Cuesti¨®n de nervios
El escritor argentino Mart¨ªn Caparr¨®s y el mexicano Juan Villoro mantienen una correspondencia durante todo el torneo y constatan que el bal¨®n sabe tambi¨¦n mucho de amistad
Mart¨ªn querido:
Devuelvo la pelota al primer toque: el gesto m¨¢s importante del Mundial ha sido que los jugadores de Ir¨¢n se negaran a cantar su himno. Dices, con raz¨®n, que eso les costar¨¢ m¨¢s que una tarjeta amarilla; ignoramos las consecuencias de su valent¨ªa; lo cierto es que disputaron el partido como condenados a muerte. La derrota de 6-2 ante Inglaterra lleg¨® como el anticipo de suplicios peores. Previamente, en una rueda de prensa, el capit¨¢n iran¨ª, Ehsan Hajsafi, habl¨® de las v¨ªctimas de la represi¨®n y se solidariz¨® con ellas. Ese ejemplo de dignidad contrasta con la cobard¨ªa de las selecciones europeas que de ¨²ltimo momento renunciaron al brazalete con el arco iris.
Paso a los partidos de nuestro grupo. El Argentina-Arabia Saud¨ª se transmiti¨® a las 4.00 de la ma?ana de M¨¦xico. Despert¨¦ a un mundo ins¨®lito donde Argentina hab¨ªa perdido. Entr¨¦ a internet y comprob¨¦ que el video reitera im¨¢genes sin explicar milagros.
Destacaste un asunto clave: Messi disputa su primer Mundial sin que Maradona oficie de testigo. No es necesario ponerse lacaniano para saber que eso puede tener un efecto liberador; sin embargo, el batacazo indica que la ausencia de Diego lo sumi¨® en la orfandad. Aunque el 10 hizo lo suyo ¡ªcasi anota en su primer toque, convirti¨® un penalti con se?or¨ªo y estuvo a punto de sorprender con un cabezazo¡ª, sali¨® del campo sintiendo la soledad de Ad¨¢n en D¨ªa de las Madres.
En 13 minutos el VAR castig¨® tres veces a Argentina. Este Mundial anuncia un mundo dominado por la inteligencia artificial. No hay modo de rebatir la supremac¨ªa de las m¨¢quinas. Sin embargo, desde mi falible entendimiento humano, al menos una de las tres jugadas anuladas me pareci¨® discutible. Por favor, confiesa c¨®mo sufriste esa cultura de la cancelaci¨®n.
Cada partido tiene otro dentro. El de Arabia Saud¨ª dur¨® cinco minutos prodigiosos: Saleh Al-Sheri y Salem Al Dawasari anotaron goles deslumbrantes. El ranking de la FIFA, que todo lo confunde, ubicaba a esa selecci¨®n por debajo de Qatar, algo absurdo si se juzgan esas jugadas de lumbre y las atajadas Mohammed Al-Owais.
Arabia Saud¨ª confirm¨® lo que es el hero¨ªsmo en el futbol. En ning¨²n momento pareci¨® m¨¢s fuerte que Argentina: gan¨® siendo m¨¢s d¨¦bil. El partido no era ajeno a una dimensi¨®n cabal¨ªstica. Argentina llevaba 36 partidos invicto. Algo raro pod¨ªa pasar en el 37. Sumados, esos dos n¨²meros indican que el destino jugaba con el 10; como Diego, pod¨ªa hacer lo que quisiera. M¨¢s all¨¢ de las explicaciones esot¨¦ricas (no hay otras para el f¨²tbol), la ca¨ªda demuestra el desconcertante poder¨ªo de un equipo menor en estado de gracia.
Perd¨®n por abrir heridas, pero en Italia 90, cuando Argentina perdi¨® con Camer¨²n, hubo una pifia inolvidable: Neri Pumpido enfrent¨® el remate de Biyik con manos de mantequilla. En cambio, ahora Arabia Saud¨ª gan¨® con m¨¦ritos propios, dos riflazos y un sinf¨ªn de paradones.
La camiseta verde le sent¨® mal a Argentina, un est¨ªmulo para los mexicanos, que nos vestimos con el mismo veneno.
Por desgracia, nuestro debut ante Polonia no fue digno de los 30.000 aficionados que convirtieron el estadio en la Plaza de Garibaldi, basti¨®n del jolgorio y el mariachi. S¨¦ de gente que ha hipotecado su casa, vendido su coche y abandonado a su pareja para ir a Qatar. No se trata de personas ejemplares, pero merecen alg¨²n tipo de recompensa. ?Habr¨¢ manera de que la selecci¨®n del Tata entienda que se gana con goles? Ejercimos un dominio infructuoso, propio de un pa¨ªs donde la vida adulta consiste en hacer tr¨¢mites, y los jugadores salieron conformes del campo, como si el empate fuera el nombre secreto del triunfo.
Una vez m¨¢s, M¨¦xico escribi¨® el interesante pr¨®logo de un libro que no existe: prepara bien las jugadas que no concluye. El momento ¨¦pico lleg¨® con el portero. Paco Memo Ochoa apareci¨® en su quinta Copa del Mundo deteniendo un penalti de Lewandowski, que se uni¨® a la legi¨®n de Zico, Baggio y otros genios que han perdido la br¨²jula en los doce pasos de la muerte.
Argentina est¨¢ obligada a ganarle a M¨¦xico el s¨¢bado, y saldr¨¢ a la cancha sumida en la desesperaci¨®n y la angustia.
Nuestros jugadores son peores, pero nuestros nervios son mejores.
Mart¨ªn Caparr¨®s responder¨¢ este mi¨¦rcoles 23 de noviembre.
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