Arsenal y Liverpool empatan en prudencia y el City es l¨ªder en solitario de la Premier
El equipo de Guardiola aprovecha el 2-2 de Londres, marcado por el temor de Arteta y la falta de ingenio de Slot, heredero de Klopp
El partido de la jornada dej¨® un aroma de melanc¨®lico declive en la Premier. Se enfrentaron el Arsenal y el Liverpool para establecer qui¨¦n asumir¨ªa el papel de primer retador del Manchester City y el resultado fue decepcionante. Ninguno de los dos contendientes fue capaz de ofrecer esperanzas a sus seguidores. Ni compitieron bien ni supieron entretener. No solo perdieron dos puntos cada uno. Dejaron la poderosa impresi¨®n de que son dos equipos en v¨ªas de depresi¨®n. El Arsenal, porque sin Odegaard se comporta como una cuadrilla desorientada; y el Liverpool porque a medida que los futbolistas pierden la impronta de Klopp se muestran m¨¢s prudentes e indecisos cuando rondan el ¨¢rea rival. La falta de convicci¨®n general contribuy¨® a elevar al City a lo alto de la clasificaci¨®n, que ahora lidera con 23 puntos, uno m¨¢s que el Liverpool, y cinco m¨¢s que el Arsenal y el Villa.
Los pastelitos de carne que dispensan en el Emirates resultaron m¨¢s tentadores para el p¨²blico de Londres que lo que suced¨ªa en el campo, a pesar de que los de casa se fueron al descanso con 2-1 arriba. La gente tard¨® un rato en regresar a sus asientos. Indicio de que la cultura del entretenimiento que impuls¨® Wenger est¨¢ cuestionada. Tras dos a?os de emociones fuertes, Mikel Arteta ha resuelto volver a insistir en los planteamientos conservadores que caracterizaron sus primeras temporadas, entre 2018 y 2022. Todav¨ªa no restaura el 5-2-1-2 pero ha puesto a su equipo a jugar micropartidos de forma especulativa. A veces presiona con todo, solo a ratos, a veces presiona en bloque medio con la esperanza de provocar un error, veces ataca, a veces se encierra en su ¨¢rea sin complejos, como si pretendiera manejar a sus hombres mediante un interruptor. Su dogma ha cambiado. Ahora Arteta dice abiertamente que no pretende que su equipo tenga la pelota. ¡°No me gusta la palabra control¡±, observa; ¡°me gusta dominar y no dejar que el rival respire. Podemos hacer da?o de muchas maneras¡±.
La p¨¦rdida de control del bal¨®n es ostensible. El Arsenal lleg¨® al partido del domingo con una media del 45% de la posesi¨®n en lo que va de curso. El gol de Saka a los nueve minutos, aprovechando un bal¨®n bombeado de White que salt¨® l¨ªneas, contribuy¨® a situar a los jugadores del Arsenal en ese plano mental en el que se convencieron de que deb¨ªan calcular los riesgos con cuidado antes de moverse en seg¨²n qu¨¦ zonas del ataque. Los goles de Van Dijk, de cabeza en un c¨®rner, y de Merino, a la salida de una falta lateral lanzada por Rice, agitaron el marcador al tiempo que revelaban un estancamiento. La pelota parada ten¨ªa m¨¢s vida que la pelota jugada con los pies. De parte del Liverpool, la respuesta fue parecida.
Arnold Slot, el nuevo entrenador del Liverpool, ha cambiado la placa base de la m¨¢quina que hered¨®. El equipo que una vez atacaba euf¨®rico se ha convertido en un prudente pelot¨®n de funcionarios de correos. El sistema opera a la perfecci¨®n. Cada vecino recibe su correspondencia con puntualidad. Slot se ufanaba de no haber perdido fuera de casa en lo que va de campeonato y antes de visitar el Emirates solo hab¨ªa encajado tres goles en ocho partidos. Pero la imaginaci¨®n disminuye por arrobas. Nada es inesperado en este Liverpool.
¡°Tipo Mourinho¡±
El 2-1 inclin¨® al Arsenal hacia su porter¨ªa. Pertrechados alrededor de Raya, los diez jugadores de campo se instalaron en el ¨¢rea para defender la ventaja ante un Liverpool incapaz de ingeniar un modo de entrar al remate que no fuera a trav¨¦s de un centro a la olla. Slot mostr¨® la misma falta de ingenio cuando desde el banquillo orden¨® la salida de D¨ªaz, Robertson y MacAllister para meter a Szobozslai, Gapko y Tsimikas. Sin el colombiano y sin el argentino los avances perdieron el primer punto de referencia en la salida y el poco ritmo que ten¨ªan en los ¨²ltimos metros. Al ver que el Liverpool se quedaba tieso, Arteta salt¨® a la banda y comenz¨® a hacer aspavientos a sus jugadores para que aprovecharan la coyuntura, presionaran y dieran el golpe de gracia. Fue in¨²til. A fuerza de especular, pasada la hora de partido Rice y sus compa?eros hab¨ªan perdido adrenalina.
El Arsenal solo se envalenton¨® para caer en su propia trampa. Suele ocurrirle a los equipos distra¨ªdos entre registros contradictorios. Una p¨¦rdida en las inmediaciones del ¨¢rea del Liverpool devolvi¨® el bal¨®n a Alexander-Arnold, que con un pase largo y medido a la espalda del central y el lateral habilit¨® al correcaminos N¨²?ez. El centro del uruguayo, que pill¨® a toda la defensa local en retroceso desesperado, fue interceptado por Salah, que lo envi¨® a la red. Con el 2-2 definitivo, el egipcio super¨® a Robbie Fowler con 164 goles en la Premier.
La imagen que dej¨® el partido en la retina de la hinchada fue la del retroceso. ¡°Mikel Arteta se est¨¢ metamorfoseando en un entrenador tipo Mourinho¡±, observ¨® Jamie Carragher, comentarista de referencia de Sky.
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