F¨²tbol e Inteligencia Artificial
La IA, con su gesti¨®n masiva de datos, intentar¨¢ descomponer lo que ocurre en el terreno de juego en n¨²meros, pero el azar y la imprevisibilidad influyen mucho
El mono quiere aprender
Hay mareas hist¨®ricas que no dejan nada en pie. La de estos momentos es la tecnol¨®gica y el f¨²tbol no est¨¢ libre de su devastadora influencia. La IA (Inteligencia Artificial), con su gesti¨®n masiva de datos, intentar¨¢ descomponer el f¨²tbol en n¨²meros. Lo primero que se me ocurre pensar, cuando me planteo este tema, es en un mono delante de una computadora. El animal salvaje, que es el f¨²tbol, frente al s¨ªmbolo de la modernidad, que es el ordenador. Lo segundo que me viene es un espanto: la IA terminando de desvelar todos los secretos del f¨²tbol. Me imagino a los jugadores sin permiso ni para despeinarse, como buenos funcionarios, y a los hinchas yendo al f¨²tbol como quien va a una notar¨ªa. El f¨²tbol est¨¢ en camino, con esos entrenamientos repetitivos de situaciones simuladas que se aprenden de memoria. Hasta aqu¨ª el art¨ªculo no invita al optimismo, pero denme otra oportunidad.
El f¨²tbol como sistema complejo
La tecnolog¨ªa empuja las fronteras de todas las cosas y el f¨²tbol no tiene por qu¨¦ quedar al margen. Como hay distintas maneras de entender la relaci¨®n entre el f¨²tbol y el conocimiento, yo estoy progresando y empiezo a entender que este juego entra de lleno en lo que la IA entiende como sistemas complejos. Ya no me resisto, como cuando deseaba que el f¨²tbol saboteara a los recolectores de datos. Ten¨ªa ganas de que la pelota botara mal, de que el ¨¢rbitro se equivocara, de que el lateral derecho pensara en su novia y se olvidara de cerrar en un centro. Pero ya no me preocupo. Me convenc¨ª de que el f¨²tbol, y los jugadores, son analizables para descubrir patrones de comportamiento que reflejan tendencias. En ese punto se ha progresado mucho. Todos los grandes clubes tienen departamentos anal¨ªticos que descomponen el juego del propio equipo y hacen espionaje industrial con los equipos contrarios.
Los cuidadores del misterio
Hay m¨¢s m¨¦todos, pero tambi¨¦n m¨¢s cuento: se emplean palabras nuevas para las cosas de siempre. Pero si dej¨¦ de preocuparme con respecto al futuro del f¨²tbol es porque creo que es un misterio insondable. Siempre habr¨¢ jugadores que obedezcan con los pies una orden imprevista que les llega al cerebro. Nadie sabe por qu¨¦, pero acabar¨¢ de ocurrir algo que har¨¢ venir el estadio abajo. Un rapto de inspiraci¨®n que el jugador posiblemente no sabr¨¢ explicar, pero que habr¨¢ sabido hacer. Incluso los defensas con un talento superior son capaces de adivinar. Les basta con mirar al delantero para saber sus secretos. Conocen la jugada que va a hacer desde que es un simple proyecto y quitan capa a capa todos los amagues que ocultan la verdad para quedarse con el bal¨®n. ?Sabr¨¢ la IA interpretar estos misterios?
El mono feliz
Y a¨²n no habl¨¦ del azar, que es un componente del juego del que hablamos poco e influye mucho. O de la incertidumbre, porque el resultado de un partido cambia de un minuto a otro y con ello cambia el escenario y el plan. Lo que cre¨ªas instalado se convierte en algo nuevo que hay que volver a interpretar. Y hablo tanto de la mec¨¢nica del juego como del estado de ¨¢nimo. Hay golpes de ese tipo que cambian el humor de la afici¨®n y hacen entrar a un equipo entero en una especie de colapso emocional. Situaciones imprevisibles que no pueden entrenarse. Ni siquiera una acci¨®n tan simple como un penalti puede ensayarse, porque desafiar al portero es solo parte del problema. El problema entero es desafiar la tensi¨®n de un estadio febril que pide sangre. En fin, el mono puede seguir jugando con el ordenador y, lejos de sentirse amenazado, aprovechar su ayuda sin correr peligro.
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