Alcaraz, Badosa y Davidovich, en volandas hacia los octavos de Australia
El murciano reduce a Borges (6-2, 6-4, 6-7(3) y 6-2), la catalana se impone a Kostyuk (6-4, 4-6 y 6-3) y el malague?o remonta frente a Mensik (3-6, 4-6, 7-6(7), 6-4 y 6-2)
Australia, tierra maldita para el tenis espa?ol hasta que poco a poco fueron desapareciendo los complejos y dibuj¨¢ndose las pisadas en las negadas ant¨ªpodas, de los noventa a los dos mil despu¨¦s de las primeras intentonas llevadas a cabo por los pioneros de la Copa Davis en los sesenta y los setenta. Se afianza el rastro en la segunda semana: Arantxa, Conchita, Medina, Su¨¢rez, Mantilla, Moy¨¤, Ferrero, Robredo, Ferrer, Bautista y Verdasco, entre otros; Rafael Nadal, claro est¨¢; se incorpora tambi¨¦n Alejandro Davidovich (3-6, 4-6, 7-6(7), 6-4 y 6-2 a Jakub Mensik, en 3h 30m), el a?o pasado lo hizo Carlos Alcaraz (6-2, 6-4, 6-7(3) y 6-2 a Nuno Borges, en 2h 55m) y dos antes fue Paula Badosa, que repite presencia en la franja dulce del torneo (6-4, 4-6 y 6-3 a Marta Kostyuk, en 2h 32m) sobreponi¨¦ndose a la ventolera que se filtra en la cuarta pista del complejo. Sopla sin cesar. Pero This is Melbourne, que se dice por aqu¨ª; es decir, four seasons in one day (las cuatro estaciones en un d¨ªa) o, si no te gusta el tiempo, tan solo espera cinco minutos.
¡°Mis dos primeros partidos fueron en pista interior y sent¨ªa la bola de maravilla, pero esta vez fue totalmente diferente, una batalla mental, y estoy feliz de haberla superado¡±, afirma la espa?ola a pie de pista, muy satisfecha de haber superado una prueba tan de coco o m¨¢s que la estrictamente ten¨ªstica, porque dif¨ªcil es lidiar con esas r¨¢fagas, enemigo ya conocido, pero quiz¨¢ lo es todav¨ªa m¨¢s despejar esos fantasmas que revolotean por ah¨ª, al acecho, amenazantes siempre, esperando el momento ideal para hacer da?o. El caso es que al final a quien terminan atrapando definitivamente es a Kostyuk, harta de correr de un lado a otro, por m¨¢s deseo y gasolina y piernas que tenga la de Kiev; la que gesticulaba y maldec¨ªa poco antes era Badosa ¡ª¡±?juega t¨², Pol, toma la raqueta, sal y juega t¨²!¡±, le invita a su paciente t¨¦cnico¡ª, pero la que acaba vertiendo la frustraci¨®n en forma de l¨¢grimas bajo la toalla es ella.
¡°Durante los partidos hablo con mi entrenador, l¨®gicamente, y ¨¦l me entiende bien y conoce mis gestos. Pero s¨ª, se lo he dicho as¨ª de claro¡¡±, dice entre risas la catalana, que a sus 27 a?os viaja hoy en la buena direcci¨®n, o as¨ª lo transmite el dato: por primera vez en su carrera ha sido capaz de enlazar tres presencias consecutivas en la segunda semana de un major, lo que casa a la perfecci¨®n con el objetivo que ella y su equipo se han fijado; esto es, regularidad en las cotas altas, independientemente de lo que pueda suceder de aqu¨ª en adelante. En cristiano: construir la casa pors los cimientos, y no por el tejado. ¡°Es algo que me alegra, pero ahora lo que toca es saber gestionarlo, porque eso [las rondas finales] es lo que me est¨¢ costando¡±, apunta la de Begur, triunfante en un duelo tempestuoso que oscila de un lado a otro: nervios y m¨¢s nervios, tensi¨®n y m¨¢s tensi¨®n.
De ah¨ª esos aspavientos hacia el banquillo, intentando descifrar la situaci¨®n y c¨®mo demonios se puede reactivar esa derecha con la que no termina de encontrarse c¨®moda. Desde la grada, intenta calmarle su chico, Stefanos Tsitsipas: tranquila, Paula, tranquila, y acompa?a el griego la petici¨®n con las manos, tratando de que haya una bajada de revoluciones. O rectifica o mal asunto, porque Kostuyk (22 a?os y 18?) est¨¢ en modo hueso y no hay quien le haga un ganador ni la desborde por ninguna parte, aunque finalmente llega el volantazo deseado. Prevalece la iniciativa y la ucraniana se inclina consumida: demasiado correr de un lado a otro. Ten¨ªa que caer en alg¨²n momento. Se trata, pues, de la segunda vez que Badosa pisa los octavos de Melbourne ¡ªJessica Pegula (7?) enfrente¡ª, la octava en un gran escenario. Sigue despu¨¦s la senda abierta Alcaraz, que a sus 21 a?os ya ha convertido el tema en mera y valiosa rutina.
