Las ¡®antipretemporadas¡¯ dejan secuelas
Si los entrenadores y jugadores est¨¢n de verdad preocupados por los da?os que el exceso de partidos provoca en la salud de los segundos, podr¨ªan agruparse y lanzar una propuesta: juguemos menos a cambio de cobrar menos
A ra¨ªz de la baja de De Bruyne, muy sensible hasta en una plantilla tan lujosa como la del City, Guardiola se quej¨® del exceso de partidos y su secuela de lesiones. Otros lo han dicho antes, otros lo dir¨¢n despu¨¦s, entrenadores o jugadores. Los que no lo dir¨¢n son los directivos, responsables directos del discreto pero continuo abuso del calendario. Se juega cada vez m¨¢s. Un futbolista de ¨¦lite de una gran liga puede pasar de los 70 partidos, entre campeonatos nacionales, el europeo de turno y los de su selecci¨®n. Pero no conviene olvidar que estas v¨ªctimas lo son de su ambici¨®n. Aprietan tanto en sus contratos que los que mueven esto se las ven y desean para acopiar ingresos. Recuerdo que un directivo de un gran club me dijo: ¡°Nos sacamos la sangre de las venas para que cada jugador tenga cinco lamborghinis en el garaje en lugar de cuatro¡±.
Si los entrenadores y jugadores est¨¢n de verdad preocupados por los da?os que el exceso de partidos provoca en la salud de los segundos, podr¨ªan agruparse y lanzar una propuesta: juguemos menos a cambio de cobrar menos. Qu¨ªtennos un tercio de partidos y un tercio de la paga. Pero no oigo a ninguno apuntar en ese sentido.
Al recargado calendario se ha unido de un tiempo a esta parte lo que podr¨ªamos llamar la antipretemporada, perd¨®nenme el palabro. En el tiempo cl¨¢sico y hasta no hace mucho, la pretemporada era algo muy en serio. Las plantillas se reincorporaban a finales de julio y pasaban quince d¨ªas de intenso trabajo preparatorio en alg¨²n lugar tranquilo. Mucho ejercicio, a veces hasta tres sesiones diarias, mucho descanso, mucha calma. Luego, con el dep¨®sito lleno, jugaban unos pocos partidos para integrar a los nuevos fichajes y coger ritmo, generalmente en lugares pr¨®ximos. Ya recordar¨¢n c¨®mo abundaron los trofeos de verano por toda Espa?a. Eso ocupaba otros quince d¨ªas, m¨¢s o menos. Y luego, el campeonato.
Esto lo han sustituido algunos grandes clubes por una gira sin pretemporada previa, en cualquier lugar del mundo. El Madrid y el Bar?a escogen Estados Unidos, el Atl¨¦tico ha ido este a?o a Se¨²l y luego a M¨¦xico. El trabajo de pretemporada no existe como tal, se entrena algo entre partidos y viajes, con cambios de horario, esperas en los aeropuertos¡ Son giras beneficiosas en lo econ¨®mico, claro, y no s¨®lo por la recaudaci¨®n directa, sino por lo que supone de expansi¨®n de marca, de contactos con nuevos mercados.
Pero cada vez parece m¨¢s claro que repercute para mal en el jugador, al que provoca una fatiga que le hace proclive a lesiones tempranas. Jes¨²s Gil fue iniciador de esta pr¨¢ctica cuando en 1992 el Atl¨¦tico sustituy¨® la pretemporada por unos partidos en M¨¦xico. El Doctor Gonz¨¢lez le advirti¨®, pero no le hizo caso. Luego abundaron las lesiones en la primera vuelta y Gil lo resolvi¨® despidi¨¦ndoles a ¨¦l y al preparador f¨ªsico.
Ahora vemos lo que est¨¢ pasando, particularmente en el Madrid, donde han ca¨ªdo de gravedad Courtois y Militao, y este s¨¢bado, de no tanta gravedad, Vinicius. El Bar?a ha perdido a Ara¨²jo y Pedri, ambos con lesiones musculares de larga duraci¨®n. Al Atl¨¦tico le pas¨® con Koke en el primer partido de LaLiga¡ ?Se pueden achacar estas lesiones a la antipretemporada? Es una cuesti¨®n resbaladiza, pero s¨ª es una verdad inapelable que la fatiga aumenta las posibilidades de lesi¨®n. Cada d¨ªa de un jugador parado tiene un coste, el que se deducir¨ªa de dividir por 365 sus ingresos anuales m¨¢s la amortizaci¨®n de su fichaje. Me pregunto si alguien echa esa cuenta y compara las gallinas que entran (los ingresos de la gira) con las que salen.
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