La Italia de Spalletti debate sobre f¨²tbol y videojuegos

Con un bol¨ªgrafo sujetado entre los dientes y una libreta en la mano en la que anota los mensajes que pretende difundir, el seleccionador italiano Luciano Spalletti aguardaba detr¨¢s de una vidriera el momento de acceder a la sala de prensa del Westfalenstadion de Dortmund. Terminada la intervenci¨®n del capit¨¢n Gianluigi Donnarumma, el preparador toscano inici¨® un lanzamiento de proclamas ante el estreno de este s¨¢bado de su selecci¨®n ante Albania (21.00, TVE). Su oratoria era la de un did¨¢ctico convencido de que el sentido com¨²n es imbatible en el f¨²tbol y en la vida.

El hombre parec¨ªa molesto por la fama de sargento cuartelario que le han colgado por racionalizar el uso de la PlayStation, que no prohibirlo, en la concentraci¨®n italiana en un resort de Iserlohn. ¡°No quiero comentar las cosas que no dije, es decir, que no quiero que se use la PlayStation en la concentraci¨®n. Me interesa que la gente duerma por la noche. En la sala de juegos hay dos bell¨ªsimas y modernas PlayStation, yo tambi¨¦n jugu¨¦. Ahora publicar¨¦ la foto en las redes sociales¡±, brome¨® un entrenador que busca el costumbrismo de las concentraciones de anta?o frente al apogeo de los dispositivos tecnol¨®gicos que imperan entre las nuevas generaciones. ¡°Los chicos jugar¨¢n a la videoconsola en el momento adecuado. Los psicoanalistas y los profesores lo dicen: ¡®Un estilo de vida correcto para dar lo mejor en el campo¡±.

Spalletti ha asumido el comprometido encargo de resta?ar el orgullo del f¨²tbol italiano, muy tocado tras la ausencia en los dos ¨²ltimos Mundiales. Ni siquiera la condici¨®n de vigente campeona del torneo alivia a Italia y sus orgullosos tifosi. El camino elegido para alcanzar la empresa pasa por una disciplina racional en las normas de convivencia, la apuesta por lo que los italianos denominan ¡°juego relacional¡± para aglutinar el f¨²tbol moderno de presi¨®n adelantada y salida de bal¨®n desde atr¨¢s para superarla con transiciones r¨¢pidas cuando es el rival el que la ejerce. ¡°Como dicen los All Blacks, aqu¨ª no entran gilipollas¡±, pronunci¨® Spalletti cuando empez¨® a imponer las normas disciplinarias.

Para reforzar el sentido de pertenencia y la recuperaci¨®n de la identidad azzurra, el t¨¦cnico invit¨® la semana pasada a las instalaciones de Coverciano (Florencia) a los legendarios Antognoni (campe¨®n del mundo en 1982), Roberto Baggio (subcampe¨®n en 1994), y a Del Piero y Totti (campeones en 2006) a compartir sus experiencias con el plantel seleccionado para esta Eurocopa. ¡°Somos los protagonistas del sue?o de todo italiano que, de ni?o, dejaba la escuela para ir a jugar al f¨²tbol toda la tarde. Tambi¨¦n les dije esta ma?ana a los chicos que somos h¨¦roes y gigantes¡±, explic¨® entusiasmado Spalletti en su comparecencia ante la prensa. ¡°Queremos ser un equipo, expresar siempre la marca de nuestro f¨²tbol. Esto no asegurar¨¢ que consigamos los tres puntos, pero nos dar¨¢ la sensaci¨®n de ser parte de un todo, pero no s¨®lo de los que salen al campo, sino tambi¨¦n de los 60 millones de tifosi¡±.

El otro gran debate que embarga a Italia, el futbol¨ªstico, se focaliza en si Spalletti jugar¨¢ con una defensa de tres o de cuatro. ¡°Podemos decidir jugar con una defensa de tres y tambi¨¦n puede ser una formaci¨®n m¨¢s ofensiva con dos delanteros, Scamacca y Retegui juntos, o con Raspadori detr¨¢s de uno de los dos¡±, explic¨® el t¨¦cnico italiano. M¨¢s que por un dibujo en concreto, Spalletti est¨¢ inmerso en la puesta en pr¨¢ctica de una idea de juego que le ayude a combatir la ausencia de grandes talentos. En Italia se considera como su manifiesto el pr¨®logo que ha escrito en el libro El partido perfecto, obra del coordinador de las categor¨ªas inferiores de Italia. ¡°La nueva tendencia, que utiliza a los jugadores de forma vers¨¢til, no limita la imaginaci¨®n y la espontaneidad. Aunque te enfrentes a realidades t¨¦cnicas diferentes, esto no significa que tengas que renunciar a un f¨²tbol moderno, inteligente, participativo y divertido¡±, escribi¨®. La Eurocopa dictar¨¢ sentencia.

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