Unos Juegos en vilo
Las estrellas del deporte mundial compiten en Tokio un a?o m¨¢s tarde de lo previsto y en una cita marcada por la ausencia de p¨²blico, la incertidumbre y las medidas contra la pandemia
El vac¨ªo de los 68.000 asientos del estadio de Tokio ser¨¢n la elocuente banda sonora de la nueva dimensi¨®n en la que se adentran los Juegos Ol¨ªmpicos m¨¢s extra?os y complejos de la historia. La llama ha prendido este viernes en el pebetero mientras la pandemia sigue azotando al mundo y la ciudadan¨ªa se mantiene en estado de alerta. La cita se produce un a?o despu¨¦s de lo previsto, un aplazamiento in¨¦dito en una historia de 125 a?os que solo contempla las cancelaciones de 1916, 1940 y 1944 por las guerras mundiales que sacudieron el siglo pasado.
El desasosiego y la incertidumbre planean ahora sobre el evento que se posterg¨® hace 18 meses y que el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) se ha resistido a cancelar. Con los hechos ya consumados, el presidente del COI, Thomas Bach, ha admitido lo que todo el mundo intu¨ªa y ¨¦l y sus colaboradores callaron. ¡°Hubo dudas cada d¨ªa, y muchas noches en vela. Como el resto de la gente en todo el mundo, no sab¨ªamos qu¨¦ iba a deparar el ma?ana¡±, dijo el mi¨¦rcoles en Tokio durante la 138? sesi¨®n plenaria del COI.
El c¨®nclave de los mejores deportistas del mundo es ya una realidad pese al escepticismo de muchos ciudadanos, sobre todo los japoneses, ante un evento que congrega a 11.274 atletas, 5.392 mujeres y 5.882 hombres, en representaci¨®n de m¨¢s de 200 pa¨ªses, precisamente lo que contraindican los expertos en la lucha contra la pandemia.
Los dirigentes del COI dicen que su misi¨®n es poner todos los medios en aras de la competici¨®n, y se han esforzado por impregnar de un significado redentor a estos Juegos, ¡°la luz al final del t¨²nel, el triunfo de la humanidad¡±, como enfatiz¨® el que era el primer ministro japon¨¦s Shinzo Abe en el momento del aplazamiento. Bach se ha animado a a?adir un adverbio al lema ol¨ªmpico del Bar¨®n de Coubertin: ¡°Citius, altius, fortius¡ communis¡± (M¨¢s r¨¢pido, m¨¢s alto, m¨¢s fuerte¡ m¨¢s unidos).
Pero a nadie escapa que el COI necesita esquivar la magnitud del descalabro econ¨®mico, ya inevitable por el retraso y agravado por la decisi¨®n adoptada este mismo mes de no permitir definitivamente la asistencia a ning¨²n espectador. Los Juegos, sin el colorido y el ¨¢nimo de la grada, ser¨¢n otra cosa; y las televisiones, m¨¢s que nunca, el ¨²nico ojo a trav¨¦s del que se vea todo. Pero cancelar los Juegos m¨¢s caros de la historia, con 13.430 millones de euros de presupuesto, hubiera costado 11.500 millones. Y el precio del aplazamiento, seg¨²n una estimaci¨®n del profesor em¨¦rito Katsuhiro Miyamoto, de la Universidad de Kansai, ser¨¢ de 4.250 millones.
El esfuerzo de los organizadores por configurar unos Juegos seguros ha sido y es descomunal. El prestigio del COI y del deporte est¨¢ en juego, m¨¢s que nunca, y bajo el escrutinio de todo mundo. Las normas establecidas para proteger a los deportistas y a la familia ol¨ªmpica son exhaustivas. La convivencia de tantos miles de personas y de tan diversas procedencias hace poco menos que imposible una burbuja impenetrable. De hecho, ya se han producido varias decenas de positivos por la covid en las instalaciones ol¨ªmpicas. Los Juegos estar¨¢n en vilo, pendientes de que el goteo no aumente y pueda afectar a los deportistas y a la competici¨®n.
Biles, Dressel y las nuevas estrellas
Los Juegos m¨¢s raros y at¨ªpicos pueden subrayar si cabe su papel para inspirar y transformar el mundo. Las figuras llamadas a dominar en Tokio tendr¨¢n la ocasi¨®n de reforzar el mensaje que env¨ªen con sus actuaciones en las canchas, en las piscinas, all¨¢ donde compitan. Tokio, caducados los reinados de Michael Phelps y Usain Bolt, las dos megaestrellas de los ¨²ltimos lustros, ya tiene reservada la corona para Simone Biles. La portentosa gimnasta estadounidense de 24 a?os se ha comprometido para alcanzar lo ¡°inimaginable¡±. Gan¨® cinco medallas en R¨ªo 2016, cuatro de oro. Ella promete y los aficionados esperan momentos sublimes. Caeleb Dressel est¨¢ llamado a ser el sucesor de Phelps, aunque no podr¨¢ igualar los ocho oros de su compatriota en Pek¨ªn 2008 porque en Tokio se alinear¨¢ en seis pruebas. El nadador de Florida, a punto de cumplir los 25 a?os, ya ha demostrado su calidad en los dos ¨²ltimos Mundiales en los que acumul¨® 13 t¨ªtulos. El Centro Acu¨¢tico de Tokio tambi¨¦n espera mucho del duelo entre la estadounidense Katie Ledecky y la australiana Ariarne Titmus.
