Laporta: el arte de convertir el ¨¦xito en una mala rutina
El Bar?a se enfrenta a un enorme desprestigio si no pudiera inscribir a tiempo a Dani Olmo
Incluso en el propio Bar?a hay alguna duda de que Dani Olmo y Pau V¨ªctor puedan ser inscritos en la Liga antes del d¨ªa 1 de enero de 2025. Todav¨ªa queda recorrido por la v¨ªa de los tribunales y, en el supuesto de que el fallo del juzgado de primera instancia sea tambi¨¦n negativo como el del mercantil ¡ªla demanda cuestiona al sistema¡ª, el club tiene la opci¨®n de vender a mitad de precio, unos 100 millones, un paquete de los palcos VIP del futuro Camp Nou. Aunque no ser¨ªa el mejor de los negocios por la premura de tiempo, Relevo anunci¨® que Laporta ya mand¨® la documentaci¨®n para que pueda ser validada por LaLiga. Y si no, quedar¨ªa la posibilidad de presentar un aval del presidente o alguien de la directiva, por 60 millones, que es la cantidad necesaria para regularizar la situaci¨®n financiera con LaLiga.
A pesar de haber sido una f¨®rmula ya empleada para que pudieran jugar Kound¨¦, J?ao Felix, Cancelo, I?aki Pe?a o Marcos Alonso, el importe de ahora es mucho mayor y m¨¢s dif¨ªcil de cubrir para una junta en la que varios de sus miembros no han avalado ni disponen de patrimonio. Aunque tambi¨¦n ha menguado el margen de maniobra, la venta de activos contin¨²a siendo la pr¨¢ctica habitual desde el regreso de Laporta en 2021. La b¨²squeda de recursos por parte del presidente se expande a pa¨ªses como Qatar, Dubai, Mongolia y Azerbaiy¨¢n despu¨¦s de que el contrato firmado con Nike no haya bastado para regularizar la situaci¨®n de Olmo.
El Bar?a sostiene que los criterios de LaLiga han variado mientras que la patronal de los clubes argumenta que ¡°la finalidad de autorizar el exceso de gasto es para que una baja de larga duraci¨®n no merme la competici¨®n del equipo, no para que la baja de larga duraci¨®n permita alcanzar la inscripci¨®n de jugadores que, con su salario, exceden el l¨ªmite, que es lo que pretende al Barcelona¡±. Olmo fue inscrito en la tercera jornada de Liga por la lesi¨®n de Christensen y ahora se pretend¨ªa que continuara en la cancha por el sueldo que libera el lesionado Ter Stegen. El mismo juez que en su momento concedi¨® la cautelar de Gavi ha sido el que ha denegado la de Olmo.
Las medidas eran precisamente de car¨¢cter transitorio y las lesiones ya no sirven de recurso, de manera que Olmo no solo podr¨ªa quedar libre, sino que tendr¨ªa derecho a una indemnizaci¨®n en caso de que no poder jugar a partir del 1 de enero. No hay opci¨®n a que pueda ser inscrito dos veces por parte del Bar?a. La posici¨®n del club es tan comprometida como asumida por buena parte del barcelonismo, que ya se ha acostumbrado a la habilidad de su presidente para encontrar el remedio a cualquier mal en el ¨²ltimo momento y convertir en ¨¦xito un error de gesti¨®n que se repite en los ya casi cuatro a?os del segundo mandato iniciado en 2021. La rutina se repite como algo natural, irremediable y consustancial a la forma de ser de Laporta.
El laportismo se ha impuesto como un modus vivendi en el Bar?a. El riesgo, la improvisaci¨®n, la capacidad para llegar hasta el l¨ªmite y la habilidad para encontrar las f¨®rmulas m¨¢s insospechadas a fin de sortear a unos poderes presumiblemente f¨¢cticos, han pasado a ser aceptadas como la ¨²nica manera de sobrevivir a la ruina heredada de Bartomeu. La garant¨ªa de Laporta sigue siendo aquel equipo triunfal que presidi¨® sobre la apolillada alfombra que dej¨® Gaspart.
