El deporte nos hace mejores

En el deporte de alto nivel es fundamental controlar la confianza. Saber competir cuando no la tienes y evitar la euforia cuando te acompa?a. Es un equilibrio dif¨ªcil de conseguir, una zona ideal que rara vez se alcanza. Las diferentes modalidades ol¨ªmpicas nos ofrecen estos d¨ªas muchos ejemplos, situaciones en las que el atleta debe luchar buscando ese autocontrol. Hay quienes lo hacen rodeados de compa?eros, en las siempre complicadas disciplinas de equipo y quienes, por la naturaleza individual de su deporte, deben encontrar ese camino desde la m¨¢s absoluta soledad.

Desde los 9 a?os he construido mi carrera deportiva en un deporte individual, con una raqueta de tenis en la mano. Es una disciplina donde alcanzar este equilibrio es todo un reto, un deporte que combina agilidad, precisi¨®n y una necesaria capacidad para olvidar lo sucedido al momento. Cada error penaliza, cada mala decisi¨®n tiene un impacto directo en tu contra. Mantener la cabeza fr¨ªa sobre la pista ha sido una exigencia constante desde que tengo uso de raz¨®n.

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Antes de dedicarme al tenis practiqu¨¦ deportes de equipo. En estas modalidades desarrollas capacidades m¨¢s complicadas de pulir en una actividad individual. Hay atributos como el compa?erismo, la empat¨ªa o la comunicaci¨®n que son pilares para conseguir el ¨¦xito colectivo. Si un equipo no est¨¢ unido, si todos los miembros del grupo no reman en la misma direcci¨®n, el objetivo com¨²n se aleja. Pero una fuerza coral propicia otra fuerza que multiplica el potencial de sus miembros.

El deporte es una escuela de vida. La comunicaci¨®n entre unos y otros, percibir c¨®mo se encuentra tu compa?ero en determinados momentos es clave. Saber si necesita ayuda, enviar unas palabras de ¨¢nimo a la persona que tienes a tu lado construye un puente tan deportivo como humano. La fuerza de unas palabras bien elegidas tiene un efecto maravilloso en nosotros.

Aunque me dedico a una disciplina individual, con la salvedad de los partidos de dobles, noto esta realidad en los entrenamientos. Las sesiones en grupo pueden ser m¨¢s amenas e incluso m¨¢s exigentes que las individuales. El instinto competitivo hace que nos exijamos mutuamente y eso es una experiencia de vida. Si nos rodeamos de gente con talento, de personas que nos llevan a ampliar nuestros l¨ªmites, lo natural es intentar superarnos. Ah¨ª est¨¢ la diferencia entre un buen deportista y un gran deportista: intentar superarte en los momentos donde nadie te ve, donde no hay una grada detr¨¢s gritando tu nombre. Una competitividad bien gestionada nos acerca a nuestra mejor versi¨®n, y eso lo aportan las disciplinas de equipo.

Es evidente que en un deporte individual te conoces mucho m¨¢s a ti mismo. Eres responsable de tomar tus propias decisiones, debes resolver los problemas por tu cuenta y buscar el fruto con tu propio trabajo. No es un camino nada sencillo. Pero la satisfacci¨®n personal de saber que lo has conseguido por tus propios medios es muy gratificante. Es una de las mejores sensaciones que puede haber.

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El protagonismo que puedes adquirir a nivel individual tambi¨¦n es mucho m¨¢s potente que a nivel grupal. En una disciplina de equipo no puedes tomar el control hasta un punto tan alto. Tu mera participaci¨®n en el partido est¨¢ supeditada a la decisi¨®n de un entrenador, lo que implica un grado de humildad en esa alma voraz que solemos tener los atletas. El deporte exige muchas cosas, en este caso aceptar que se intentan tomar las mejores decisiones para que el grupo salga fortalecido.

Las victorias en un deporte de equipo se pueden disfrutar m¨¢s al ser compartidas. Cuando la alegr¨ªa es com¨²n, la sensaci¨®n es mucho m¨¢s intensa. Lo reconozco por mi experiencia en competiciones como la Copa Federaci¨®n, donde la felicidad en el rostro de mis compa?eras siempre me ha dado una inmensa satisfacci¨®n interior. A nivel individual, en este sentido, muchas veces me he visto sola en momentos de m¨¢xima tensi¨®n, cuando me hubiera gustado dar o recibir un abrazo.

El deporte individual exige un protocolo de respeto. Siempre hay que esperar unos minutos hasta poder compartir esa alegr¨ªa con tu equipo t¨¦cnico. Ellos son la base de nuestras victorias y nunca debemos olvidarlo. Aunque sea una disciplina individual en realidad nunca lo es. Un deportista jam¨¢s podr¨¢ alcanzar su mejor versi¨®n sin un amplio equipo a su espalda.

Por encima de todo, algo com¨²n a todas las disciplinas son los valores que inculcan en nosotros. El deporte es una escuela para la vida en sociedad, que nos coloca en una posici¨®n preciosa si lo afrontamos con profesionalidad. El esfuerzo diario, la superaci¨®n personal o el respeto hacia los compa?eros son pilares que afianzamos para el resto de nuestras vidas.

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