Danielle Collins, fiesta antes de la despedida

Tiene algo de extra?o la carrera de Danielle Collins, una magn¨ªfica tenista que entr¨® relativamente en el circuito ¡ªa los 22 a?os¡ª, que hasta ahora apenas hab¨ªa logrado un par de trofeos ¡ªPalermo y San Jos¨¦, ambos en 2021¡ª y que este curso, con solo 30 a?os, colgar¨¢ la raqueta a final de temporada. ¡°Siento que estoy preparada para el siguiente cap¨ªtulo, me siento muy feliz¡±, dice la estadounidense, feliz despu¨¦s de la alineaci¨®n astral que ha sucedido: ahora que va a decir adi¨®s, lo hace con el t¨ªtulo de Miami bajo el brazo, convertida en la campeona con peor ranking (53?) del torneo y, por si fuera poco, triunfando en casa. ¡°De peque?a sol¨ªa suplicarle a mi padre que me trajera aqu¨ª, y el me dec¨ªa: ¡®Podr¨¢s ir cuando juegues el torneo¡±. Y no iba desencaminado el hombre.

El 7-5 y 6-3 obtenido este s¨¢bado frente a Elena Rybakina, la cuatro del mundo, le concede un premio que se resist¨ªa, pero que sin duda merec¨ªa. Ha reunido Collins m¨¦ritos m¨¢s que de sobra. Finalista del Open de Australia en 2022, logr¨® ascender hasta el s¨¦ptimo pelda?o mundial y re¨²ne victorias de m¨¦rito contra varias figuras. Aplicada y ortodoxa, discreta y comprometida, pocas tenistas del presente poseen su rev¨¦s cortado y su inteligencia en la construcci¨®n del punto. Sufri¨® esta vez sus virtudes la talluda Rybakina, que al cuarto punto de partido se inclin¨®. De este modo, la norteamericana se convirti¨® en la sexta representante de su pa¨ªs que se corona en Florida tras Martina Navratilova (1985), Chris Evert (1986), Venus (1998, 1999 y 2001) y Serena Williams (2002, 2003, 2004, 2007, 2008, 2013, 2014 y 2015), y Sloane Stephens (2018).

La primera de ellas le anim¨® desde la grada, al igual que Andre Agassi. Se trataba de su primera final de un WTA 1000 ¡ªlos segundos torneos en la escala, despu¨¦s de los Grand Slams¡ª, aunque el desenlace pod¨ªa haber sido distinto si su rival hubiera convertido alguna de las cinco opciones de rotura que dispuso en el primer parcial. Err¨® la kazaja, y atin¨® ella para cerrar y evitar el desempate en esa manga. A partir de ah¨ª, Rybakina acus¨® el sobreesfuerzo efectuado a lo largo de estas dos semanas ¡ªtodos los duelos hasta la final resueltos en tres sets¡ª y reconoci¨® el m¨¦rito de la ganadora. Desde Kim Klijsters, la 38? cuando cant¨® victoria en la edici¨®n de 2005, no se condecoraba una jugadora tan abajo en el escalaf¨®n.

Forjada en la cantera universitaria, una operaci¨®n por endometriosis (¨²tero) le oblig¨® hace tres a?os a parar durante una temporada. Sin embargo, la campa?a siguiente roz¨® la gloria en Melbourne, pero all¨ª se top¨® con la n¨²mero uno, Ashleigh Barty. Plenamente satisfecha, y aun m¨¢s con la campanada de Miami, considera que su viaje ten¨ªstico debe terminar ya, c¨®mo y cuando ella quiere. ¡°A veces parece que empec¨¦ ayer a jugar, pero en otros parece que fue hace una eternidad¡±, dice. ¡°Ser deportista profesional te consume d¨ªa a d¨ªa, as¨ª que me retirar¨¦ a final de a?o, eso no va a cambiar. Llevo varios a?os conviviendo con una enfermedad que afecta a mi esfera personal, as¨ª que esto va m¨¢s all¨¢ del tenis¡±, resuelve Collins.

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