Alacr¨¢n 1997, un gol para lograr la igualdad de oportunidades a trav¨¦s del f¨²tbol en Madrid
El equipo de esta asociaci¨®n del barrio de Hortaleza busca ayudar y formar a trav¨¦s del deporte a chicos y chicas de 6 a 17 a?os
Cuando quedan pocos minutos para que den las cinco de la tarde, la puerta del Colegio Fil¨®sofo S¨¦neca de Hortaleza comienza a llenarse de padres de familia. Conforme pasa el tiempo y se acerca el cambio de hora, las distintas conversaciones, que antes se escuchaban con claridad, se convierten en un murmullo general mientras m¨¢s gente se va acercando a la peque?a cancela de color naranja que da acceso al patio escolar. Lo poco inteligible a la distancia revela que las charlas de los presentes giran en torno a sus hijas: an¨¦cdotas del cole, la m¨¢s reciente ocurrencia graciosa o la ¨²ltima enfermedad de la que se han repuesto. Todos han tra¨ªdo a sus peque?as, de ocho y nueve a?os, a un entrenamiento de f¨²tbol en Alacr¨¢n 1997, una asociaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro que se dedica a promover, a trav¨¦s del deporte, el desarrollo personal y social de la infancia, en especial de aquella que se encuentra en situaci¨®n de riesgo o vulnerabilidad. A las cinco suena el timbre, la puerta de metal se abre y el f¨²tbol comienza.
La entrenadora del equipo, Montserrat Velarde (36 a?os), las acompa?a hasta la cancha de f¨²tbol sala ubicada en el patio, que en cada extremo tiene una porter¨ªa con los postes pintados a rojo y blanco, y las redes perforadas por los goles que reciben. Montse, como le gusta que la llamen, viene de una familia con una gran tradici¨®n futbolera, pero como a muchas otras ni?as de su ¨¦poca, sus padres no la dejaban practicar el deporte: ¡°Mi padre era entrenador de f¨²tbol, mi hermano tambi¨¦n jugaba y mi t¨ªo lleg¨® a entrenar al Rayo Vallecano, pero a m¨ª no me dejaban jugar, por ser chica y por ser la menor de la familia¡±, recuerda Montse, que de peque?a se cubr¨ªa los moretones al llegar a casa, para que sus padres no descubrieran que hab¨ªa jugado a la pelota en alguna pachanguita.
Como consecuencia de su historia personal, Montse se ha encargado de despejar ese tipo de barreras para sus dos hijas, de siete y nueve a?os, que tambi¨¦n forman parte del equipo de benjamines de Alacr¨¢n 1997. Desde su trinchera, celebra la visibilidad que el f¨²tbol femenino ha ido ganando en los ¨²ltimos a?os: ¡°Cada vez las chicas tienen m¨¢s referentes mujeres y los chicos cada vez ven m¨¢s f¨²tbol femenino, se est¨¢ dando un cambio de mentalidad importante. Ahora mi padre, que no me dejaba jugar, viene a vernos y le dice a mi hija ¡®desayuna fuerte que tienes partido¡±, relata mientras se le ilumina la mirada. ¡°Aqu¨ª estoy de voluntaria y es un sacrificio, pero mi recompensa es ver a mis ni?as disfrutar de lo que yo nunca pude a su edad¡±, dice quien confiesa haber recibido ofertas laborales de otros equipos. ¡°Me han ofrecido trabajo fuera de Alacr¨¢n, haciendo lo mismo que hago aqu¨ª, solo que con un sueldo. Pero es que aqu¨ª est¨¢n mis hijas y, adem¨¢s, si me pagaran por hacer esto, creo que no lo har¨ªa¡±, finaliza Montse, que complementa su pasi¨®n con un trabajo en una compa?¨ªa de seguros.
Rub¨¦n L¨®pez (45 a?os), coordinador de la entidad, explica que una de las tres consignas principales de Alacr¨¢n 1997 es tener dos equipos, uno femenino y otro masculino, en cada una de las once categor¨ªas que operan, que van desde los seis hasta los diecisiete a?os. La segunda consigna es que los menores que quieran entrar al equipo, puedan hacerlo sin que sus padres tengan que pagar una cuota: ¡°Los socios acordamos que nunca iba a pasar que quien no tuviera dinero para pagar, se quedara sin jugar al f¨²tbol¡±, comenta L¨®pez, que junto con un grupo de amigos de la juventud, inici¨® el proyecto formativo hace ya trece a?os, con el objetivo de ¡°regresar algo al barrio¡± en que crecieron. La tercera consigna es que todos los que quisieran formar parte de la estructura de Alacr¨¢n 1997, ten¨ªan que hacerlo como voluntarios. Actualmente son 40 personas las que, sin percibir un sueldo, se desempe?an en puestos de administraci¨®n, operaci¨®n y direcci¨®n t¨¦cnica dentro de la asociaci¨®n.
Para que el proyecto pueda mantener esas tres caracter¨ªsticas ¡ªigualitario, gratuito y voluntario¡ª la financiaci¨®n externa es clave. Seg¨²n apunta L¨®pez, la asociaci¨®n intenta autofinanciarse con rifas navide?as, mercadillos solidarios y donaciones de los propios socios, pero esto solo constituye el 15% del presupuesto anual. El 85% restante, con el que se sostienen los gastos operativos, se alquilan instalaciones y se compran balones e indumentaria, proviene de fuera, tanto del sector p¨²blico como del privado, siendo Fundaci¨®n La Caixa uno de sus principales impulsores. Joana Prats, directora de Relaciones con Entidades Sociales de la fundaci¨®n, se?ala que se escogi¨® el proyecto Alacr¨¢n 1997 entre varias propuestas debido a que promueve ¡°la actividad f¨ªsica, la inclusi¨®n social, la conexi¨®n con el territorio, la implicaci¨®n de las familias y la educaci¨®n no formal¡±.
L¨®pez contribuye profundizando en este ¨²ltimo aspecto, al se?alar que a ciertas jugadoras de las categor¨ªas m¨¢s grandes, de 14 a 17 a?os, que les ven cualidades de liderazgo y entendimiento del juego, les ofrecen tambi¨¦n la oportunidad de formarse para certificarse como entrenadoras. ¡°Siempre es importante tener una salida laboral. Aunque no terminen dedic¨¢ndose a ello, a todos nos viene bien saber c¨®mo ganarnos un ingreso extra en alguna etapa de nuestra vida¡±, dice el coordinador. Una de estas alumnas destacadas es Irina Sanseroni, de 16 a?os, con la que basta cruzar apenas un par de palabras para dar fe de su desarrollada madurez. ¡°Nunca hab¨ªa formado parte de un equipo de f¨²tbol, porque mi familia no pod¨ªa permit¨ªrselo, hasta que llegu¨¦ a Alacr¨¢n. Aqu¨ª aprend¨ª que hay que luchar por tus objetivos, por muy lejanos que parezcan¡±, apunta quien form¨® parte de las categor¨ªas menores y ahora asiste a Montse durante el entrenamiento del equipo femenino de benjamines. ¡°Intento transmitir los valores que aprend¨ª a las m¨¢s peque?as¡±, remata con entusiasmo.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.