Funci¨®n de escapismo del Madrid ante el Alav¨¦s
El equipo de Ancelotti se impone a un rival atrevido con un gol de cabeza de Lucas V¨¢zquez en el a?adido tras un duelo crudo que le permite terminar el a?o como l¨ªder
El Real Madrid escap¨® en Mendizorroza de la mara?a en la que le hab¨ªa enredado el Alav¨¦s, en una noche de espesor en el juego y en la que se vio exprimido al l¨ªmite despu¨¦s de casi 40 minutos con uno menos por la expulsi¨®n de Nacho. Entonces, ya en el tiempo a?adido, Lucas V¨¢zquez, un invitado extra?o, cabece¨® a la red un c¨®rner de Kroos, la mejor manera que encontr¨® el equipo de acercarse a la porter¨ªa de Sivera. Una maniobra de escapismo con la que el Madrid, que no atin¨® a mucho m¨¢s, consigui¨® terminar el a?o como l¨ªder de la Liga despu¨¦s del empate del Girona contra el Betis en Sevilla.
Antes de encontrarse con la resistencia del Alav¨¦s, el Real llegaba a Mendizorrotza ya con varios enredos sobrevol¨¢ndole. Hab¨ªan pasado apenas doce horas desde el fallo del Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea sobre las reclamaciones del club contra la UEFA y la FIFA y sus maniobras para impedirle poner en marcha la Superliga. Celebraron la sentencia, y enseguida se encontraron bajo el chaparr¨®n de la maquinaria de LaLiga para impulsar una reacci¨®n popular en contra. Se present¨® tambi¨¦n en Vitoria con el inquietante runr¨²n de haberse quedado solo con dos centrales despu¨¦s de la grave lesi¨®n de David Alaba. Y all¨ª se qued¨® sin otro por la expulsi¨®n de Nacho.
Ya en el partido, el Madrid tampoco parec¨ªa c¨®modo. No le flu¨ªa el bal¨®n como otras noches. El Alav¨¦s no le permit¨ªa mantener ese mando continuo al que ven¨ªa acostumbrado, sino que interrump¨ªa los circuitos que conectan al equipo. Bellingham resum¨ªa esa falta de encaje. Se mov¨ªa por las zonas habituales, en las ¨¢reas calientes por delante de la defensa. Pero a trompicones. El Alav¨¦s consigui¨® desplegar un decorado ¨¢spero, en el que el ingl¨¦s aparec¨ªa para ayudar a desatascar, pero sin apenas fruto.
En sus alrededores consigui¨® liberarse algo m¨¢s Brahim, el m¨¢s rebelde de la cuadrilla, para quien cada regate era un forcejeo. Si escapaba, se despejaba la congesti¨®n, pero eran parpadeos fugaces. No ligaba con Bellingham, ni con Rodrygo. Ni siquiera Modric encontraba el modo de aportar claridad.
El Madrid maniobraba sobre un campo sembrado de trampas sin terminar de agarrar el mando, sin hilvanar en el ¨²ltimo tramo. Lo m¨¢s picante que mostr¨® en el primer tiempo fue un tiro salvaje y lejano de Fede Valverde que despej¨® Sivera.
El Alav¨¦s plante¨® un duelo valiente, con todos sus efectivos muy juntos, pero con la intenci¨®n de no recostarse sobre el ¨¢rea de Sivera. Tambi¨¦n despleg¨® un plan atrevido con dos bandas muy punzantes, Rebbach por la izquierda y Rioja por la derecha, lanzados por Guevara y Antonio Blanco. Avanzaban, llegaban lejos, pero ah¨ª sol¨ªa morir su atrevimiento, en faltas de precisi¨®n. Buscaban a Samu Omoriodion, el delantero de 19 a?os cedido por el Atl¨¦tico, que se fajaba con R¨¹diger en un cuerpo a cuerpo constante, pero no terminaban de encontrarlo.
Aunque el lance que transform¨® el encuentro no lo tuvo el melillense con el central alem¨¢n, sino con Nacho. El capit¨¢n sigui¨® al delantero casi hasta el centro del campo y le clav¨® un pisot¨®n por detr¨¢s. El ¨¢rbitro le ense?¨® una amarilla, pero en la sala del VAR de Las Rozas el castigo no pareci¨® suficiente y llamaron a D¨ªaz de Mera al monitor. All¨ª decidi¨® cambiar su primera apreciaci¨®n y expuls¨® a Nacho, que vio su segunda roja directa de la temporada despu¨¦s de la que le mostraron en Montilivi. De esa forma, ya en el partido siguiente al de la lesi¨®n de Alaba, Tchouameni se vio de nuevo de central, como se ver¨¢ tambi¨¦n en la primera jornada del a?o por la sanci¨®n del capit¨¢n, mientras el club sigue sopesando si ficha o no en enero.
Con uno menos y el cron¨®metro avanzando, el Madrid se liber¨® y el Alav¨¦s se desorient¨®. Luis Garc¨ªa Plaza probaba a introducir nuevas fichas, pero no consegu¨ªa exprimir la ventaja de jugar con un futbolista m¨¢s. No inquiet¨® a Kepa, que volv¨ªa a la titularidad. Sufr¨ªan m¨¢s que antes. Con la jungla m¨¢s apretada, Bellingham volvi¨® a aparecer entre la mara?a, Kroos le encontr¨® alg¨²n espacio a Rodrygo y Joselu, que entr¨® por Brahim, ofreci¨® algo de desahogo descolg¨¢ndose al medio a bajar pases con el pecho. Poco m¨¢s. El ¨²nico centro lo caz¨® un intruso, Lucas, y as¨ª escap¨® el Madrid del enredo.
L¨ªder, pero con la inquietud del estado de Rodrygo, que se retir¨® cojeando, muy despacio, con cierta desesperaci¨®n.
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