Los juegos mentales de Gareth Southgate
El t¨¦cnico ingl¨¦s habla del ¡°amor¡± que necesita el delantero, les ayuda con la visualizaci¨®n y se preocupa por la factura emocional
Despu¨¦s de provocar una de las tardes de mayor euforia colectiva en la historia del f¨²tbol ingl¨¦s, Gareth Southgate, el seleccionador, dijo algo anticlim¨¢tico: ¡°Es un momento peligroso para nosotros¡±. Eliminar a Alemania en un gran torneo despu¨¦s de m¨¢s de medio siglo de frustraciones era un objetivo, pero no era todo el objetivo. ¡°Hemos tenido una actuaci¨®n inmensa, pero con un coste emocional y f¨ªsico. Tenemos que asegurarnos de que nos recuperamos bien, y de que mentalmente estamos en el espacio mental correcto¡±. La tarea de llevar a los jugadores a ese lugar ha sido una obsesi¨®n constante de Southgate desde que accedi¨® al puesto de seleccionador en 2016.
La ¨²ltima semana la misi¨®n ha resultado especialmente intensa, desde que el torneo les cruz¨® con Alemania en octavos, casi en el 25 aniversario exacto de la semifinal de 1996 en la que ¨¦l fall¨® el penalti decisivo de la tanda que dej¨® a Inglaterra sin final de su Eurocopa. El partido del martes contra Alemania se jug¨® bajo la sombra de aquel fracaso que le incumb¨ªa a ¨¦l, y bajo la de una colecci¨®n hist¨®rica de decepciones que incumb¨ªa a todo el pa¨ªs. Southgate ten¨ªa clara su aproximaci¨®n al problema: ¡°Los jugadores deben entender que no necesitan sentir esa carga. Pueden jugar con una perspectiva nueva. No es importante para ellos. Pueden cambiar todo eso. Pueden jugar con la mente como si se tratara de un desaf¨ªo en lugar de hacerlo con miedo. Creo que hoy aceptaron ese desaf¨ªo. Y jugaron bien¡±, dijo despu¨¦s de acabar con Alemania.
El cuento no es nuevo. Meses antes del Mundial de Rusia de 2018, la federaci¨®n inglesa contrat¨® a la psic¨®loga Pippa Grange para ayudar al equipo en su trayecto a ese ¡°espacio mental correcto¡± que mencion¨® el seleccionador. Despu¨¦s de apear a Colombia en octavos de final en los penaltis, una suerte en la que hab¨ªan fracasado en las dos d¨¦cadas anteriores, Southgate cont¨® algo que ahora suena familiar: ¡°Hablamos con los futbolistas sobre escribir sus propias historias. Esta noche demostraron que pueden crear su propia historia¡±, dijo una vez se quit¨® aquel peso de encima. Ahora quien se ocupa de esta ¨¢rea es el psic¨®logo Ian Mitchell.
En los ¨²ltimos d¨ªas, Southgate ha repetido diversas versiones del mismo argumento de escribir sus propias historias, una de sus referencias a la atenci¨®n que presta al estado mental de sus futbolistas. Como cuando Mason Mount y Ben Chillwell tuvieron que aislarse del grupo durante 10 d¨ªas despu¨¦s de mantener una conversaci¨®n demasiado larga con el escoc¨¦s Billy Gilmour, que d¨ªas despu¨¦s dio positivo por coronavirus. Cuando iba a vencer el tiempo de retiro, Southgate explic¨® que antes de decidir si los alinear¨ªa enseguida, necesitaba evaluar qu¨¦ efectos mentales les hab¨ªa provocado la cuarentena. Apenas mencion¨® el posible deterioro f¨ªsico por la bajada de actividad.
Tampoco sus explicaciones de c¨®mo maneja el desencanto de los que no juegan siguieron la ruta habitual: ¡°Con los atacantes, tenemos tantas opciones tan buenas que es dif¨ªcil darles todo el amor que necesitan. Como delantero necesitas sentir ese amor¡±, dijo, en lugar de acudir a la f¨®rmula cl¨¢sica de que lo que necesitan son minutos.
Su libreto est¨¢ repleto de p¨¢ginas que atienden a lo emocional y lo mental, seg¨²n lo que han ido revelando sus futbolistas estos d¨ªas. Como las t¨¦cnicas de visualizaci¨®n que aplican a la preparaci¨®n de las tandas de penaltis, o la meditaci¨®n que ha empezado a practicar Raheem Sterling antes de acostarse cada noche. ¡°Para estar en un buen sitio¡±, explic¨®, y lo puso en contraste con el Mundial de Rusia, cuando las cr¨ªticas en las redes sociales le sacaron de quicio. Declan Rice ha borrado de su m¨®vil la aplicaci¨®n de Twitter hasta que acabe el torneo. Era algo sobre lo que Southgate lleva advirtiendo desde 2018: ¡°No estoy seguro de que merezca la pena leer los comentarios¡±.
Como tampoco ha dejado de insistir en que sus futbolistas pueden escribir su historia sin necesidad de asumir la anterior: ¡°No puedo cambiar el hecho de que los chicos que jugaban conmigo en 1996 no pudieron disputar la final, y siempre tendr¨¦ que vivir con eso. Pero este grupo tiene la oportunidad de dar a una nueva generaci¨®n un mont¨®n de recuerdos felices¡±.
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