Messi y la maldici¨®n del Tata
El 10 evit¨® la cat¨¢strofe de la Albiceleste ante el seleccionador mexicano, el mismo que un d¨ªa le record¨® en el Camp Nou: ¡°Ya s¨¦ que si usted llama al presidente me echa, pero no hace falta que me lo demuestre todos los d¨ªas¡±
¡°Ya s¨¦ que si usted llama al presidente me echa, pero no hace falta que me lo demuestre todos los d¨ªas. Ya lo s¨¦¡±.
Tata Martino, una muy buena persona, se enfada cuando se discuten sus conocimientos futbol¨ªsticos, cosa muy frecuente en sus tiempos de entrenador del Bar?a. No olvidar¨¢ en la vida que despu¨¦s de acudir al entierro de su padre en Rosario y regresar a tiempo para el partido de Liga en Vallecas se le reprochara que su equipo hab¨ªa tenido menos posesi¨®n que el Rayo. El marcador parec¨ªa lo de menos: 0-4. La vida del t¨¦cnico fue muy dif¨ªcil en el campo de entrenamiento y en la sala de prensa del Camp Nou. La leyenda cuenta muchas historias sobre su estancia y tambi¨¦n sobre su salida del Bar?a, ninguna tan categ¨®rica como la que relat¨® Andoni Zubizarreta, exsecretario t¨¦cnico barcelonista, en un di¨¢logo con Vicente del Bosque organizado por EL PA?S.
Los entrenadores saben que sus contratos dependen tambi¨¦n de su relaci¨®n con Messi y Tata Martino entendi¨® tambi¨¦n que ten¨ªa muy dif¨ªcil su continuidad en el Barcelona. Y no solo por el 10, con quien volvi¨® a coincidir cuando dirigi¨® a Argentina y perdieron juntos dos finales de Copa Am¨¦rica. Las cosas no le van mucho mejor al preparador argentino con M¨¦xico y el gol del rosarino aumentar¨¢ su vulnerabilidad en Qatar. Messi resucit¨® y rescat¨® a Argentina el d¨ªa que se reencontr¨® con el Tata.
La Albiceleste perdi¨® en un abrir y cerrar de ojos un partido que hab¨ªa dado por ganado contra Arabia Saud¨ª y se hab¨ªa quedado en blanco ante M¨¦xico. Aquella derrota acab¨® con una racha de 36 partidos invicta y ahora no recordaba c¨®mo jugaba para cantar victoria en escenarios tan exigentes como Maracan¨¢ cuando hace un a?o gan¨® la Copa Am¨¦rica. Messi no se bastaba solo y el contexto tampoco ayudaba, aturdida como estaba Argentina, convertida en un saco de nervios en la Copa del Mundo de Qatar.
Alcanzaba con mirar a Messi para saber sobre la suerte de Argentina. Mala se?al cuando la c¨¢mara enfoca su cara porque significa que no funcionan los pies del 10. Hab¨ªa muchos ratos en que estaba ausente y cuando tomaba la pelota dif¨ªcilmente gambeteaba, sabedor de que ya no saldr¨ªa limpio del regate, de manera que prefer¨ªa acompa?ar la jugada, tirar la l¨ªnea de pase y solo muy de vez en cuando aceleraba para forzar una falta que tampoco sab¨ªa convertir despu¨¦s en gol ante el Memo Ochoa.
A sus 35 a?os y lesionado en el s¨®leo, no parec¨ªa estar en Qatar, cuando Di Mar¨ªa le puso el bal¨®n muy cerca de la frontal del ¨¢rea, y Messi enganch¨® un remate cruzado con su zurda al poste izquierdo del arco de M¨¦xico. Messi hab¨ªa frotado la l¨¢mpara, Argentina se desbloque¨®, marc¨® un segundo gol, record¨® c¨®mo se ganan los partidos y aguarda ahora con ganas a la Polonia de Lewandowski. La Albiceleste vuelve a confiar en sus aspiraciones despu¨¦s de que el rosarino festejara emocionado su gol y liberara la tensi¨®n de un grupo agarrotado por miedo al fracaso cuando se cumplen dos a?os de la muerte de Maradona.
Messi evit¨® la cat¨¢strofe de la Albiceleste. Quiz¨¢ no fue casual que el entrenador del equipo contrario fuera el bonach¨®n del Tata Martino, el mismo que un d¨ªa le record¨® en el Camp Nou: ¡°Ya s¨¦ que si usted llama al presidente me echa, pero no hace falta que me lo demuestre todos los d¨ªas. Ya lo s¨¦¡±.
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