La segunda Espa?a tambi¨¦n manda
Una selecci¨®n con diez cambios respecto de la victoria ante Italia espera rival en octavos tras despedir del torneo a la corajuda Albania, que revivi¨® cerca del final con el impulso del talento de Broja
A Espa?a le sale todo, lo mismo da que se presente con los once de siempre que con los de la reserva. Viaja en globo sin encontrar turbulencias. Despu¨¦s de cerrar su pase a los octavos de final que jugar¨¢ el pr¨®ximo domingo en Colonia, se permiti¨® refrescar el primer pelot¨®n y dar vuelo a los secundarios. As¨ª despidi¨® de la Eurocopa a la Albania de Sylvinho, que hab¨ªa sostenido el pulso en el grupo de la muerte ante Italia y Croacia y termin¨® festejando con su grada su segunda aparici¨®n en el torneo, que cerr¨® empujando a Espa?a, una de las principales favoritas, a defenderse de la carga final comandada por Broja. Pero eso tambi¨¦n lo aguant¨® la Roja, que cierra la fase de grupos sin recoger ni un bal¨®n de su red.
Espa?a se ha convertido en esta Eurocopa en una especie de generador que provoca distorsiones en aquellos equipos que atraviesan su campo de acci¨®n. Pas¨® por la trituradora a Croacia, y dej¨® flotando la duda de si la ajedrezada ya no ser¨ªa lo de antes, lo de hace solo un a?o y medio, por ejemplo, cuando termin¨® tercera el Mundial de Qatar. Despedaz¨® despu¨¦s a Italia, campeona en 2021, tercera en la Nations del a?o pasado, y se pens¨® que el nuevo proyecto de Spalletti se hab¨ªa esfumado antes de empezar a coger cuerpo. Despu¨¦s se aproxim¨® Albania y, con la clasificaci¨®n ya cerrada, Luis de la Fuente desmont¨® el invento y arm¨® otro con piezas distintas. En el once solo repiti¨® Laporte, retirado en el intermedio para no acumular demasiado. Desarmada la m¨¢quina y vuelta a montar, el efecto result¨® ser el mismo.
La corajuda Albania, que se hab¨ªa adelantado ante Italia con el gol m¨¢s tempranero de la historia de las Eurocopas, y que hab¨ªa vuelto a tomar ventaja contra Croacia en el segundo encuentro, tard¨® 44 minutos en tirarle la primera vez a Raya, que se estir¨® y espant¨® el peligro. El equipo de Sylvinho se abalanz¨® sobre el partido con el mismo arrojo que las otras veces, impulsado por una grada efervescente que celebraba cada robo de bal¨®n en los primeros instantes. Ellos, muchos m¨¢s que los espa?oles, tambi¨¦n intu¨ªan una promesa en el arre¨®n inicial, mientras Mikel Merino ped¨ªa calma.
A Espa?a no le dur¨® el apuro bajo el rugido balc¨¢nico. Iba hilando poco a poco con Zubimendi y Merino, socios en la Real Sociedad. Pero Albania aguantaba todav¨ªa con las l¨ªneas muy juntas, casi todos los efectivos apretados en una estrecha franja de menos de 20 metros. El encuentro apuntaba a encaminarse hacia otra de esas noches desesperantes en las que la Roja parece atrapada en un entrenamiento de balonmano, pelota para aqu¨ª, pelota para all¨¢. Hasta que se cans¨® Jes¨²s Navas, capit¨¢n en D¨¹sseldorf, el ¨²ltimo superviviente del Mundial de Sud¨¢frica. Se sac¨® uno de esos centros que parecen escupidos por una ballesta que apenas requiere armarse. Strakosha respondi¨® al cabezazo de Merino.
Era el primer s¨ªntoma de que hab¨ªa comenzado el desorden. Los albaneses ya no basculaban tan juntos. Y entonces apareci¨® Dani Olmo, clarividente buscavidas en los inh¨®spitos espacios entre l¨ªneas de la mara?a albanesa. En el breve desahogo de un instante de desajuste, control¨®, se gir¨® y dej¨® un regalo para Ferran Torres a la espalda de la defensa. El jugador del Bar?a lleg¨® puntual a la entrega y anot¨® cruzando el tiro a la base del poste derecho.
A Albania se le empezaban a abrir las costuras, pero en su libreto hab¨ªa algo m¨¢s que la resistencia. En el centro del campo, Asllani, del Inter de Mil¨¢n, un tipo de buen pie e ideas claras, encontraba el modo de organizar algunas acometidas que no ten¨ªan nada de desesperadas. Contaban con esa v¨ªa y tambi¨¦n con la de Bajrami, agitador a la carrera. O con los pases que apuntaban a encontrarse en la delantera con Manaj, que breg¨® con Laporte y con Vivian. El central del Athletic, el ¨²ltimo de los espa?oles en probar la Eurocopa, dej¨® la impresi¨®n de haber estado jug¨¢ndolo todo. No era un meritorio, ni mucho menos.
Los fogonazos balc¨¢nicos apenas hac¨ªan cosquillas. Ni un tiro. Hasta la grada parec¨ªa desinflarse. Mientras, Espa?a acumulaba aproximaciones sin punter¨ªa, casi siempre a partir de invenciones de Olmo, que encontraba espacios en aquel atasco.
Parec¨ªa inevitable que fueran cayendo los goles, pero Albania aguantaba. No solo eso. A¨²n guardaba p¨®lvora para un segundo asalto. Despu¨¦s de tenerlo una hora bailando muy pegado con los centrales, Sylvinho retir¨® del campo a la boya Manaj. Hab¨ªa reservado en la rec¨¢mara el talento de Broja, el delantero del Chelsea cedido en el Fulham, un ingl¨¦s con ra¨ªces balc¨¢nicas cazado por Albania, como el gerundense Iv¨¢n Balliu del Rayo Vallecano.
El movimiento pill¨® a Espa?a de bajada y Broja encontr¨® enseguida espacio para probar a Raya. La Roja hab¨ªa soltado el mando del encuentro y el portero del Arsenal empez¨® a tener trabajo. Probaron suerte Mitaj y Asllani y revivi¨® la grada albanesa, a la que le bastaban un robo y una carrera para encenderse.
De la Fuente reaccion¨® enviando al campo a Ferm¨ªn, Morata, Baena y Lamine Yamal, que transform¨® la primera pelota que le lleg¨® en un ca?o. Desprende fantas¨ªa casi sin querer. Albania encaj¨® un par de golpes, pero mantuvo su empe?o de empatar y oblig¨® a Espa?a a retroceder, defenderse y confiar en Raya. Broja encontr¨® una pelota en el ¨¢rea peque?a y el portero agarr¨® el remate. Espa?a cerr¨® la primera fase sin recoger ni un bal¨®n de su red, y dejando irreconocibles a todos los rivales, incluso con la segunda unidad, se?al de mando prometedor.
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