El Real Madrid ficha la bomba at¨®mica
Mbapp¨¦ ya no llega como salvador para hacer olvidar a Cristiano Ronaldo, sino para que las cosas sigan igual
Como en sus partidos m¨¢s recordados, esos que se han quedado en la memoria para siempre, el Madrid hizo estallar casi en el descuento la bomba de relojer¨ªa m¨¢s larga y grande del planeta f¨²tbol este lunes a las 19.28 horas. No fue ni en 2021 ni en 2022, veranos frustrantes para el Madrid, no fue tampoco en 2017, cuando Mbapp¨¦ jugaba en el M¨®naco y eligi¨® Par¨ªs. Fue en 2024 y la espera ag¨®nica de meses y a?os del madridismo por el franc¨¦s, espera que hab¨ªa pasado por todos los estados de ¨¢nimo posibles (alegr¨ªa, euforia, decepci¨®n, enfado, ira, expectaci¨®n), se convirti¨® a esa hora, dos d¨ªas despu¨¦s de ganar la 15? Champions, en un desparrame absoluto de felicidad: la sensaci¨®n de que Mbapp¨¦, madridista declarado pero franc¨¦s de Bondy, y jugador los ¨²ltimos siete a?os del PSG, hab¨ªa llegado a casa. Al Real estos a?os le sale bien hasta lo que le sali¨® mal.
¡°Hemos hecho por este chico lo que no hemos hecho por nadie. Y no porque lo necesit¨¢semos, porque tenemos jugadores en la delantera y dos estrellas mundiales (Vinicius y Rodrygo) coci¨¦ndose, sino porque es diferente. Nos daba algo distinto. Mbapp¨¦ es una granada de mano en la mochila. ?El partido no se desatasca, estamos jugando mal? Tenemos una granada en el campo. Hemos hecho todo lo que ten¨ªamos que hacer. Y hemos perdido¡±, revelaba hace dos a?os un directivo del Real Madrid horas despu¨¦s de que Mbapp¨¦ escribiese a Florentino P¨¦rez para decirle que, en contra de lo acordado verbalmente, se quedaba en Par¨ªs. El f¨²tbol, territorio de pasiones infantiles, se somete a vaivenes emocionales como este. Pero aquella negativa ocurri¨® en v¨ªsperas de una final de Champions en Par¨ªs. Se levant¨® esa Copa de Europa, y se acaba de levantar una m¨¢s en Londres dos a?os despu¨¦s. Vinicius y Rodrygo ya son estrellas mundiales: no hay que cocer nada. Viene de Brasil una bestia, Endrick. Y ha emergido Jude Bellingham. Mbapp¨¦ ya no llega para salvar la traves¨ªa del desierto como resultado de la marcha de Cristiano Ronaldo, como se intent¨® anteriormente; Mbapp¨¦ llega, y eso le a?ade m¨¢s presi¨®n, para que las cosas sigan igual.
¡°El f¨²tbol es algo complejo y r¨¢pidamente olvidas tanto las experiencias positivas como las negativas. Tienes que estar siempre adapt¨¢ndote y reinvent¨¢ndote¡±, dijo Mbapp¨¦ hace unos meses a la revista GQ. El Real Madrid, que le ech¨® el primer ojo a Mbapp¨¦ cuando el ni?o asombraba en Francia a los 13 a?os, lleva intentando fichar al delantero franc¨¦s desde 2017. Son siete a?os de historia de amor imposible con dos sonados plantones. Y, como ocurre con los amores plat¨®nicos repletos de negativas, cuando menos falta hace, cuando menos se piensa en ¨¦l, cuando hay otros que han hecho que lo olvides un poco, se presenta en la puerta de casa. Perdiendo (mucho) dinero y prometiendo integraci¨®n absoluta en una plantilla tan bien engrasada que se tiran el Bal¨®n de Oro unos a otros. Es un delantero tan descomunal, tan avasallador, con unas condiciones tan abrumadoras, que no se le discute el sitio: m¨¢s que una granada de mano, es una bomba at¨®mica. Se prejuzga, s¨ª, lo que su llegada puede provocar en el vestuario, prejuicio demasiado temerario teniendo en cuenta que se trata de una estrella mundial con a?os de experiencia y costosamente asesorado; en cualquier caso, hasta eso juega a favor del retraso con que Mbapp¨¦ llega a Madrid: no es tan joven, y llega a un club que no lo necesita para ganarlo todo. Lo necesita porque siempre ha necesitado a los mejores jugadores del mundo, y porque el espect¨¢culo solo debe continuar y continuar y continuar en el nuevo Santiago Bernab¨¦u.
No hay respiro en el Madrid, donde los t¨ªtulos se exigen el mismo d¨ªa en que se celebran (v¨¦ase a Florentino P¨¦rez demandando la 16? y a Ancelotti suspirando: ¡°Qu¨¦ presi¨®n¡±). Tampoco han vuelto los gal¨¢cticos, la pl¨¦yade de estrellas del primer mandato de P¨¦rez en el Madrid con la que se quiso construir una dinast¨ªa (fallida) que durase a?os. Los a?os ya est¨¢n en marcha desde 2014 con puntuales supervivientes y lo que viene ahora es el hambre de otros, tambi¨¦n de Mbapp¨¦, que lo ha ganado todo menos aquello con lo que so?aba de ni?o: la Copa de Europa. El matrimonio anunciado este lunes promete alianzas salvajes en el campo con delanteros y centrocampistas que se descubren a cada partido m¨¢s compatibles. Fuera del campo, la alianza es un mazo de hierro en el mercado de las pasiones, las camisetas y el dinero: la uni¨®n de las marcas Mbapp¨¦ y Real Madrid, tantas veces imaginada, tantas veces acariciada, ya es una realidad. Y promete lo que suele dar el Madrid en puja moderna con clubes de dinero ilimitado, eso que dijo Jorge Valdano: una historia que contar, una gloria que seguir construyendo.
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