Sevilla vuelve a ser Sevilla
Los problemas con el c¨¦sped, los silbidos a Morata y la frialdad de la sede andaluza se borran en la despedida gracias a la goleada
Espa?a jug¨® su tercer partido como jam¨¢s lo hizo en Sevilla. De blanco y como equipo visitante, en una estampa inusual en un escenario que levant¨® muchas dudas desde que la capital de Andaluc¨ªa present¨® su candidatura para albergar la sede espa?ola de la Eurocopa. Ante Eslovaquia, la afici¨®n estuvo en comuni¨®n con el equipo, y el c¨¦sped ofreci¨® un mejor aspecto. Ni los 33 grados a los que se jug¨® el choque oscurecieron la reconciliaci¨®n. Sevilla volvi¨® a ser Sevilla.
Habr¨ªa que remontarse al nuevo escenario provocado por la pandemia del coronavirus para explicar lo ocurrido en Sevilla. Bilbao, la sede espa?ola inicial de este Eurocopa, exigi¨® unas garant¨ªas sanitarias para albergar p¨²blico que no fueron aceptadas por la UEFA. La Federaci¨®n no quiso perder la sede hispana y, recurriendo a su acuerdo con la Junta de Andaluc¨ªa para albergar 24 partidos de la selecci¨®n absoluta masculina, la absoluta femenina y la sub-21 durante los pr¨®ximos a?os, present¨® a Sevilla como alternativa.
El estadio de La Cartuja fue escenario desde el pasado 24 de abril de un trabajo continuo y diario para adecuar el estadio de atletismo a una sede digna de una Eurocopa. La Junta invirti¨® cinco millones de euros y logr¨® convencer a la UEFA, cuyos miembros llegaron a hablar del denominado ¡°milagro de Sevilla¡±, para dise?ar un escenario en tan solo dos meses.
Pero los problemas llegaron pronto. En la semana previa al primer encuentro ante Suecia, se produjo una rebeli¨®n de los seguidores que compraron sus entradas al exigirles la UEFA una prueba negativa PCR para poder acudir a los partidos. Despu¨¦s del revuelo ocasionado, la Consejer¨ªa de Salud de la Junta advirti¨® a la UEFA de que en Andaluc¨ªa no era necesario ese requisito para acudir a los partidos. La prueba encarec¨ªa de forma considerable la asistencia a los partidos, con entradas a 50, 125 y 185 euros.
Resuelto el incidente de las garant¨ªas sanitarias, Luis Enrique, seleccionador nacional, desat¨® la pol¨¦mica al afirmar que el estado del terreno de juego hab¨ªa perjudicado a sus jugadores en el duelo ante Suecia. Sin quejas en la previa, el c¨¦sped de la Cartuja se someti¨® a una siega desmedida antes del partido que provoc¨® que aparecieran zonas amarillas. A las quejas sobre el campo se unieron los silbidos a Morata y el calor que hizo ese d¨ªa en Sevilla.
La ¡®ola¡¯ de M¨¦xico 86
En cada encuentro a La Roja asistieron unos 12.000 espectadores con entrada, m¨¢s el resto de compromisos de la UEFA y la Federaci¨®n. El peor ambiente se vivi¨® en el segundo duelo ante Polonia, donde se repitieron las cr¨ªticas al terreno de juego y los silbidos a una selecci¨®n espa?ola que cuaj¨® una discreta actuaci¨®n. El idilio entre Sevilla y la selecci¨®n estaba, aparentemente, roto pese a que ese d¨ªa las temperaturas no fueron tan altas.
El buen ambiente se recuper¨® en el duelo ante Eslovaquia. De blanco y como visitante, y a pesar de los 33 grados, la afici¨®n se volc¨® desde el inicio con la selecci¨®n. Los 1.000 aficionados eslovacos que asistieron al choque apenas se dejaron sentir frente a una afici¨®n que respondi¨® incluso despu¨¦s del error de Morata en el penalti. ¡°?Morata, Morata!¡±, se escuch¨® de forma persistente en la grada, satisfecha con la mejor¨ªa en el juego del equipo, sustentada en un buen Busquets. Se hizo la famosa ola del Mundial de M¨¦xico 86, sonaron algunos ol¨¦s, se celebr¨® la salida a calentar de Adama Traor¨¦ y se despidi¨® a Morata con una ovaci¨®n.
La Junta de Andaluc¨ªa ha resaltado los beneficios que la sede ha supuesto para la capital de Andaluc¨ªa, que ha visto c¨®mo muchos de sus hoteles, que ten¨ªan prevista la reapertura en septiembre, lo han hecho ya en este mes de junio. Seg¨²n datos aportados por la Consejer¨ªa de Educaci¨®n y Deportes, los cuatro partidos que acoger¨¢ Sevilla (le queda uno de octavos el domingo) supondr¨¢n 215 millones de euros como retorno econ¨®mico.
De ellos, 73 millones ser¨ªan de impacto econ¨®mico directo, considerando 16.000 espectadores por partido, a una media de 380 euros de gasto por d¨ªa, y una estancia media de tres d¨ªas.
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