Federico Chiesa: hijos que viven mejor que sus padres
El extremo de la Juve celebr¨® su gol contra Austria como su progenitor el que anot¨® a los checos en la Eurocopa de hace 25 a?os
El progreso suele ir por barrios y casi siempre le pasa la cuenta al ¨²ltimo que llega. Le dijo la escritora Ana Iris Sim¨®n a Pedro S¨¢nchez que sent¨ªa envidia de c¨®mo viv¨ªan sus padres y la comodidad con la que pudieron proyectar sus sue?os de thermomix y adosado. Sucede as¨ª en casi todo en el mundo retroman¨ªaco en el que vivimos: el pasado siempre fue m¨¢s arrebatador. La frontera en la que se descifra esa idea a veces abstracta sobre la econom¨ªa y la evoluci¨®n humana, sin embargo, se vuelve m¨¢s borrosa en el f¨²tbol, un universo que permite a los hijos mirar por encima del hombro a sus padres: por lo que ganan y por el poder que tienen. Pero tambi¨¦n, en muchos casos, por c¨®mo aprovecharon sus oportunidades.
Federico Chiesa (23 a?os), un chico con cara de no haber roto un plato y facciones de fresador de la periferia genovesa, salt¨® el s¨¢bado al campo en el minuto 84, cuando el partido entre Italia y Austria estaba enfilando ya la pr¨®rroga. El extremo de la Juventus (cedido por la Fiorentina con obligaci¨®n de compra) necesit¨® solo cinco minutos del tiempo a?adido para controlar con la cabeza un pase del fabuloso Spinazzola, recortar con la derecha y rematar de volea al palo largo con la izquierda para encarrilar el partido que colocaba a la Nazionale en cuartos de final. Fue el h¨¦roe que necesitaba una Italia que empezaba a parecerse demasiado a Italia. ¡°Bisogna avere Fede¡± [hay que tener fe], titul¨® La Repubblica jugando con su nombre de pila y con el sufrimiento hasta el ¨²ltimo minuto de la tifoseria. ?l lo celebr¨® corriendo a la banda, tal y como hizo su padre 25 a?os y 12 d¨ªas antes, en un partido de la Eurocopa de Inglaterra contra la Rep¨²blica Checa en Anfield. Fue la primera vez que un padre y un hijo marcaban en este campeonato.
Mancini esper¨® hasta el ¨²ltimo momento el s¨¢bado para poner a Chiesa mientras los comentaristas de la RAI se impacientaban por verle pisar el c¨¦sped. Lo mismo que le sucedi¨® a ¨¦l durante la Eurocopa de 1996 con el padre cuando el actual seleccionador comentaba la retransmisi¨®n. ¡°Hay que hacerle entrar ya¡±, dijo el Mancini del pasado. El gol en Anfield que marc¨® nada m¨¢s entrar Enrico Chiesa, genov¨¦s curtido en la Florentina, el Parma y la Sampdoria triunfante en la que deslumbraron Mancini y la mitad de su actual equipo t¨¦cnico (Vialli, Lombardo, Evani o Battara), no sirvi¨® entonces para evitar una derrota y el rid¨ªculo en la fase de grupos. Todo el mundo dice ahora que Federico es el bueno.
En esta Eurocopa hemos visto tambi¨¦n a Kasper Schmeichel, hijo del m¨ªtico portero del Manchester United y uno de los art¨ªfices de la hist¨®rica liga del Leicester. A nadie le parecer¨¢ mejor que su padre bajo los palos de Dinamarca, pero ha tenido una gran carrera. La teor¨ªa inversa de Ana Iris Sim¨®n puede aplicarse tambi¨¦n a otros jugadores como Thiago Alc¨¢ntara, capaz de mirar a los ojos a su padre, Mazinho, tras pasar por el Bar?a, el Bayern y el Liverpool. Carles Busquets, portero de pantal¨®n largo y pie de seda del Bar?a de Cruyff, nunca lleg¨® a disputar una Eurocopa ni un Mundial como s¨ª ha hecho su hijo, el centrocampista del Bar?a que ha devuelto la personalidad a Espa?a cuando una PCR lo permiti¨®. Y es probable que ninguno imaginase que vivir¨ªa mejor que su progenitor. En todos los sentidos.
El f¨²tbol es uno de las pocas profesiones donde, adem¨¢s, los empleados han prosperado econ¨®micamente m¨¢s que sus predecesores. Si el progreso iba por barrios, solo hacer falta darse una vuelta por el que eligi¨® a su llegada a Mil¨¢n y donde sigue viviendo Luis Su¨¢rez, Bal¨®n de Oro en 1960. Casi ninguna de las estrellas de ayer podr¨ªa permitirse la vida de las de hoy. Y no se trata de la inflaci¨®n. Este deporte factur¨® en 2020 el doble que el segundo (f¨²tbol americano) y la mayor¨ªa de clubes destina alrededor del 70% de esa monta?a de dinero a pagar los sueldos de sus principales empleados: los jugadores. Quiz¨¢ este apartado del progreso haya sido el problema.
Suscr¨ªbete aqu¨ª a nuestra newsletter especial sobre la Eurocopa 2021
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.