Laporta se sirve de quien puede serle ¨²til en cada momento para despu¨¦s propiciar o forzar su adi¨®s y as¨ª poder seguir dirigiendo el club a su manera, siempre en cualquier caso con el benepl¨¢cito del socio del Bar?a. Las distintas asambleas de compromisarios han aprobado con amplias mayor¨ªas sus distintas propuestas, incluso la que inclu¨ªa en las cuentas del ¨²ltimo ejercicio una salvedad del auditor: 12 millones de beneficio ordinario y 91 de p¨¦rdidas por culpa de un invento dif¨ªcil de explicar llamado Bar?a Visi¨®n. Hay, sin embargo, cerca de 60.000 abonados en excedencia a la espera de que se inaugure el Spotify Camp Nou. El problema es que todav¨ªa no se sabe cu¨¢ndo se podr¨¢ regresar al estadio que se est¨¢ reconstruyendo despu¨¦s de que la fecha haya variado constantemente: del 29 de diciembre se pas¨® a enero del pr¨®ximo a?o y ahora se duda de que pueda ser antes de que acabe la actual temporada iniciada por segundo a?o en Montju?c.
Las mentiras que empezaron con la continuidad de Messi no penalizan y la picaresca se aplaude como treta propia de un presidente valiente y carism¨¢tico que no duda en pagar comisiones por contratos plagados de cl¨¢usulas de confidencialidad que se dan por buenas para que la pelota contin¨²e en juego en la Copa, la Supercopa, la Liga y la Champions. Hay varios acuerdos suscritos a largo plazo, especialmente con Nike y Spotify, y algunas hipotecas con fondos de inversi¨®n por conceptos como los derechos de televisi¨®n que condicionar¨¢n el futuro del Bar?a.
Las cantidades que tendr¨¢ que devolver a medio y largo plazo ser¨¢n dif¨ªciles de asumir para un club que, adem¨¢s, arrastra una deuda bruta que algunos medios estiman en unos 1.300 millones y, paralelamente, deber¨¢ responder a un cr¨¦dito de unos 1.400 millones por el Espai Bar?a. El modus operandi de Laporta ha provocado la salida del club de m¨¢s de 20 ejecutivos, de algunos directivos y de los avaladores que le rescataron para regresar al palco del Camp Nou: Jos¨¦ El¨ªas y Eduard Romeu.
La mayor¨ªa se sorprendi¨® por la falta de un CEO y de un plan estrat¨¦gico y de negocio en un club que supuestamente deber¨ªa funcionar como una gran compa?¨ªa y que no se ha sabido capitalizar adecuadamente despu¨¦s de la fallida salida a bolsa a trav¨¦s de su filial de contenidos Bar?a Media. Quiz¨¢ porque qued¨® escarmentado en su anterior mandato por la conducta de algunos directivos, el modelo personalista y populista de Laporta funciona ante una oposici¨®n atomizada camino de las elecciones de 2026.
Los cr¨ªticos reiteran que el proceder del presidente somete al club a un desgaste institucional evitable y que deteriora la marca Bar?a. El desprestigio ser¨ªa enorme si no se pudiera inscribir a tiempo a Olmo, el ¨²nico fichaje de la temporada, adquirido por 47 millones, despu¨¦s de que se especulara tambi¨¦n en verano con la posible adquisici¨®n de Nico Williams. Laporta se permiti¨® anunciar despu¨¦s que si no se hab¨ªa inscrito a Olmo en verano era porque el club no hab¨ªa querido, una afirmaci¨®n que tres meses m¨¢s tarde suena a reto despu¨¦s del fiasco en el inicio de la Liga.
As¨ª se explica la importancia de que el equipo funcione para que pueda sostener al club, cuando se empieza a discutir si la crisis es culpa del modelo de gobernanza o se impone un cambio de propiedad como el ya anunciado por Florentino en el Madrid.
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