Y despu¨¦s de la calma...

Tiene la temporada futbolera esta sana costumbre de que cuando todo parece a punto de estallar, se toma un par de semanas de respiro, los jugadores se van a jugar con sus selecciones, ven a sus familias, atienden a nuevos patrocinadores, se prueban nuevas camisetas, diferentes colores, pero gran valor simb¨®lico y cuando acuden a sala de prensa les asaltan las cuestiones que pensaban que hab¨ªan dejado atr¨¢s.

Vale que a Mbapp¨¦ le van a preguntar sobre la selecci¨®n francesa y sus opciones para ganar la pr¨®xima Eurocopa. Vale que le preguntar¨¢n sobre ese proyecto de la FFF (Federaci¨®n Francesa de F¨²tbol) del que les habl¨¦ en mi ¨²ltima columna de opini¨®n, sobre como prepararse para las tandas de penaltis y en el que ¨¦l, como especialista en la materia, tiene, deber¨ªa tener, no solo opini¨®n sino tambi¨¦n criterio. Pero ya les apuesto lo que quieran, menos una entrada para la final de Copa que anda la cosa muy malita, que Luis Enrique, Bar?a y Real Madrid, no en este orden, andar¨¢n volando sobre el atril de la sala de prensa de la selecci¨®n francesa.

O que a Nico Williams le preguntar¨¢n sobre esa juventud que desembarca en la selecci¨®n espa?ola y que hace que ¨¦l con apenas 21 a?os parezca un veterano si lo comparamos con los Cubars¨ª o Lamine Yamal o si el hecho de que Espa?a sea la actual campeona de la Nations League le obliga a asumir el papel de favorita para la Euro 2024. Pero seguro que por alg¨²n rinc¨®n aparecer¨¢ el asunto de la final de Copa del s¨¢bado 6, la excitaci¨®n que se vive en Bilbao, de esta se habla mucho porque ya sabemos como se las gastan los seguidores del Athletic, pero tambi¨¦n en Mallorca en la que miles de seguidores buscan la manera de llegar a Sevilla para el partido aunque haya que pasar por Londres o Berl¨ªn.

Se dir¨ªa que esta pausa de selecciones le importa a todos muy poco en vista de todo lo que se juega a partir de la semana siguiente salvo, claro, a los t¨¦cnicos y a aquellos jugadores que todav¨ªa andan jug¨¢ndose sus ultimas opciones para estar en las futuras grandes citas. Solo que como esos t¨¦cnicos tienen tan poco tiempo para trabajar con sus equipos, tan poco margen para ir generando sus automatismos, su cultura de equipo estos dos pr¨®ximos partidos de selecciones son, posiblemente, un asunto capital para construir aquello que tambi¨¦n se asoma en el futuro pero que ser¨¢ capital solo partir de mediados del mes de junio.

Y mientras tanto se da esa extra?a paradoja de que cada uno quiere que gane su selecci¨®n porque eso puede augurar un futuro hermoso, pero al mismo tiempo va rezando para que los jugadores de su equipo no se lesionen, tengan el mismo tiempo de juego que el de sus rivales, que los kil¨®metros recorridos sean repartidos de manera equitativa, que hasta hayan esprintado a velocidades similares para que los riesgos sean equitativos. Vamos que hay que ponerle una vela a dios y otra al diablo para seguir deseando que ganen los tuyos, pero que eso no perjudique tambi¨¦n a los otros tuyos.

Mientras tanto, en el calor y el confort de las instalaciones propias, un portero pisa medio mal y lo que parec¨ªa una de las reapariciones m¨¢s esperadas, esa de Thibaut Courtois, se acaba convirtiendo en un ruido raro, mucho llanto, una operaci¨®n, un trocito de menisco interno de menos y par de meses m¨¢s de espera. Solo quiero desearle la mejor de las recuperaciones al fenomenal portero belga que ya nos hab¨ªa avisado de que aunque todo hubiera ido bien no le ver¨ªamos por tierras alemanas con su selecci¨®n. Pero seguro que en nada volveremos a ver la obra de arte llamada ¡°Milagros en la porter¨ªa¡± pensada, escrita e interpretada por el gran Thibaut Courtois. Porque hay esperas que merecen mucho, mucho, mucho la pena.

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