Hoy no me molestes, me estoy regodeando en la victoria
A pesar de todo lo que convierte el f¨²tbol en una actividad renunciable e incluso despreciable, siempre prevalece la unidad b¨¢sica m¨¢s intangible: la emoci¨®n
La mayor virtud del f¨²tbol es su capacidad para estirar el tiempo. El f¨²tbol regala esos trucos de la memoria que te permiten seguir disfrutando de un partido de hace 30 a?os como si hubiese ocurrido ayer. La victoria del Celta contra la Juventus, ese 4-0 hist¨®rico en UEFA, ocurri¨® ayer. El gol de Makelele en los primeros 30 segundos del partido se produjo ayer. Mostovoi estuvo ayer divirti¨¦ndose en Bala¨ªdos. El Celta fue ayer el mejor equipo de Europa.
Este es un mensaje para Chistopher Nolan: el f¨²tbol anula los principios m¨¢s elementales de la f¨ªsica. Pero si bien te permite volver a un partido de hace 30 a?os cuando quieras, yo personalmente con lo que m¨¢s disfruto es estirando el tiempo el d¨ªa despu¨¦s de una victoria. Es decir, con lo que m¨¢s disfruto es con ese regodeo ¨ªntegro y activo que emprendemos los aficionados si nuestro equipo ha conseguido una victoria importante.
El d¨ªa siguiente de ese partido comienza la Operaci¨®n Rastreo. Funciona mejor si tienes alg¨²n aliado, o varios, para suministro mutuo de material audiovisual. Todo vale: nuevas tomas de jugadas, nuevas repeticiones de los goles, declaraciones que no hab¨ªas escuchado, im¨¢genes dentro del vestuario que no hab¨ªas visto, columnas de opini¨®n que no hab¨ªas le¨ªdo, grabaciones desde la grada, mensajes en redes sociales, comentarios en stories, retransmisiones del partido en canales internacionales, retransmisiones del partido en los canales habituales del equipo rival (aqu¨ª el gozo es ya absoluto). Afortunadamente, adem¨¢s, existen verdaderos profesionales en este noble arte del regodeo. Personas doctoradas en la dopamina de las resacas balomp¨¦dicas. Son los que, por ejemplo, editan v¨ªdeos siguiendo a un solo jugador (normalmente el que m¨¢s ha destacado) durante el partido en cuesti¨®n y lo suben (?gratis!) a redes sociales casi sin ser conscientes de que se acaban de convertir en transmisores universales del placer.
?Qu¨¦ cre¨¦is que es mejor: la victoria o poder regodearse en ella? Por supuesto que lo segundo. Probablemente pensar¨¦is que este es un uso reprobable y fr¨ªvolo del tiempo, que hay cosas much¨ªsimo mejores en las que emplearlo. S¨ª, por supuesto, pero, decidme: ?Qu¨¦ puede haber m¨¢s importante que unas pocas horas de disfrute puro y asequible? Esos minutos de deleite experimentas lo que el psic¨®logo Mihaly Csikszentmihalyi denomin¨® flow o experiencia ¨®ptima. Es decir, cuando uno se siente tan completamente absorto en una actividad que proporciona placer y disfrute que es capaz de abstraerse de todo lo que sucede alrededor. La vida sigue ah¨ª fuera con sus traumas, problemas y pesares, pero qu¨¦ m¨¢s da si durante unos minutos puedes estar viendo por decimocuarta vez el lanzamiento del ¨²ltimo penalti de R¨¹diger ante el Manchester City.
El f¨²tbol ha perdido en los ¨²ltimos a?os la capacidad de sorprendernos. Es francamente dif¨ªcil ver algo en un estadio que te deje boquiabierto y suspendido en el tiempo. Pero siguen existiendo esos d¨ªas de flow, cada vez m¨¢s escasos, por tanto, cada vez m¨¢s valiosos. A pesar de toda la monoton¨ªa, del ruido, de la rigidez, de las apuestas, de la avaricia, del negocio, de los intereses arbitrales, de la corrupci¨®n, del racismo, del machismo, de la violencia, de las desigualdades, de las jerarqu¨ªas; a pesar de todo lo que convierte el f¨²tbol en una actividad renunciable e incluso despreciable, siempre prevalece la unidad b¨¢sica m¨¢s intangible: la emoci¨®n. La genuina emoci¨®n de levantarte por la ma?ana y saber que s¨ª, hoy al fin s¨ª, vas a poder revisar esa victoria importante de tu equipo desde todos los ¨¢ngulos que el Dios Internet te ofrezca.
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