Corea del Sur condena a Uruguay al fracaso en otro final dram¨¢tico
El triunfo en el descuento de los asi¨¢ticos contra Portugal deja a los charr¨²as a un gol del pase a octavos tras vencer 2-0 a una Ghana que sufri¨® otro cap¨ªtulo de su trauma con los penaltis ante los sudamericanos
En el estadio de Al Janoub todo fue un drama. Primero lo sufri¨® Ghana, por su particular trauma con los penaltis cuando se cruza con Uruguay, y al final la tragedia alcanz¨® a los charr¨²as. La victoria de Corea del Sur sobre Portugal en el descuento (2-1) arruin¨® a los sudamericanos y consum¨® uno de los fracasos del Mundial. A octavos pasan los lusos y los asi¨¢ticos, que se enfrentar¨¢n a Suiza y Brasil, respectivamente.
Uruguay llevaba toda la segunda parte cancheando, dejando pasar el tiempo, confiado en que su triunfo lo har¨ªan bueno los portugueses en la otra parte de Doha. Pero, en realidad, del vac¨ªo solo les separaba un gol de Corea del Sur, que iba empatando. Y el suelo se abri¨® bajo sus pies en el 84 con la diana de Hee-chan en el Education City. Victoria de Corea y vuelco total en el grupo. Los uruguayos pasaban a necesitar un tanto m¨¢s. El desfase en el inicio de las segundas partes en los dos encuentros todav¨ªa les dejaba por delante un margen de 10 minutos y la ventaja de un partido descosido porque si ellos requer¨ªan uno, Ghana buscaba a la desesperada dos para un empate salvador. Un correcalles que termin¨® con los dos en la cuneta.
Luis Su¨¢rez lloraba en el banquillo y a un incr¨¦dulo Diego Alonso se le sal¨ªa el coraz¨®n por la boca. La tuvo Cavani con un cabezazo a bocajarro, lo intent¨® Maxi desde fuera y en el ¨²ltimo segundo Nicol¨¢s de la Cruz prob¨® con un golpe franco. Un drama que finaliz¨® con el ¨¢rbitro saliendo casi a la carrera, huyendo de unos uruguayos fuera de s¨ª que le reclamaban dos penaltis (uno de ellos, a Darwin N¨²?ez, lo consult¨® en el monitor). As¨ª muri¨® el doble campe¨®n del mundo (1930 y 1950), que empez¨® mal el torneo y lo cerr¨® peor, golpeado a distancia. Sus dos ¨²nicos goles y una sola victoria no le bastaron. Tampoco su mejor¨ªa en el juego. Triste ep¨ªlogo para gente como Luis Su¨¢rez, Cavani o God¨ªn.
El primero en llorar fue Ghana. Tanto se habl¨® en la previa del desenlace de los cuartos de 2010 que el partido tard¨® un cuarto de hora en retroceder de golpe 12 a?os. En Sud¨¢frica, las estrellas negras se fueron al traste de la forma m¨¢s cruel: fallaron un penalti (Asamoah Gyan) en el ¨²ltimo minuto de la pr¨®rroga despu¨¦s de que Luis Su¨¢rez despejara con las manos un gol hecho, y luego terminaron perdiendo la vida en la tanda decisiva desde los 11 metros. Nunca ?frica hab¨ªa estado tan cerca de unas semifinales, un palo para todo el continente. El deseo de revancha en Qatar resultaba tan evidente que se masticaba en todos los rincones de la delegaci¨®n ghanesa. Y a los 15 minutos, el destino les prepar¨® el plato que tanto ansiaban. Rochet despej¨® mal un disparo de Jordan Ayew y en el rechace arroll¨® a Kudus. El ejecutor fue Andre Ayew, el hermano de Jordan, y a ¨¦l se le volvi¨® a caer encima la historia del pa¨ªs. Apunt¨® a su derecha, se acerc¨® a saltitos y Rochet le neg¨®. Trauma y medio.
Dos goles de Arrascaeta
El fallo tuvo efectos a¨²n m¨¢s catastr¨®ficos para el cuadro de Otto Addo, una calamidad en asuntos defensivos, una v¨ªa de fuga tras otra. Nadie sac¨® m¨¢s tajada que Giorgian de Arrascaeta, el medio ofensivo del Flamengo, la gran novedad de partida de un Diego Alonso zarandeado en la previa dentro y fuera de la selecci¨®n tras dos primeras actuaciones nulas. Las matem¨¢ticas le obligaban a ganar (y esperar) y al fin se anim¨® a introducir algo m¨¢s de filo. Sacrific¨® a Vecino (recurri¨® a ¨¦l a la media hora por lesi¨®n de Bentancur) y dio carrete a este centrocampista de alma atacante que peina todo el frente y que tanto le demandaban desde fuera.
Ghana era un tembleque continuo. Primero la perdi¨® Salisu como un colegial, aunque a¨²n pudo enmendarse sobre la l¨ªnea tras el intento de Darwin N¨²?ez. Pero el segundo dislate seguido result¨® demasiado para el cuerpo ghan¨¦s. Le volvi¨® a entregar la pelota a Uruguay, N¨²?ez la puso dentro del ¨¢rea y dos defensas, uno detr¨¢s de otro, se hicieron un nudo al un¨ªsono. Un estropicio. El meta todav¨ªa toc¨® el disparo de Su¨¢rez y Arrascaeta desahog¨® sobre la l¨ªnea a los charr¨²as. Y al cabo de cinco minutos, una combinaci¨®n uruguaya en la frontal la rubric¨® tambi¨¦n Arrascaeta con un disparo magn¨ªfico: 2-0.
La primera mitad acab¨® con una imagen singular: todos los jugadores de Ghana reunidos en el centro antes de enfilar los vestuarios y la charla de Oddo. A la vuelta, all¨ª ya no estaban los hermanos Ayew. En su lugar entraron Sulemana y Bukari. Apremiados por la necesidad, los cambios agitaron a los africanos, que prescindieron de I?aki Williams a falta de 20 minutos. Rochet se vio exigido y Uruguay, sin alardes, se fabric¨® varias ocasiones ante un rival que se destapaba atr¨¢s. Olivera, Valverde (otro partido gris) y una acci¨®n pol¨¦mica con N¨²?ez dentro del ¨¢rea acercaron el tercero de Uruguay. El que le habr¨ªa salvado. Pero no cay¨® y la jornada se aboc¨® a un desenlace catastr¨®fico para ambos. Sobre todo, para los sudamericanos, por her¨¢ldica y porque durante una hora se creyeron en octavos. Su condena fue coreana.
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