Yan Couto y lo valioso de marcar a Vinicius J¨²nior
Hay d¨ªas en que te levantas con mal pie. Y hay d¨ªas en que te levantas con mal pie y te encuentras delante a uno de los mejores jugadores del mundo fuera de s¨ª
Hay d¨ªas en que te levantas con mal pie y todo va mal en casa, con la familia, con el tr¨¢fico, con tus jefes, con tus compa?eros. Y luego hay otros d¨ªas en que te levantas con mal pie y cuando te quieres dar cuenta est¨¢s en el Bernab¨¦u completamente abarrotado y tienes delante a uno de los mejores jugadores del mundo fuera de s¨ª, ret¨¢ndote en cada bal¨®n como un puma. Eso le ocurri¨® a Yan Couto, lateral titular del Girona, el s¨¢bado. Segundo en la Liga, l¨ªder durante varias jornadas y equipo revelaci¨®n, los jugadores del Girona (con su entrenador por delante) est¨¢n de moda en Europa: qui¨¦nes son, por qu¨¦ son los ¨²nicos que mantienen un pulso con el Madrid en la clasificaci¨®n, por qu¨¦ le metieron cuatro al Barcelona a domicilio. Y Yan Couto, 21 a?os, lateral de pegada fuerte, es uno de ellos. Pues bien: termin¨® el partido llorando entre los brazos de Bellingham primero y Vinicius despu¨¦s. Hablemos de Vinicius.
Emparejado con el brasile?o, Couto acab¨® una y otra vez detr¨¢s de ¨¦l. El 7 lo burl¨® siempre que quiso. No es culpa de Couto, es culpa de un jugador, Vinicius J¨²nior, con unas condiciones f¨ªsicas aterradoras (para el rival) y en estado de gracia. Ese estado significa que, intente lo que intente con el bal¨®n, le saldr¨¢. El regate que le hace a Couto en el tercer gol no tiene ning¨²n sentido; pisada, bicicleta, pisada, bicicleta: le anuncia cosas con las piernas que luego no cumple: le hizo un birlibirloque que cuando el defensa se dio cuenta Vini ya estaba citando al portero. M¨¢s all¨¢ de esa foto, incluso m¨¢s all¨¢ de la foto del penalti (para entonces el jugador estaba en la ruina emocional), quiz¨¢ la peor de las im¨¢genes fuese la de ¨¦l persiguiendo, sin superarlo, sin entrarle, a Rodrygo tras perder ¨¦l mismo el bal¨®n con¡ Vini.
Bien: hay malos d¨ªas en nuestra vida que logramos que pasen inadvertidos y otros en los que tienes apunt¨¢ndote a c¨¢maras de todo el mundo. Normal que Couto se derrumbase al acabar el partido: con 21 a?os uno no est¨¢ acostumbrado a que la vida le d¨¦ la espalda de una forma tan grosera. Esa ca¨ªda espont¨¢nea, esas l¨¢grimas, hizo que me diese un garbeo por radios y teles para saber qu¨¦ se dec¨ªa de ¨¦l. Hubo opiniones apocal¨ªpticas:¡°hay partidos que marcan la carrera de un jugador, y este es uno de ellos¡±, dijo alguien; ¡°quiz¨¢ no se levante nunca¡±, vino a decir otro. Definitivamente, vivimos tiempos muy dr¨¢sticos. Quiz¨¢ el que encontr¨® la tecla correcta fue Hughes en su blog: ¡°Con su pelo rosa, qued¨® doblemente se?alado¡±. Lo cual da esperanzas sobre el futuro de Yan Couto: si vas a enfrentarte a Vinicius en el Bernab¨¦u con el pelo rosa, es que vas sobrado de confianza. Nadie sale al campo con un peinado estrafalario y la cara completamente tatuada, pongo por caso, si no est¨¢ convencido de que lo enfocar¨¢n para bien.
Pero hay algo m¨¢s. Si Couto quiere saber qu¨¦ puede ser de su carrera despu¨¦s de este peque?o y l¨®gico tropiezo, sobredimensionado parad¨®jicamente por ser el rival quien es, s¨®lo tendr¨ªa que mirar al frente: al tipo del que hace cuatro a?os se re¨ªa toda Espa?a, vacilaban los rivales -¡°t¨² Bal¨®n de Oro, Bal¨®n de Oro¡±, le dec¨ªa Eric Garc¨ªa- y firmaba, es verdad, partidos voluntariosos de terrible resultado frente a la porter¨ªa y frente a los rivales que quer¨ªa desbordar. Lo mejor que puede hacer Couto si quiere olvidar r¨¢pido ese partido y prepararse psicol¨®gicamente para resistir su recuerdo es seguir, por tanto, marcando a Vini.
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