Albania, una canci¨®n y el f¨²tbol en honor a los abuelos: la misi¨®n de Zabaleta y Sylvinho en la selecci¨®n
El argentino, segundo entrenador de la selecci¨®n balc¨¢nica, explica el trabajo que hizo con el brasile?o para llegar a la Eurocopa
Y son¨® Mora Fjal? en Albania.
En el a?o 2000, con la idea de unir a los albaneses desperdigados por el mundo, el m¨²sico Naim Gjoshi compuso una canci¨®n en honor a Adem Jashari, l¨ªder hist¨®rico del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo (ELK), la milicia independentista albano kosovar. La canci¨®n se titula Mora Fjal? y se esparci¨® por Tirana hasta convertirse en un himno. Y un d¨ªa los albaneses tambi¨¦n se sintieron orgullosos de su selecci¨®n de f¨²tbol, clasificados por segunda vez en su historia a la Eurocopa. ¡°La canci¨®n se convirti¨® en una insignia del equipo. La empezaron a cantar despu¨¦s de cada partido. Te pone la piel de gallina¡±, explica Pablo Zabaleta, exjugador del Manchester City, segundo entrenador de Albania, este lunes rival de Espa?a en Alemania 2024.
Retirado en 2020, Zabaleta, subcampe¨®n del mundo en 2014 y campe¨®n de la Premier League con el City (2012 y 2014), se reencontr¨® con el c¨¦sped en el lugar menos pensado: Albania. ¡°?Mancha en el curr¨ªculo?¡±, dice el argentino; ¡°para nada, al contrario. ?Sabes las ofertas que tenemos?¡±.
Mientras trabajaba de comentarista para la televisi¨®n inglesa en el mundial de Qatar a Zabaleta le son¨® el tel¨¦fono. Era su amigo Sylvinho. ¡°Lo conoc¨ª en el City. Un crack. El primero en llegar a entrenar, desayunaba tranquilo. Enseguida conectamos. Como ya estaba en el final de su carrera, Mark Hughes le ofreci¨® ser parte de su cuerpo t¨¦cnico, Mancini tambi¨¦n. Es el perfil ideal, serio y ama el f¨²tbol. Trabaja y tiene ilusi¨®n. Noble y genera confianza¡±, cuenta Zabaleta. Considera a Sylvinho uno de los amigos que le dio el f¨²tbol, la llamada, sin embargo, lo sorprendi¨®. ¡°Hazme un favor, me acaban de ofrecer la selecci¨®n de Albania. Mira los ¨²ltimos cuatro o cinco partidos y me tienes que hacer un an¨¢lisis¡±.
A Sylvinho le aseguraban desde la federaci¨®n albanesa que hab¨ªa una generaci¨®n de futbolistas interesantes y que necesitaban un perfil de entrenadores diferentes. Zabaleta acept¨® el reto de su amigo y, cuando llegaba al hotel despu¨¦s de comentar los partidos de la selecci¨®n argentina, estudiaba los partidos de Albania. ¡°Hay buenos jugadores. Y est¨¢n en un grupo con Polonia y Rep¨²blica Checa, Islas Feroe y Moldavia. Puede llegar a la Eurocopa¡±, le contest¨® Zabaleta. ¡°Acomp¨¢?ame a Tirana. Conozcamos las instalaciones¡±, dijo Sylvinho.
Les sorprendieron. Un estadio y una ciudad deportiva modernos. El problema, la cultura de trabajo. ¡°Sylvinho se mud¨® a Tirana y yo viajo cada 10 d¨ªas desde Barcelona. Aprendimos frases en alban¨¦s y conectamos con la gente. Ser sudamericanos nos ayud¨®. Creemos en el contacto humano¡±, recuerda Zabaleta. Hab¨ªa que empezar de cero. Quer¨ªan dejar un legado y profesionalizar. ¡°Le explicamos al jardinero que no ten¨ªa que cortar el c¨¦sped 10 minutos antes del entreno y al utillero que no pod¨ªa dejar un bolso con toda la ropa dentro sino que ten¨ªa que poner cada ch¨¢ndal en el puesto de cada jugador. Mandamos pegar las fotos y los nombres de los futbolistas en el vestuario¡±.
Profesionalizado el trabajo, lleg¨® lo m¨¢s dif¨ªcil: los jugadores. ¡°Cuando vieron que est¨¢bamos comprometidos, se comprometieron. Hicimos una selecci¨®n de 50 jugadores. Convencimos a muchos que estaban por todo el mundo que su lugar era la selecci¨®n de Albania¡±, revela Zabaleta. De los 26 jugadores en la Euro, solo siete nacieron en Albania. ¡°Por primera vez, el f¨²tbol creo una sensaci¨®n de pertenencia. Y lo hicieron la tierra de sus abuelos y de sus padres. ?Hay un orgullo mejor?¡±, cierra Zabaleta.
Ahora quieren que suene Mora Fjal? en Alemania.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.