El de El Palmar, por primera vez estos d¨ªas en la central, el h¨¢bitat natural para su tenis de exquisita qualit¨¦, revolotea por la pista con esa danza tan particular y especial, con ese movimiento de piernas que entremezcla las dotes de un velocista y un bailar¨ªn cl¨¢sico. Se busca estilista tras el paso a un lado de Roger Federer y no parece haber demasiado debate sobre qui¨¦n ha recogido el testigo, si no ¨¦l, oda al movimiento y al espect¨¢culo. As¨ª se suspende acrob¨¢ticamente y as¨ª rodea su cadera con la herramienta para devolver la pelota por debajo de las piernas, o se inventa un tiro centelleante que parece atravesar el cordaje del bueno de Borges; s¨ª, Borges, an¨®nimo a ojos del gran p¨²blico hasta junio, cuando infligi¨® a Rafael Nadal la ¨²ltima derrota del mallorqu¨ªn en un torneo propiamente dicho. No hay sorpresa esta vez, pero el luso (27 a?os y 33?) dilata el partido con m¨¦rito.
En cualquier caso, complicad¨ªsimo contener semejante arsenal, por m¨¢s que el aire dificulte las maniobras y reste precisi¨®n a los tiros del ganador, quien compensa los desv¨ªos (50 errores no forzados) con artiller¨ªa pesada (54 winners). De nuevo, afinado con el nuevo saque y, en concreto, sobresaliente en los primeros servicios (84% de bot¨ªn). ¡°Echaba de menos la Rod Laver. Es un placer jugar aqu¨ª y la ¨²ltima vez que lo hice perd¨ª [contra Zverev, en los cuartos del a?o pasado], as¨ª que quer¨ªa volver y ganar¡±, expresa, sin saber todav¨ªa si se medir¨¢ con el zurdo Jack Draper (18?). ¡°Es un privilegio sentir el amor de la gente aqu¨ª, por eso trato de hacert un tenis diferente, golpes distintos, para disfrutar y que la gente se entretenga tambi¨¦n¡±, a?ade, sin querer correr de m¨¢s, pero con una idea en la cabeza para acompa?ar la fecha del picotazo en el US Open (11-09-22), la Torre Eiffel y la fresa de Wimbledon: ¡°Si gano, me tatuar¨¦ un canguro. Pero primero tengo que levantar el trofeo...¡±.
En orden cronol¨®gico y en la misma pista por la que Badosa ha desfilado antes, Alejandro Davidovich dibuja una v para lucir dos dedos, que responden a la doble remontada que ha completado en direcci¨®n a los octavos. Si dos d¨ªas antes invirti¨® una desventaja de dos mangas contra Felix Auger-Aliassime, esta vez pleitea, se levanta y resurge contra Jakub Mensik, vencido tras 3h 30m: 3-6, 4-6, 7-6(7), 6-4 y 6-2. Buena cabeza, viene a decirle el checo en la red. Y precisamente de eso va la historia personal de Foki, un muchacho que re¨²ne un buen pu?ado de virtudes, pero al que, por lo que sea, le cuesta caminar en l¨ªnea recta. De ah¨ª el descenso. Lleg¨® a rozar el top-20, pero se desinfl¨® y ahora (66?) brega en busca de sensaciones y de ranking; de s¨ª mismo como tenista, probablemente. Hoy, vence y celebra feliz: por derecho propio, divisa a Tommy Paul, verdugo de Roberto Carball¨¦s (7-6(0), 6-2 y 6-0).
DJOKOVIC SUBE EL NIVEL
Va inclinándose el terreno y conforme aumenta el desnivel, crece Novak Djokovic. El serbio, de 37 años, ofreció su mejor actuación en lo que va de torneo ante Tomas Machac, un rival que a priori podría haberle puesto en más apuros dadas las dos actuaciones previas, en las que el serbio se dejó sendos sets contra Nishesh Basavareddy y Jaime Faria.
Sin embargo, Nole repuntó y ganó sin dudas: 6-2, 6-4 y 6-4, en 2h 22m. “Creo que he jugado muy bien, así que estoy muy feliz; a la vez, algo sorprendido con el resultado, por ganar en tres sets y después de haber encajado un break en el segundo [set]”, afirmó el de Belgrado, que se enfrentará en los octavos Jiri Lehecka (6-2, 6-3 y 6-3 a Benjamin Bonzi).
Por otra parte, Alexander Zverev avanzó (6-3, 6-4 y 6-4 a Jacob Fearnley) y en el cuadro femenino se produjo la retirada de Naomi Osaka, debido a una dolencia abdominal; es la tercera consecutiva, precedida de la del cierre del curso pasado, en Pekín, y la de Auckland antes del aterrizaje en Melbourne.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.