Se adivina una dura tarea para el equipo de baloncesto masculino de Estados Unidos, capitaneado por Kevin Durant, al que puede volver a acechar, entre otros la selecci¨®n espa?ola en el ¨²ltimo baile de Pau Gasol a sus 41 a?os. El torneo contar¨¢ con el aliciente de Luka Doncic, que clasific¨® a la selecci¨®n eslovena con una actuaci¨®n impresionante. El sueco Armand Duplantis, en salto con p¨¦rtiga; la venezolana Yulimar Rojas, en el triple salto, y la velocista jamaicana Shelly-Ann Fraser-Price son algunos de los alicientes en el atletismo. En ausencia de Rafa Nadal y Roger Federer, Novak Djokovic es la cabeza del cartel en el tenis, donde se aguarda con expectaci¨®n el juego y las palabras de la reivindicativa japonesa Naomi Osaka.
El COI ha apostado por la incorporaci¨®n de cuatro nuevos deportes, el k¨¢rate, la escalada, el surf y el skateboarding. Tambi¨¦n vuelve el b¨¦isbol y el softbol, y el programa ol¨ªmpico pasa de 28 deportes en R¨ªo a 33 en Tokio.
La ceremonia de inauguraci¨®n, en la que desfilar¨¢n la mitad de los deportistas debido a la pandemia, ha quedado salpicada por el ¨²ltimo de los incidentes que se han sucedido durante la organizaci¨®n de los Juegos. Kentaro Kobayashi, uno de sus directores art¨ªsticos, dimiti¨® el jueves tras las protestas por una serie de bromas sobre el Holocausto en los noventa.
Tokio ya fue sede de los Juegos en 1964. Entonces, el ¨²ltimo relevo de la antorcha lo dio el atleta de 19 a?os Yoshinori Sakai, apodado El beb¨¦ de Hiroshima por haber nacido el mismo d¨ªa en que Estados Unidos lanz¨® la bomba at¨®mica sobre la ciudad japonesa. La prensa de Tokio baraja la posibilidad de que el ¨²ltimo relevista sea ahora un deportista relacionado con algunas de las ¨²ltimas cat¨¢strofes que ha sufrido Jap¨®n, como el desastre natural y la crisis nuclear de Fukushima en 2011. Se mantendr¨ªa as¨ª la intenci¨®n inicial de promocionar la cita como los Juegos de la reconstrucci¨®n, despu¨¦s eclipsada por la de los Juegos de la pandemia. El lema de la ceremonia es ¡°Unidos por la emoci¨®n¡±.
El COI ha dado la posibilidad de que, por primera vez, cada pa¨ªs cuente con dos abanderados. Sa¨²l Craviotto y Mireia Belmonte portar¨¢n la bandera de la delegaci¨®n espa?ola compuesta por 321 deportistas, 184 hombres y 137 mujeres. Espa?a obtuvo 17 medallas en R¨ªo y su tope sigue siendo el de las 22 que alcanz¨® en Barcelona 92. Nueve selecciones de equipo que han estado en el podio de los ¨²ltimos mundiales o europeos, y figuras consagradas como Craviotto, Belmonte, Orlando Ortega o Lydia Valent¨ªn, adem¨¢s de nuevas incorporaciones como Jon Rahm, Nikoloz Sherazadishvili, Adriana Cerezo o Mohamed Katir sustentan la confianza de la delegaci¨®n espa?ola en los Juegos m¨¢s extra?os de la historia.
El COI rectifica tras prohibir las im¨¢genes de protestas antirracistas
El COI y los organizadores de Tokio 2020 rectificaron su decisi¨®n de prohibir a sus equipos de redes sociales que publicaran im¨¢genes de los gestos de protesta de deportistas. Integrantes de las selecciones de f¨²tbol femenino de Chile, Gran Breta?a, Estados Unidos, Suecia y Nueva Zelanda hincaron una rodilla en el suelo, el gesto utilizado para protestar contra el racismo, el mi¨¦rcoles antes de los primeros partidos del torneo. Seg¨²n inform¨® The Guardian responsables del COI impidieron la difusi¨®n de las im¨¢genes.
La Regla 50 de la Carta Ol¨ªmpica proh¨ªbe todo tipo de protesta de los deportistas en las instalaciones, pero el COI aprob¨® este mes una modificaci¨®n en un intento de conciliar la aplicaci¨®n de la regla y al mismo tiempo reconocer, y en ocasiones alabar, im¨¢genes de protesta como las de los velocistas Tommie Smith y John Carlos alzando sus pu?os con guantes negros en el podio de M¨¦xico 1968.
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