tambi¨¦n extra?o en la posici¨®n por m¨¢s que su polivalencia le hiciera rendir en cualquier lugar. Una laguna en el puesto ¡ªno hist¨®rica porque Brehme, Hans-Peter Briegel y Breitner reclaman su cuota de protagonismo¡ª que al fin Joachim L?w ha conseguido supurar en esta Euro con Robin Gosens (Emmerich am Rhein, 26 a?os). El tambi¨¦n jugador del Atalanta result¨® capital para tumbar a Portugal (2-4) con dos asistencias y un gol. ¡°?Me llevo el trofeo?¡±, pregunt¨® tras ser nombrado MVP, poco habituado a la fanfarria y a los flashes. ¡°Como persona es igual a su estilo de f¨²tbol, pues siempre adopta una posici¨®n clara y no tiene pelos en la lengua¡±, le reconoce L?w.

Hastiado y aburrido por el confinamiento durante la pandemia del coronavirus, Gosens decidi¨® escribir un libro (So?ar vale la pena) para contar su historia, su ensamble en el f¨²tbol profesional. Sobre todo porque por muy forofo que fuera ¡ªpasi¨®n que descubri¨® de ni?o cuando su t¨ªo le llev¨® al campo del Schalke, su equipo favorito¡ª, no se plante¨® llegar a la ¨¦lite hasta que en 2012 un cazatalentos del Vitesse le reclam¨® para el filial tras verle en un partido que jug¨® con resaca. ¡°Ahora el alcohol y la comida r¨¢pida son tab¨²¡±, rese?a, divertido. Pero por entonces su vida pasaba entre libros, la gasolinera en la que trabajaba a 8,5 euros por hora y el bal¨®n, siempre en equipos secundarios (Fortuna Elten, Bolchot y Rhede). Y eso que antes el Dortmund le llam¨® para hacer una prueba que no super¨®. ¡°Un fiasco. No pude mantener el ritmo, carec¨ªa de las habilidades b¨¢sicas necesarias¡±, recuerda. En Holanda s¨ª funcion¨®. ¡°Un golpe de suerte¡±, relata; ¡°porque all¨ª lo b¨¢sico es la t¨¦cnica, el primer toque¡­ Y nunca lo hab¨ªa entrenado. Definitivamente, hay muchos con m¨¢s talento que yo, pero la mentalidad no se puede pasar por alto¡±.

Aunque no alcanz¨® el primer equipo del Vitesse, rindi¨® en la cesi¨®n al Dordrecth (2014-15), en Segunda, por lo que el Heracles, ya en la Eredivisie, lo fich¨®. ¡°Por dentro, de interior, le costaba y no era titular. Pero de carrilero la romp¨ªa¡±, recuerda Gonzalo Garc¨ªa Recoba, que pas¨® por varios equipos holandeses y espa?oles (Alcorc¨®n, Palencia, Compostela¡­), tambi¨¦n t¨¦cnico del Twente hace dos cursos. ¡°Su mentalidad era espectacular, una fuerza f¨ªsica incre¨ªble que le hac¨ªa subir y bajar la banda hasta quemar el c¨¦sped. Una buena zurda y muy profesional porque se enfadaba hasta en los entrenamientos cuando no le sal¨ªan las cosas¡±, ampl¨ªa Gonzalo Garc¨ªa. Pero le salieron de maravilla, hasta el punto de que en 2017 le fich¨® el Atalanta por un mill¨®n.

Con Gasperini como t¨¦cnico y c¨®modo con el 3-5-2 porque hace de carrilero, Gosens ha descorchado su mejor versi¨®n. ¡°El m¨ªster ha logrado sacar cualidades que ten¨ªa dormidas dentro de m¨ª¡±, admite Gosens, que acaba contrato en 2023 y a quien el Atalanta ha tasado en 50 millones, sabedor de que hay varios pretendientes. Entre ellos, figuraba el Bar?a porque Koeman lo segu¨ªa para la selecci¨®n orange ¡ªtiene la doble nacionalidad porque su madre es holandesa¡ª, aunque le convenci¨® L?w. ¡°Es muy buen jugador y gusta al ¨¢rea deportiva, pero no es una opci¨®n porque no tenemos previsto hacer una inversi¨®n econ¨®mica en esa posici¨®n¡±, se?alan desde el club azulgrana. ¡°A los hinchas del Atalanta les digo que nos veremos pronto...¡±, conviene Gosens, un tanto asqueado con el negocio del f¨²tbol, aunque reconozca que quiere jugar en la Bundesliga.

¡°Es todo muy superficial y se pone poco ¨¦nfasis en las personas detr¨¢s del futbolista. Los jugadores son objetos¡­ No odio el negocio del f¨²tbol, simplemente no lo entiendo y trato de aceptarlo¡±, resuelve Gosens, que por eso est¨¢ haciendo la licenciatura en psicolog¨ªa deportiva para ayudar a los jugadores. ¡°Parece que no podamos tener problemas¡±, se?ala. Ya no piensa en ser polic¨ªa ¡ªobsesi¨®n que le cogi¨® con siete a?os, cuando su abuelo le subi¨® a un coche policial¡ª sino en seguir con la pelota entre los pies, medirse a Hungr¨ªa (21.00, Cuatro) y alcanzar los octavos.

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