Italia deja a Croacia pendiente de un milagro de ¨²ltima hora
Un gol de Zaccagni clasifica a su equipo en el ¨²ltimo instante tras el dominio balc¨¢nico
Mattia Zaccagni hizo un gol con valor m¨²ltiple en el ¨²ltimo instante de un partido tortuoso como pocos para Italia. El tanto del atacante del Lazio supuso el 1-1 y permiti¨® a los azzurri clasificarse para octavos como segundos del grupo B, por detr¨¢s de Espa?a. Lo pag¨® Croacia, claro dominador de la noche hasta que Modric fue sustituido en la recta final y Spalletti, el cuestionado entrenador italiano, rectific¨® la aberraci¨®n que present¨® al comienzo, un 5-3-2 que va contra sus convicciones y que sembr¨® de dudas a sus futbolistas en un momento de m¨¢xima tensi¨®n y desencanto en torno a la selecci¨®n.
¡°Esta noche nos har¨¢ da?o¡±, dijo Zlatko Dalic, ¡°y el da?o se prolongar¨¢ durante meses; pero en el f¨²tbol se pierde y si hemos sabido festejar los ¨¦xitos juntos ahora debemos aprender a sufrir juntos la derrota¡±. El seleccionador croata se mostr¨® convencido de una eliminaci¨®n que no se confirmar¨¢ hasta que no se resuelva qu¨¦ selecciones son las mejores cuatro terceras de la fase de grupos. Hasta este lunes, Rep¨²blica Checa, Georgia, Eslovenia y Serbia, se encuentran mejor posicionadas en el enredo clasificatorio que impulsa el af¨¢n de la UEFA por prolongar el torneo. Sea como sea, ah¨ª sobrevive la sufrida Italia.
La derrota ante Espa?a en la segunda jornada de la Eurocopa provoc¨® una tremenda aver¨ªa en el casco espiritual de Italia. Inmediatamente afloraron las viejas corrientes reaccionarias que recorren el subsuelo futbol¨ªstico desde Lombard¨ªa al V¨¦neto, y desde Mil¨¢n a Roma. La influyente columna medi¨¢tica azzurra se hart¨® del discurso prof¨¦tico de Luciano Spalletti. El t¨¦cnico, que predica que la Tierra es redonda, es observado como alguien fuera de la realidad por una multitud que le exige menos doctrina y m¨¢s vincere sin aportar m¨¢s ideas que una borrosa imagen del pasado catenacciaro y contragolpeador. Sin importar las condiciones. Sin reparar en que ganar sin futbolistas suficientemente dotados es dif¨ªcil cuando enfrente se encuentran selecciones ricas en talento. La paradoja del vigente campe¨®n de Europa es que le faltan buenos jugadores y los mejores, como Jorginho, resultan sistem¨¢ticamente cuestionados por un entorno que sospecha de su falta de cualidades atl¨¦ticas.
A Italia no le habr¨ªa bastado ni con 11 Kipchoges para ganar tiempo a las jugadas cuando enfrente se asociaron Modric, Kovacic y el gran Marcelo Brozovic. La desmoralizada hinchada italiana, apenas unos pocos miles mezclados entre la mayor¨ªa croata que invadi¨® Leipzig, asisti¨® en silencio a lo que pareci¨® una rendici¨®n. Spalletti debi¨® hacer caso a las alarmas de la reacci¨®n. Su planteamiento, con una ins¨®lita l¨ªnea de cinco centrales y dos carrileros, evoc¨® la gloriosa historia de plomo. En el mediocampo, con un hombre menos para asociarse por dentro, Jorginho y Barella se vieron malparados y mal acompa?ados por el amargo Pellegrini. Que el diez del equipo sea un futbolista tan banal, tan redundante, tan atormentado, habla del des¨¢nimo general que atrap¨® a la expedici¨®n italiana en Alemania.
El semblante de Spalletti, amarillento y desencajado fue un reflejo del equipo que ve¨ªa. Procur¨® alterar el rumbo sustituyendo a Pellegrini por Frattesi en el descanso. Pero el tren del partido iba a toda velocidad en direcci¨®n contraria. Una mano del propio Frattesi, antes de cumplir la hora, desemboc¨® en penalti. Lo decret¨® el VAR y la turba croata lo celebr¨® arrojando vasos llenos de cerveza desde las tribunas superiores a las inferiores, y de las inferiores al campo, y en el fondo del estadio brillaron bengalas. Donnarumma par¨® el tiro de Modric, pero en la siguiente jugada, tras un centro rematado por Budimir, Modric se enmend¨® reventando la red. La lluvia era un aluvi¨®n cuando Spalletti deshizo su invento y quit¨® a Dimarco y a Darmian, el tercer central y un lateral, para devolver a Chiesa al extremo derecho y rearmar el denostado 4-3-3 primero, y luego acabar jugando con solo tres defensas en un arrebato de desesperaci¨®n y coraje.
Italia se creci¨® cuando Modric abandon¨® el campo y Brozovic se vio desbordado por el juego en¨¦rgico de Frattesi, Barella, Fagioli, Chiesa y el recuperado Scamacca. El drama se agotaba. Modric se mord¨ªa la camiseta en la ¨²ltima jugada del partido. Ataque de Italia. Riccardo Calafiori conduce el bal¨®n por el medio del campo, nadie lo espera, se apoya en Barella y provoca el caos. Los defensores croatas entran en p¨¢nico. Su pase a Zaccagni, otro suplente revulsivo, acaba en un golazo. El gol que record¨® a Spalletti que mientras sea fiel a sus ideas habr¨¢ eperanza para Italia.
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