Escocia y Suiza empatan en un mal partido de ambos
Los escoceses se adelantaron con un gol en propia puerta de Sch?r y los suizos empataron por medio de Shaqiri tras un error defensivo
Hubo un tiempo en el que cada defensa escoc¨¦s se com¨ªa un ni?o para desayunar, y antes del entrenamiento part¨ªa nueces a cabezazos, pero esas ¨¦pocas ya pasaron, parece, y ahora los centrales vestidos de azul oscuro, por mucho que canten a voz en grito el Flower of Scotland, que relata c¨®mo sus antepasados mandaron a paseo al orgulloso Eduardo II de Inglaterra y su ej¨¦rcito, ya no son lo que eran. Lo del rey ingl¨¦s sucedi¨® en el siglo XIV, y en el XXI, los defensas desdentados y aspecto patibulario dieron paso a chicos de barba arreglada y pelo bien cortado, que cogen de la mano con ternura a los ni?os con los que saltan al campo, y si hiciera falta, ayudar¨ªan a cruzar pasos de peatones a las viejecitas.
Los defensas escoceses de hoga?o, al contrario que los de anta?o, se creen artistas del bal¨®n, en vez de obreros de una empresa de derribos, e intentan salir de su ¨¢rea con la pelota controlada, pero da la impresi¨®n de que hacer esas cosas no est¨¢ en su naturaleza, y al final, o se la regalan a Suiza, que con su presi¨®n no demasiado intensa deja caer que no le importa vivir de las d¨¢divas de los escoceses, o se la pasan, ya a la desesperada, a su portero Gunn que, ese s¨ª, no se anda con contemplaciones y revienta la pelota sin importarle demasiado que est¨¦ relleno de sensores que indican hasta la temperatura ambiente.
Pero no siempre llega ese pase salvador, porque pese a creerse artistas, los defensas de Escocia tienen menos sensibilidad en sus botas que el propio bal¨®n, y en un par de ocasiones les regalan saques de esquina a los suizos porque m¨¢s que una cesi¨®n, lo que recibe el guardameta es un castigo. Y en uno de esos empe?os escoceses por mostrarse al mundo como un equipo exquisito, a Ralston se le ocurre dar un pase hacia atr¨¢s sin mirar, y aunque Shaqiri es bajito, no lo es tanto como para no ver que andaba por all¨ª, y que aprovechaba el regalo, uno m¨¢s, para sin dejar caer la pelota, empalmar un zapatazo para batir a Gunn.
Era el empate. S¨ª, porque, entre torpeza y torpeza en defensa, Escocia aprovech¨® su primer contragolpe para correr por la izquierda, entrar en el ¨¢rea de Suiza, que tampoco era un dechado de virtudes defensivas, y darle la pelota a uno de sus futbolistas con posibles, Mctominay, el jugador del United, que dispar¨® a puerta y cuando Sommer acunaba los brazos para recibir el lanzamiento inocente, meti¨® el pie Sch?r para desviar la pelota y que el guardameta se quedara abrazando el aire.
Corr¨ªan las pintas por la grada como si fuera la feria de la cerveza de Colonia, con los miles de seguidores escoceses entusiasmados. C¨®mo no lo iban a estar poni¨¦ndose por delante en el marcador, si celebraron como locos el gol del 5-1 ante Alemania, pero la euforia les dur¨® 12 minutos, hasta que la en¨¦sima torpeza defensiva les conden¨® al empate. En la acci¨®n de la mejor oportunidad suiza para marcar el segundo, Ndoye se fue de Tierney, pero dispar¨® algo desviado. Luego, en la segunda parte, repitieron la acci¨®n, otra vez se march¨® la pelota a un palmo del poste, pero se lesion¨® Tierney, el jugador de la Real Sociedad cedido por el Arsenal. Sali¨® en camilla.
Escocia estuvo m¨¢s aseada en ataque en los minutos finales y m¨¢s resolutiva en defensa, es decir, si hab¨ªa que golpear en largo, lo hac¨ªan. Hanley tuvo la mejor ocasi¨®n escocesa en un cabezazo al palo tras una falta que sac¨® Robertson, pero replic¨® Suiza con un cabezazo de Amdouni en el segundo palo que envi¨® fuera cuando estaba solo.
Acab¨® el partido en empate, merecido para los escasos m¨¦ritos de unos y de otros.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
