Megan Rapinoe enfila su despedida del f¨²tbol
Doble campeona del mundo, campeona ol¨ªmpica y Bal¨®n de Oro en 2019, la estadounidense convertida en bandera del activismo social, disputa con su club el que puede ser su ¨²ltimo partido
El penalti que fall¨® ante Suecia y cerr¨® la eliminaci¨®n estadounidense en el ¨²ltimo Mundial no fue el final de la historia de Megan Rapinoe. Qui¨¦n sabe si lo ser¨¢ el que dispute este domingo con su club, el OL Reign, donde el equipo se juega la clasificaci¨®n a los playoffs de la NWSL. La larga gira de despedida de Rapinoe, a estadio lleno por todo Estados Unidos, ha terminado ¨Cpor ahora¨C siendo el reflejo de todo lo que la mediocentro ayud¨® a construir. Y todo aquello que la va a sobrevivir.
Se dice que los atletas activistas viven m¨²ltiples vidas a la vez. Rapinoe sali¨® del armario en la Universidad de Portland ¨Cdonde estudi¨® Sociolog¨ªa¨C mucho antes de aparecer en la vida p¨²blica. El resto del mundo solo se enter¨® en 2012 ¨Ca?o en que la selecci¨®n gan¨® en los Juegos de Londres¨C, tres a?os antes de la aprobaci¨®n del matrimonio homosexual en su pa¨ªs. Y para un deporte que hu¨ªa del estigma de lo ¡°marimacho¡± en sus esfuerzos por expandirse, la libertad de Rapinoe para expresarse sin reparos ni arrepentimientos marc¨® la pauta de la naturalidad con la que hoy viven su sexualidad las futbolistas de esta generaci¨®n.
Pero su lucha social tom¨® otro vuelo en 2016, cuando el jugador de f¨²tbol americano Colin Kaepernick se arrodill¨® durante el himno nacional para protestar por la brutalidad policial contra los afroamericanos. Rapinoe, rostro de su selecci¨®n, una de las m¨¢s exitosas, campeona ol¨ªmpica y mundial, fue una de las primeras atletas blancas en hacer lo propio en solidaridad. Tambi¨¦n se arrodill¨®. Y otras siguieron su ejemplo.
¡°No he experimentado exceso de vigilancia, discriminaci¨®n racial o brutalidad policial; no he visto el cuerpo de un familiar muerto en la calle¡±, escribi¨® ese a?o en The Player¡¯s Tribune. ¡°Pero no puedo quedarme de brazos cruzados mientras hay personas en este pa¨ªs que han tenido que lidiar con ese tipo de dolor¡±. El enojo de la ultraderecha, envalentonada en ese a?o por la campa?a de Donald Trump, fue instant¨¢neo y particularmente feroz en redes sociales, donde no comprend¨ªan la interseccionalidad del gesto. ¡°S¨¦ que soy gay y mujer, pero tengo muchos privilegios, puedo convocar a la gente y disipar algunos mitos¡±, explic¨® Rapinoe al Seattle Times.
Al mismo tiempo, como l¨ªder del equipo nacional, encabez¨® la campa?a del plantel femenino contra la discriminaci¨®n de g¨¦nero y por la paridad salarial con sus hom¨®logos masculinos que, como bien apuntaron, no hab¨ªan ganado nada. Ellas, s¨ª. Como sucediera con la visibilidad LGTB y la oposici¨®n a la supremac¨ªa blanca, esta demanda de igualdad las enfrent¨® a la mitad del pa¨ªs. Trump fue elegido presidente al final de ese a?o, y jugadora y presidente entraron en colisi¨®n.
En un mensaje grabado antes del Mundial de Francia 2019, que su equipo gan¨®, Megan Rapinoe, capitana de la selecci¨®n que defend¨ªa el t¨ªtulo, afirm¨® rotundamente que, si el equipo levantaba el t¨ªtulo, no ir¨ªan ¡°a la puta Casa Blanca¡± porque ¡°no hab¨ªa forma de que las invitaran¡±, como suele hacerse con los campeones locales e internacionales de los EE.UU. Trump, que durante su mandato vio al deporte como un teatro de guerras culturales, entr¨® a la disputa v¨ªa Twitter, afirmando que deseaba su victoria. Pero matiz¨®: ¡°Megan debe ganar antes de hablar¡±. En un pulso que dur¨® lo que tardaron en repetir el t¨ªtulo, Rapinoe supo mantener la compostura y la concentraci¨®n, y coronarse bicampeona, goleadora y mejor jugadora del Mundial.
Para Jules Boykoff, investigador y profesor de Pol¨ªtica y Deporte en la Universidad del Pac¨ªfico, en Oreg¨®n, ese momento, en que convergieron todas las causas que Rapinoe representa, la elev¨® al pante¨®n hist¨®rico de atletas activistas, al nivel de Muhammad Ali, Billie Jean King y Kareem Abdul-Jabbar. ¡°A veces, nos olvidamos de cu¨¢nta presi¨®n hab¨ªa sobre ella, con su presidente diciendo todas esas cosas desagradables sobre ella¡±, explica Boykoff.
As¨ª, su adi¨®s (definitivo el d¨ªa que su club caiga eliminado de la lucha por el t¨ªtulo) no termina de ser despedida, sino consagraci¨®n. Y las cr¨ªticas que se llev¨® la selecci¨®n despu¨¦s del ¨²ltimo Mundial, donde cay¨® en octavos, as¨ª lo se?alan. La causa de Rapinoe se hab¨ªa convertido en la causa de todas. ¡°Lo que estos conservadores no entienden es que cuando las figuras del deporte utilizan su celebridad para promover la justicia social, en realidad est¨¢n apoyando los valores estadounidenses al hacernos responsables cuando fallamos¡±, escribi¨® Abdul-Jabbar despu¨¦s de la eliminaci¨®n.
Rapinoe, cuya lucha cre¨® una rebeli¨®n en m¨²ltiples frentes a nivel mundial, de derechos laborales de las deportistas, de solidaridad con todas las luchas de justicia social, de visibilidad gay y l¨¦sbica en los deportes, lo entendi¨® mejor. ¡°Estamos jugando dos partidos al mismo tiempo¡±, le dijo en agosto a la revista The Atlantic. ¡°Estamos jugando todas contra todas, pero tambi¨¦n estamos jugando juntas para lograr la igualdad, el progreso y lo que merecemos¡±. Como reclamar¨ªan poco despu¨¦s las jugadoras de la selecci¨®n al hilo del caso Rubiales, su lucha, la de Rapinoe, la de Jenni Hermoso, ¡°es la lucha de todas¡±.
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