D¨ªas de f¨²tbol y melancol¨ªa en Alemania
La Eurocopa no est¨¢ en las calles como en el colorido verano del Mundial 2006
El contraste es notable. En 2006, Alemania organiz¨® la Copa Mundial de F¨²tbol en un ambiente de j¨²bilo colectivo bajo un lema hospitalario: El mundo como hu¨¦sped en casa de amigos. Uno recuerda los colores de la bandera nacional por todas partes: en ventanas, bares y jardines; en forma de bander¨ªn colocado en coches, bicicletas y carritos de beb¨¦; en pulseras, collares y dem¨¢s bisuter¨ªa. Y uno recuerda asimismo la ilusi¨®n general cifrada en la confianza que inspiraba el equipo y asentada en unos tiempos de bonanza econ¨®mica y de alta autoestima nacional previos a la crisis financiera internacional de 2008.
El panorama ha cambiado en sentido negativo. Lleva uno residiendo cuatro d¨¦cadas en el pa¨ªs germano y nunca hasta la fecha hab¨ªa percibido con tanta claridad una especie de melancol¨ªa generalizada, de la cual tampoco se escapa la Eurocopa que comenzar¨¢ hoy viernes en M¨²nich. El campeonato est¨¢, s¨ª, en las p¨¢ginas deportivas y en los noticiarios, pero no en las calles como en aquel colorido verano de 2006. Las razones de esta desafecci¨®n son m¨²ltiples y vienen de unos a?os atr¨¢s, agravadas por la coyuntura econ¨®mica y por la situaci¨®n sociopol¨ªtica nacional y europea. Viendo a diario las im¨¢genes de explosiones y muertos en Ucrania y Gaza no apetece mucho, la verdad, abandonarse a la alegr¨ªa.
El mito alem¨¢n del pa¨ªs de los poetas y fil¨®sofos (Dichter und Denker), de la naci¨®n disciplinada que funciona como un mecanismo de relojer¨ªa, laboriosa, innovadora, fiable, conocida y admirada por su esp¨ªritu organizativo, el trabajo met¨®dico y la puntualidad, hoy encuentra principalmente cabida en el juicio favorable de quienes desconocen su estado actual, sin que ello signifique que el suyo sea un caso aislado. El problema de Alemania es el problema de Europa y se le puede poner diversos nombres. Por ejemplo, decadencia. Dejo a otros m¨¢s versados en estos asuntos dilucidar las causas. Los ciudadanos de a pie simplemente constatamos que en todos lados falta personal, que se desincentiva el esfuerzo del emprendedor, que no hay tren que salga o llegue a su hora, que menudean las noticias de cuchillos violentos y que la incertidumbre convertida en miedo e irritaci¨®n lleva cada vez a m¨¢s ciudadanos a buscar soluciones desesperadas en formaciones pol¨ªticas que prometen mano dura y ponen en tela de juicio la democracia.
Bien es cierto que una selecci¨®n nacional de f¨²tbol repleta de estrellas y con buenas perspectivas de triunfo, como fue el caso en otros tiempos, podr¨ªa contribuir al olvido moment¨¢neo de los problemas presentes y a insuflar algo de entusiasmo a la naci¨®n. Sin embargo, el equipo no inspira confianza luego de que en las dos ¨²ltimas copas mundiales ni siquiera lograra pasar de la fase de grupos. En vista del juego mediocre y de las dificultades para imponerse a rivales modestos en los preparativos para esta Eurocopa, Toni Kroos no tuvo empacho en declarar hace poco lo que piensa. ¡°No somos suficientemente fuertes¡±, dijo. Desde luego que el portero Manuel Neuer no pasa, tras larga lesi¨®n, por su mejor momento. Y el otro d¨ªa vimos que en un entrenamiento el madridista R¨¹diger y el delantero F¨¹hlkrug, que ya se vieron las caras en la final de Wembley, estuvieron a punto de llegar a las manos, lo que para unos analistas es prueba de que en el equipo hay combatividad y ganas, y para otros desarmon¨ªa y conflictos.
El mismo regreso de Kroos a la selecci¨®n despierta recelos, y no tanto por su calidad futbol¨ªstica, que est¨¢ fuera de duda, sino por la inquietante circunstancia de que a sus 34 a?os no haya jugadores m¨¢s j¨®venes que le disputen el puesto. Por supuesto que su veteran¨ªa y su prestigio pueden beneficiar al equipo. Aun cuando no ostenta el brazalete de capit¨¢n, su presencia tiene peso y su voz, autoridad. Fallecidos en los ¨²ltimos a?os Beckenbauer, Gerd M¨¹ller, Brehme o H?lzenbein, Toni Kroos es ahora mismo el ¨²nico jugador alem¨¢n en activo con aureola de leyenda. Al resto a¨²n le queda un buen trecho para consagrarse.
Motivo de discusi¨®n ha sido igualmente estos d¨ªas el color de una de las dos camisetas que usar¨¢ el equipo nacional alem¨¢n durante la Eurocopa. Adem¨¢s del blanco de los tiempos gloriosos, los jugadores saltar¨¢n al c¨¦sped en su segundo partido, el que los enfrentar¨¢ a Hungr¨ªa, con indumentaria rosa, color con el que un sector no peque?o de aficionados dista de identificarse y al que m¨¢s de uno achaca fama de gafe. Y si uno observa la trivial mascota del campeonato, un peluche caracterizado por su innegable falta de originalidad, acabar¨¢ constatando en el pa¨ªs de los poetas y fil¨®sofos una falta ostensible de genio creativo, as¨ª como la tentativa ?o?a de simular una fiesta popular en medio de un ambiente deca¨ªdo. Ya s¨®lo falta que las predicciones meteorol¨®gicas acierten y tengamos una Eurocopa pasada por agua y con temperaturas por debajo de los 20 grados.
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