Peter Federico, cuando el racismo en el f¨²tbol viaja en todas las direcciones
Los insultos en redes sociales hacia el futbolista del Valencia cedido por el Real Madrid, uno de los siete hijos de un humilde jardinero dominicano que trabaja en La Finca, obligan al jugador a cerrar los comentarios en X
Cuando Peter Federico salt¨® al campo al final del Valencia-Real Madrid, un cruce de caminos entre los dos clubes que se lo reparten, Mestalla ya se hab¨ªa inflamado. La afici¨®n llevaba 73 minutos pitando y llamando tonto a Vinicius. Y el brasile?o, adem¨¢s de alzar el pu?o tras el 2-1, como Tommie Smith y John Carlos en el podio de los Juegos de M¨¦xico 68 con el gesto del black power, ya hac¨ªa tiempo que interactuaba con la hinchada de Mestalla y hasta hab¨ªa visto el color amarillo de la tarjeta de Jes¨²s Gil Manzano por una entrada a destiempo a Hugo Guillam¨®n. Entonces, el extremo blanquinegro, cedido al Valencia por la entidad que preside Florentino P¨¦rez, pis¨® el c¨¦sped y no pod¨ªa imaginar que a¨²n quedaba mucho por pasar (el empate de Vini, la terrible lesi¨®n de Diakhaby, el pol¨¦mico cierre del ¨¢rbitro, una trifulca tras otra bajo el eco del pitido final¡). Pero lo que jam¨¢s podr¨ªa haber sospechado Peter Federico es que, contagiado por el ambiente volc¨¢nico de esa noche del 2 de marzo, los gestos que hizo hacia el p¨²blico para que diera un ¨²ltimo espaldarazo a su equipo despu¨¦s de un peligroso disparo suyo, desatar¨ªan el odio de los haters.
Su cuenta de X (antes Twitter) se convirti¨® en un vertedero de hostilidad. ¡°No muerdas la mano que te dio de comer, cabeza nido, en patera te ten¨ªas que haber ido¡±, dec¨ªa uno. ¡°Si no llega a ser por el Madrid, estabas repartiendo comida en Uber¡±, soltaba otro. ¡°Rata¡±, simplificaba otro supuesto aficionado blanco. Hubo m¨¢s. Racismo que volv¨ªa de vuelta, ahora de Valencia a Madrid, volando como un bumer¨¢n por el espacio de la red social m¨¢s turbulenta. Peter Federico, triste y abochornado, decidi¨® cerrar los comentarios para cortar ese manantial de rabia.
El Valencia, al d¨ªa siguiente, decidi¨® emitir un breve comunicado en el que, despu¨¦s de reiterar ¡°su compromiso en la lucha contra la discriminaci¨®n en cualquiera de sus formas¡±, mostr¨® su postura sobre este caso concreto: ¡°Son totalmente inadmisibles algunos comentarios fomentando el odio que est¨¢ recibiendo nuestro jugador Peter Federico. Por un f¨²tbol y una sociedad libre de discriminaci¨®n y violencia. Zero Discrimination - VCF World¡±. Menos diplom¨¢tica fue la afici¨®n valencianista, que ech¨® en falta un gesto solidario, un comentario cargado de empat¨ªa, de Vinicius J¨²nior. Y se lo hicieron saber de forma poco sutil.
Condena de LaLiga
La Liga no se puso de perfil y se sum¨® a la condena sobre este tipo de manifestaciones, tambi¨¦n manchadas por el racismo. ¡°En el deporte no hay lugar para conductas de odio. LaLiga condena los comentarios discriminatorios vertidos contra el jugador Peter Federico y le muestra su apoyo, as¨ª como al Valencia. Seguiremos trabajando juntos para erradicar estos comportamientos de nuestro f¨²tbol¡±, dec¨ªa su comunicado.
Peter Federico no abri¨® la boca. Su entorno le ha pedido que guarde silencio para no echar m¨¢s combustible a las tensas relaciones entre su club actual, que tiene la opci¨®n de quedarse el 50% de los derechos del jugador a cambio de dos millones de euros, y el que lo fich¨® del Ciudad de Getafe para jugar en la cantera con 14 a?os. Pero la gente de su alrededor lamenta que un chico de 21 a?os de extracci¨®n humilde se vea afectado por esta corriente de odio.
El joven extremo, que regal¨® un par de ramalazos de calidad en Mestalla, es uno de los siete hijos de un matrimonio de la Rep¨²blica Dominicana que dej¨® el Caribe para buscarse un presente y un futuro m¨¢s amables en el barrio de San Crist¨®bal, en los suburbios de Madrid. Peter Federico tiene la doble nacionalidad y trata de hacerse un hueco en Primera Divisi¨®n despu¨¦s de topar contra la realidad en un vestuario donde solo caben estrellas del f¨²tbol (solo ha jugado tres partidos en el equipo de Ancelotti). Algunas de ellas viven en La Finca, la lujosa urbanizaci¨®n de Pozuelo de Alarc¨®n, al noroeste de Madrid, y no saben que muchas ma?anas, cuando conducen sus cochazos camino de Valdebebas, pasan al lado de las zonas verdes que cuida el padre de Peter Federico, que se gana la vida como jardinero.
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