El estancamiento est¨¦tico de Carlos Saura
Cr¨ªa Cuervos, la ¨²ltima pel¨ªcula del t¨¢ndem Saura / Querejeta, que ha inaugurado la secci¨®n a concurso del Festival, es una continuaci¨®n previsible de sus obras anteriores. El mismo director insiste en haber arrancado para ello de la ¨²ltima imagen de -el film que les hizo ganar en el certamen de Cannes de 1974 el premio especial del Jurado—, la de la madre peinando a su hija. La factura industrial es espl¨¦ndida, no s¨®lo en las im¨¢genes de Teodoro Escamilla, que no desmerecen de las de Luis Cuadrado, su habitual director de fotograf¨ªa, sino de la banda sonora, que utiliza en gran medida el sonido directo, lo que ayuda a hacer m¨¢s convincente el mundo que se nos propone. La calidad t¨¦cnica es, indiscutiblemente, superior al nivel medio de la cinematograf¨ªa espa?ola, muy homologable con los st¨¢ndard internacionales.
Cotas muy dignas
Saura ha escrito el gui¨®n, por primera vez en su carrera, sin la ayuda de nadie, y, aunque no consiga la calidad profesional de sus trabajos con Fons, Camus o Azcona, ha alcanzado unas cotas muy dignas, con algunos fallos evidentes de construcci¨®n y di¨¢logos muy flojos. M¨¢s all¨¢ de la opini¨®n concreta y pormenorizada sobre este film, ser¨ªa necesario entroncarlo con los anteriores, y no s¨®lo por exigencia cr¨ªtica, sino por la reiteraci¨®n tem¨¢tica y la continuidad de los procedimientos expresivos. Las l¨ªneas dram¨¢ticas de sus ¨²ltimas obras —realizadas con entera independencia y responsabilidad— se cierran cada vez m¨¢s en torno a un n¨²cleo m¨ªnimo de personajes de una sola clase, fuertemente emblem¨¢ticos y tipificados, y en relaci¨®n a unas historias muy parecidas que no llevan a un microcosmos muy personal, de dif¨ªcil acceso a un p¨²blico medio y no s¨®lo al espa?ol. No se trata de oscuridades voluntarias, sino de la evoluci¨®n de una narrativa cada vez m¨¢s el¨ªptica y cortada, alejada de todo espectador que no est¨¦ al tanto de las alusiones veladas o de las preocupaciones subterr¨¢neas del autor.
Estancamiento est¨¦tico
Cr¨ªa cuervos es el ¨²ltimo borra pel¨ªcula que comenz¨® en El jard¨ªn de las delicias, hace seis a?os, cada vez m¨¢s depurado en la escritura, pero sustancialmente id¨¦ntico a las preocupaciones de aquel primer episodio. La reiteraci¨®n constante de las mismas f¨®rmulas est¨¦ticas produce alg¨²n resultado destacable —las escenas con la abuela, algunos planos con las ni?as, el encuentro de los personajes encarnados por M¨®nica Randall y Germ¨¢n Cobos...— que nos hace seguir creyendo en la capacidad po¨¦tica de Saura, pero el conjunto es reiterativo, premioso, falto de inter¨¦s, f¨¢cil de adivinar desde el principio. Carlos Saura no ha perdido su habilidad, ni se puede hablar de error completo, pero s¨ª de estancamiento est¨¦tico, aunque s¨®lo ¨¦l puede saber si ha llegado el momento de abandonar este camino que no lleva a ninguna parte.
Tracks, del americano Henry Jaglom, inaugur¨® ayer la XV Semana de la Cr¨ªtica, uno de los ciclos oficiosos m¨¢s interesantes del Festival. Estamos ante un cine realizado al margen de la industria habitual, incomparablemente m¨¢s vivo y valioso. La forma de cr¨®nica directa, casi period¨ªstica, nos traslada a un entendimiento fascinante de la realidad de nuestro tiempo, mientras Madre Coraje, de Palitysch y Wekweth, responde al viejo sue?o del teatro filmado, dentro de unas preocupaciones t¨ªpicamente francesas por integrar el mundo tradicional de la cultura literaria con los nuevos medios. Esta obra s¨®lo se parece al cine aut¨¦ntico, aparte su indiscutible correcci¨®n, por estar registrada en celuloide.
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