Alcaraz vence a Shevchenko entre ensayos y una advertencia

Insiste una y otra vez Marisol hasta que, por fin, lo consigue: ¡°?Carlos, Carlos!¡±. Grita y reclama a su chico una y otra vez la mujer, que porta una peluca y la bandera de Espa?a e intenta llamar por todos los medios la atenci¨®n del tenista, quien despu¨¦s de un rato, de otear el grader¨ªo cuando la cosa ya parece ir bien ante el kazajo Alexander Shevchenko, con el primer set ya en el bolsillo, advierte la llamada y le sonr¨ªe a la seguidora, feliz con sus colorines y su camiseta a topos. Sobre todo, con el premio del saludo. La constancia tiene premio. ¡°Marisol con Carlos¡±, reza el mensaje. As¨ª que ella se marcha tan contenta y el murciano m¨¢s o menos tambi¨¦n, porque pese a que no haya fluido como pretend¨ªa, s¨ª ha sabido enmendarse en ese segundo set que se torc¨ªa y ha resuelto el primer partido en Melbourne: 6-1, 7-5 y 6-1, despu¨¦s de 1h 54m.

Cierto es que Shevchenko ha colaborado lo suyo, demasiado impreciso al inicio y tierno despu¨¦s, cuando parec¨ªa haber encontrado la rendija para discutirle. Incluso ingenuo. Cuando el desnivel es tan evidente no convienen los adornos, pero a ¨¦l le da por juguetear y en esas lides, Alcaraz suele salirse con la suya. Tira un globo el espa?ol sin apurar demasiado y la pelota cae mansa, pero en vez de ganarle la carrera a la bola y golpear de frente busca el aplauso con el willy; devuelve por debajo de las piernas, a ver si por ah¨ª puede ganarse un hueco en los highlights del d¨ªa, pero pone firme el de El Palmar la raqueta y desbarata la virguer¨ªa. Buen intento, le viene a decir con la mirada. Pero no cuela. Si de divertirse va la cosa aqu¨ª estoy yo, con las zapatillas tan amarillas como la peluca de Marisol.

Ocurre que el tenis de Alcaraz, no es ning¨²n secreto, oscila de vez en cuando y tan pronto lo borda como se extrav¨ªa por no se sabe d¨®nde durante un rato. Sobre esa l¨ªnea ha transcurrido la primera hora y media, con delicatessen en la apertura y el enredo de la continuaci¨®n; de la buena siembra a la complicaci¨®n, 3-1 arriba en la segunda manga y de repente, sin demasiada explicaci¨®n, 3-4 en contra y algunos apuros dif¨ªciles de sospechar. Diversi¨®n aparcada. Ahora, en ese trago indeseado, la historia va de efectividad y deshacer el nudo, as¨ª que despu¨¦s de encajar esas dos roturas seguidas rectifica, endereza el rumbo y a la que saca un poco el colmillo, Shevchenko, de apellido futbolero pero con poco gol en la pista, pierde el ¨ªmpetu y se encoje. Afortunadamente estaba ¨¦l enfrente, porque la distracci¨®n en otro caso pod¨ªa haber salido cara.

No obstante, Alcaraz ha aterrizado en este primer grande en pleno ensayo. Lo ya contado, cinco gramos m¨¢s de plomo en el cuello de la raqueta y nueva mec¨¢nica a la hora de sacar, de modo que no deja de ser una fase experimental; eso s¨ª, en plena acci¨®n, entre fuego real, con los riesgos que ello conlleva. En todo caso, un joven t¨¦cnico espa?ol que trabaja para la red de clubes de la ciudad y que observa este lunes de temperatura amable desde el asiento 392 de la Margaret Court Arena, segunda pista del complejo, precisa asombrado: ¡°Alcaraz te puede ganar con todos los golpes, tiene todos los tiros¡±. As¨ª que el murciano resuelve a dos marchas, con esa primera velocidad de crucero (28 minutos) y la r¨¢faga acelerada del final (27), y ese lapsus intermedio (59) que brota de vez en cuando. ¡°Va con su personalidad, a veces desconecta¡±.

Al cierre de la actuaci¨®n, la radiograf¨ªa num¨¦rica registra un 59% de acierto en el saque, un 69% de premio con primeros y un 67% con segundos, seis aces. Es decir, correcci¨®n, rumbo a la segunda ronda y en tres sets, sin dilataciones. Valioso siempre. No requiere el d¨ªa de esfuerzos extra. Y ¨¦l se expresa a carcajadas cuando el entrevistador le pregunta acerca de qui¨¦n tiene mejor swing, pero sobre la hierba, jugando al golf: ?Nadal, Sinner o Alcaraz? Responde con piller¨ªa. ¡°Para Instagram el m¨ªo, aunque luego la bola se va para todos lados y nunca va centrado; despu¨¦s el de Nadal y por ¨²ltimo, el de Jannik. Lo siento mucho, Jannik, perd¨®name¡­¡±, se despide el ganador de cuatro grandes, mientras Marisol ondea los brazos sin parar y celebra la victoria de su ojito derecho, confiando en que venza a Nishioka el mi¨¦rcoles y en que se corone por primera vez en Australia el d¨ªa 26.